Sé que ese cabrón quiere convertir a Madison en su juguete. Claro, eso es lo que yo quiero también, pero yo no voy a lastimarla. Creo. Es una realización interesante, y ladeo la cabeza mientras lo pienso. ¿Cuándo pasó eso? ¿Cuándo decidí que no iba a romperla? No me gustó el sonido de su llanto, ni la forma en que dijo “por favor”, como si estuviera a punto de degollarla. Hay una manera particular en que suplican las personas que están a punto de morir… como si ya no les quedara ego, solo un ruego por humanidad. Normalmente soy inmune, pero no me gusta ese sonido en la voz de Madison. Aprieto los dientes. Madison intenta despegarse de la pared, pero se vuelve a dejar caer contra ella cuando sus tacones no la sostienen del todo. Andréi avanza hacia ella, lamiéndose la comisura de los l

