Despierto con una bofetada en la cara. Mis ojos se abren de golpe mientras intento recordar dónde estoy y de dónde han salido las extrañas mujeres que me rodean. —Despierta, chica. Es tu gran momento —dice la mujer a mi derecha con un acento tan marcado que me hace fruncir el ceño. —¿Dónde estoy? —¿Crees que eres la primera en fingir amnesia? No cambiará el contrato que firmaste. —¿Contrato? —mi mente nada entre la niebla mientras intento juntar las piezas de lo que ocurre. Miro hacia abajo y veo que no llevo puesto más que una ropa interior apenas decorosa. De golpe, todo me vuelve a la mente y un grito escapa de mis labios. —Es buena —dice otra mujer, agarrándome del brazo para ponerme de pie. Tropiezo, intentando mantenerme erguida, y otra me toma del otro brazo. Mi cabeza da v

