Amelie Abrí mis ojos con pereza, la puerta era tocada con insistencia, mire a mi lado y Julien ya no estaba era seguro que se había marchado por la madrugada como lo dijo, una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar lo que sucedió anoche, sin duda alguna es todo un romántico. Me levanté con pereza, llevo puesto solo un camisón, busque mis bragas y me las puse rápidamente. —¡Amelie! ¡Abre la puerta! —decía Claire mientras tocaba la puerta. —Ya voy —respondí, me acerque a la puerta y la abrí, me escaneo con su mirada y luego entro a la habitación —¿Qué sucede?. —Pues ya es tarde, se supone que debes estar por lo menos bañada, estamos en el lugar de la boda pero eso no quiere decir que debemos retrasarnos, así apresúrate toma una ducha para que despiertes por completo —ordenó. —Ere

