Jimena González llegó a Torres & Asociados con la cabeza hecha un nudo. La conversación con María Elena sobre Laura Velasco seguía pesándole, mezclándose con el recuerdo del beso en Cartagena y las palabras de Álvaro: "No desaparecerá tan fácil". Había intentado mantenerlo a raya, encerrar lo que sentía en una caja que pudiera controlar, pero cada día con él rompía un poco más las paredes.
El teléfono vibró en su escritorio a media mañana: un mensaje de Álvaro. "Sesión de fotos, 2 p.m., Gutiérrez Ventures. Publicidad para el compromiso. No faltes". Jimena apretó los labios, dejando el teléfono a un lado. No quería más cámaras, más mentiras, pero el trato la obligaba a seguir. Miró por la ventana, el cielo gris reflejando su estado de ánimo, y decidió que iría, pero no sin enfrentarlo prim
