Capítulo III

1264 Words
-Asi…..- Stella gemía de placer por lo que le provocaba el amigo del Diablo. Ángelo la vio sentada en una de las barras del bar y no pasó desapercibida la mirada que le dedicó la mujer, la que conocían como la dama. Nadie sabía su nombre, pero si lo que venia a hacer en el lugar. Acostarse con hombre por dinero y por placer, pero lo primero era por lo que mas venia. Mujer de todos y de nadie a la vez. -si…- se encontraba desnuda en uno de los baños del lugar, el vestido que usaba estaba en el suelo al igual que su demás ropa. -te gusta así..- se enterraba mas en la mujer, se daba cuenta de las muecas de dolor que hacia pero no le importaba. -si…me encanta- salió de ella y la puso de espaldas, separó sus piernas y se enterró nuevamente, a través del espejo podía ver el rostro de la mujer, ojos azules y cabellera roja pero las raíces eran de un color claro. Stella le encantaba ser sometida de esa forma y este hombre estaba logrando de maravilla su trabajo, tomaba su pecho y lo presionaba fuerte dejando marcas en este. Era un hombre bello y sexi nada que ver con los hombre con los que se iba siempre. -eres la dama- movió sus caderas de forma más fuerte.. -me conoces- pudo contestar ella. Los sonidos de sus cuerpos chocar se escuchaban fuerte y claro, cualquiera que pasara por el baño sabría que allí se estaba llevando a cabo una sesión de sexo puro. -te conocen todos y mas yo- salió de ella y esta vez la volteo para ver su rostro, la sentó en el lavabo y abrió sus piernas mas no entró. Agitados estaban ambos, el sudor resbalaba por sus cuerpos. Ángelo solo habia quitado su camisa, solo tenía bajado su cierre, lo justo para lo que quería. Quitarse las ganas con esa mujer. -cómo me conoces tu lindura- Stella llevó su mano a la cara de hombre, sí, pensó; era hermoso. -la mayor parte de este bar tiene cámaras- el cuerpo de ella se estremeció. Ángelo se acercó a su oído y su m*embro rozó la entrada de la mujer- te he visto coger con algunos hombres de este lugar- besó sus labios. -tu.. me haz visto- titubeo ella, ya no le parecía graciosa la situación, las manos del hombro fueron a su cintura y tanteo el lugar antes de entrar. -en todas las posiciones- ingresó en ella y ahora era el solo quien se movía. A Stella se le bajó la calentura, pero no detenía las embestidas de Ángelo. -el Diablo me ha visto- ella quería a ese hombre para ella, en las dos ocasiones estuvo a solas con él, aunque nunca pasó nada, el diablo no se metía con mujeres de ese bar, o peor aún. Nunca se le veía con una mujer alado. Lo que se sabía de fuentes cercanas es que se le llevaban mujeres a su departamento, pero estas firmaban un acuerdo de confidencialidad. -cariño todos los de vigilancia te han visto abierta de piernas- se burló Ángelo, aunque el diablo nunca visitaba la sala de vigilancia, pero no quiso decírselo. Stella apartó al hombre de un tirón y comenzó a vestirse Ángelo no hizo nada por detenerla, ya habia hecho con ella lo que habían hecho otros y si bien le parecieron entretenida sus movidas, aquella mujer era insípida para él. La mujer dejó el lugar, este se mojó el torso para quitar un poco el sudor de su cuerpo y el perfume barato de aquella mujer, estaba por abrir la puerta, pero algo lo empujó dentro. -¡por lo que quieras no hagas bulla!- una castaña de ojos verdes ingresó al lugar, su rostro se veía asustado tal vez pensó el hombre. Se escuchaban pasos cerca -van a descubrirme- se llevo las manos a la cabeza, piensa bella piensa. Vio al hombre y reparó su figura. Tomó su mano y lo llevó cerca del lavabo, ella se subió y arrastro al tipo frente suyo, rodeo sus labraos a su cuello. -voy a decir unas obscenidades, solo sígueme la corriente- cuando Ángelo iba a responder un gemido escapó de la boca de la joven. -si…. Sigue…- comenzó a decir -mmmm que rico- una carcajada quería escapar de los labios de Ángelo, cualquiera pensaría que la estaban matando o torturando, menos que le estaban dando placer. -nadie va a creer que hay alguien cogiendo aquí- -ahhhh…sii….más…- esos ladridos eran cada vez peores. -eso es todo dulzura- bella quería ahorcarlo, ya de por si estaba pasando vergüenza y ahora este hombre se estaba burlando de sus gemidos fingidos. -te creer astuto- frunció el ceño. Ángelo tomó el cuerpo de la joven y lo llevó a la puerta, hizo que ella rodeara su cuerpo con sus piernas. Bella sintió la masculinidad de aquel hombre entre sus piernas, pero no dijo nada. -yo te enseñaré lo que es fingir tener s*xo- comenzó a menear sus caderas en el centro de la chica, lo que producía que con las embestidas se produjera un ruido en la puerta. Esta vez los gemidos de bellas eran mas bajos Ángelo pensó que ya estaba fingiendo bien, mas no se dio cuenta de que aquello era de todo menos fingido. El rostro de la joven tomaba un color un poco rosa que no pasó desapercibido para él. Le pareció estúpido pero lo estaba disfrutando, más que cuando se estaba cogiendo a la Dama. Se escucho un leve toque en la puerta. -son ellos- susurro Bella. Las embestidas de Ángelo fueron mas rápidas, lo que generaba más ruido en la puerta. -¡quien mierda molesta mientras estoy cogiendo!- lo dijo muy alto. -ha visto a un joven castaña, pasó por aquí y…- -si, la vi y es la que me estoy cogiendo ahora- Bella quiso ahorcarlo con sus propias manos. ¡acaso era estúpido! -es verdad que…- -déjate de preguntar estupideces, no hagas que te pegue un tiro en la cabeza- se escucharon los pasos alejarse, Bella pegó un suspiro. Ángelo dejó de moverse, pero aún se mantenían en esa posición. Aquella chica no pesaba nada, era peso pluma. -estuve a punto de ahorcarte tonto ¿Cómo le pudiste decir aquello? – este se encogió de hombros. -que mentira más creíble que decir la verdad con sarcasmo, dulzura- tiene un poco de sentido tal vez. -bien, ya puede bajarme grandulón- intento moverse, pero este no la dejó. -que gano yo por ayudarte- ella frunció el ceño, hace dos minutos no se comportaba como un idiota pensó. -y que quieres- -que crees que quiero- se presionó en ella, lo que no la incomodó en lo absoluto a bella. -¿s*xo? si es eso lo que quieres déjame decirte que me va doler si lo hago con alguien como tu- llevó su mano a su mejilla. -así que mejor pídeme otra cosa o espera ya se que darte, es un derivado del sexo, se lo hace cuando se está en el acto- cada palabra que salía de la mujer que tenia en sus brazos desconcertaba a Ángelo. Bella unió sus labios a los de Ángelo y si bien era su primer beso, sabia que había sido fantástico y digno de mencionar cuando le preguntaran ¿Cuándo diste tu primer beso? A lo que ella respondería. Cuando un hombre alto y musculoso me tenía entres sus brazos y arrinconada en la puerta de un baño, que además segundos antes se había friccionado entre mis piernas. Hermosa anécdota…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD