Amelie
Abrí mis ojos lentamente y Julien se encontraba frente a mí, en su rostro podía ver la preocupación.
—¿Q-que me paso? — pregunté, no sentía fuerza en mi cuerpo, quería luchar por levantarme pero no podía. Julien me tenía sujeta entre sus brazos, estábamos en el piso, las personas que pasaban a nuestro lado nos observan con curiosidad.
—¿Te sientes bien? Mírame Amelie —pidió, lo mire y le sonreí, en su voz podía escuchar su preocupación.
—Estoy bien no te preocupes, es solo que no he comido bien —mentí, no sabía que era lo que estaba pasando, podía ser esto también una consecuencia de mi deseo.
—¿Estás segura? Me asustaste mucho pecas —Julien acarició mi mejilla, le sonreí y me ayudo a ponerme de pie, poco a poco sentí como mía fuerzas volvían —Te llevaré a tu departamento y me estaré asegurando de que te alimentes bien —salimos del centro comercial, Julien lleva las bolsas de todo lo que compramos, camino a su lado tomada de su brazo.
El me ayuda a subir al auto, el comienza a conducir y yo solo veo por la ventana, recuerdo haber abierto los ojos antes y haber visto una luz fuerte y blanca, la voz de la persona que decía que había despertado estoy muy segura que era de Claire, era ella, no puedo equivocarme.
Llegamos al departamento, Julien subió todas las compras.
—¿Has hablado con Kate? —le pregunté.
—No, llevo algunos días sin verla. Ella sabía que esto pasaría, pero ya no hablemos de eso —se acercó a mí y acarició mi mejilla, una sonrisa se podía ver en su rostro, sus manos se sentían tan cálidas —Te preparare algo de comer, no quiero que pase lo que pasó en la tienda.
—Pero… debemos adornar —el me miró y negó.
—Primero vas a alimentarte y luego arreglaremos tu departamento, descansa pequeñas —Deja un beso en mi frente, camina hasta la cocina y voy tras de él.
—Déjame ayudarte —le pedí.
—No, deja que yo lo haga para ti, tu solo debes ver como este hombre guapo te cocina —reí mientras veía como el se movía de un lado a otro como un profesional en la cocina. Hice lo que me pidió solo me quedé observando lo que hacía.
Casi una hora después el puso un plato frente a mí, tomé el cubierto y lo probé.
—Esto sabe delicioso —dije probando otro poco, era un poco de verduras salteadas y una pechuga de pollo —Felicidades señor Julien, usted cocina delicioso.
—Muchas gracias señorita Amelie, esta es una de las razones por las que dirijo un restaurante —dijo orgulloso.
—Gracias —mis ojos se clavaron en los suyos, sus sonrisa me hacia suspirar. Se que mi vida debió seguir después de él, pero aquí estoy luchando por tener esa oportunidad de ser felices.
Después de comer, lave los platos, Julien se negaba a que yo lo hiciera pero él ya había cocinado para mi. Momentos después empezamos a decorar mi departamento, lo más hermoso fue decorar el árbol juntos colocar cada esfera de color, al terminar el puso la estrella en la punta del árbol, todo había quedado hermoso, pero lo más hermoso fue hacerlo con él.
—Debo irme ya —informó él —te veré mañana, no te saltes las comidas por favor.
—No te preocupes, no me olvidaré de comer, cuídate te veo mañana —el me abrazó por la cintura, una de sus manos fue a mi mejilla y con su pulgar acarició ese lugar donde están mis pecas. Se inclinó hacia mi, sus labios se unieron a los míos, se movían con suavidad, sus labios eran tan cálidos, seguí el ritmo de su beso enrollando mis manos alrededor de su cuello.
—Cuídate pecas, te amo —depositó un último beso en mis labios y salió de mi departamento.
Al marcharse Julien solté un suspiro, me dirigí a la sala y me tiré sobre el sofá, acaricié mis labios sintiendo aun los labios de Julien sobre los míos. Mi móvil vibró y lo saque de mi bolsillo, un nuevo mensaje había llegado.
Desconocido
Estas demasiado feliz, demasiado para mi gusto…
Mi respiración se agitó, se quien es, tiene que ser ella.
Amelie
Más te vale que no te acerques a mi ni a Julien, se que eres tu y yo no te tengo miedo…
Envié el mensaje y fui hasta mi habitación, me puse mi pijama y me tiré en la cama, no recibí respuesta de ella. Envié un mensaje de buenas noche a Julien y luego me quedé dormida…
Diciembre 24
Hoy se haría una reunión en la casa de los padres de Claire y Julien. Hace días conseguí el regalo de Claire y solo espero que le guste. También llevo conmigo mi regalo para Julien.
Opte por usar un vestido n***o con detalles brillantes, no es largo ni corto es de mangas largas, me hice una coleta alta y uso unos aretes largos, me puse un poco de maquillaje. Julien me envío un mensaje diciendo que ya esta de camino, me coloco mi abrigo, y los regalos.
Salgo de mi departamento pues lo esperaré en la entrada del edificio, pero antes de poder salir me encuentro frente a frente con Kate. Una sonrisa siniestra se dibuja en su rostro en cuanto me ve.
—Estás muy hermosa, Amelie —su vista se paseó por todo mi cuerpo.
—¿Qué quieres, Kate? —pregunté.
—¿Cómo convenciste a Julien de estar contigo? ¿Tanto me envidias Amelie?.
—No te envidio nada, no tengo porque hacerlo, ahora si me disculpas debo irme —trate de seguir mi camino pero ella me lo impidió.
—Julien no te quiere, pronto te dejara.
—¡Basta! Déjanos en paz. ¿Por qué me odias? Es la única razón que encuentro para que te comportes así conmigo —la mire furiosa.
—Te quería como mi amiga Amelie, pero tu con tu sonrisa de niña buena te ganaste a todos, no hay quien no te quiera, incluso Julien te quiere y ni hablar de Claire, ella daría la vida por ti —su mirada estaba llena de odio.
—Si ellos me quieren es por quien soy, me considero una buena amiga, una buena persona…
—Cállate, las personas no pueden ser completamente buenas, Julien será mío y si no es mío no será de nadie ¿entendiste? —ella camino hasta mi de manera amenazante, mi móvil vibraba dentro de mi bolso, estoy segura que es Julien y ya esta aquí, el vendrá por mi, pero… eso sería muy arriesgado ella podría lastimarlo.
—No me das miedo, aléjate de mi —ella solo se acerca más, me empuja pero me mantengo de pie —Aléjate Kate, te lo advierto —ella se acerca y me toma por el cuello, lucho por liberarme, la empujó lejos de mi y cae al piso, recojo los obsequios.
—¡Amelie! ¿Estás bien? —pregunta Julien.
—Si, no te preocupes debemos irnos ya —mi respiración esta agitada, mi cuerpo tiembla. Un miedo me invade, es el miedo de que algo le pase a él.
—¡Maldita Amelie! —gritó Kate.
—¿Qué sucede? —preguntó él.
—Es Kate, parecía fuera de si, debemos irnos —el asintió confundido, nos dirigimos a su auto, subimos con rapidez.
—¿Estás bien? ¿Te hizo daño? Pareces muy asustada —lo miré y le sonreí, claro que estaba asustada, no sabía que planes tenía Kate, pero me sentía más segura, al menos eso creía.
—Si, estoy bien, será mejor irnos —el asintió, se acercó y dejó un beso en mi frente. Encendió el auto y después de unos minutos de camino, en los que me sentía más relajada un auto nos golpeó por detrás.
—¡Maldición! —se quejó Julien. Mi mirada se dirigió hacia la parte de atrás, era el auto de Kate, el miedo invadió mi cuerpo dejándome fría y lo único que hice fue ver a Julien, quien trataba de conducir lo mejor que podía. La preocupación en su rostro era evidente.
—Jul —lo llamé —Te amo, siempre te amaré.
—¿Por qué me dices eso? También te amo Amelie, pero estaremos bien —me aseguró, yo sabía que eso no sería así, ella lo lograría, rogaba por qué esta vez quien muriera fuera yo, quiero que el sea feliz.
El auto impacto con mas fuerza en la parte trasera, mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Colócate el cinturón —me ordenó él, negué.
Un impacto más y perderíamos el control.
—¡Amelie! —gritó el.
—Déjame salvarte —dije entre lágrimas. Y así pasó, Julien perdió el control del auto, me lancé hacia el tratando de cubrirlo con mi cuerpo, un fuerte golpe, el vidrio rompiéndose, un fuerte dolor en mi cabeza y la mirada llena de terror de Julien es lo último que quedó en mi memoria antes de volver a la oscuridad…
«Perdóname si no pude hacerlo bien, solo anhelaba una vida a tu lado, tenerte por más tiempo, pero no pude, no lo logré, te amo Julien…»
Julien
Entre a la habitación, mi hermana se encontraba ahí, lancé un hondo suspiro y me acerque a ella toque su hombro, ella me miró con una profunda tristeza, la entendía, eso era lo que yo sentía dentro de mi.
—¿Algún avance? —ella negó.
—Nada, no volvió a despertar, no perdamos las esperanzas, ella volverá…