Camino mientras sonrío de lado, sigo caminando como si no hubiera pasado absolutamente nada. Llego al lugar en el cual se encuentra Kristen, ella me ve con curiosidad mientras me examina de abajo hacia arriba. Ella frunce el ceño mientras sigue observándome hasta que llego a sentarme a su lado. —Ni se te ocurra decir nada—le hago una seña al mesero. —¿Sí señorita?—me habla con amabilidad. —Tráeme por lo menos cinco copas de piñas coladas y otras más de champagne —digo sin ver a los ojos a ese mesero. Realmente ni yo misma sé que acabo de hacer, así que no pienso en comentarle nada absolutamente nada a Kristen al menos no por ahora. El mesero llega con esas copas por lo que enseguida tomo una y la bebo. —¿Estás bien? —vuelve a preguntar Kristen. —Como nunca —sonrío de lado y sigo

