Punto de vista de Roxie
Camino por las escaleras y noto que mi tío le da la mano a Sofía.
Cuando llego al último escalón, él se da vuelta y me mira.
—Roxie —me dice.
Inclino la cabeza hacia un lado y sonrío.
—Sabes que podrías haberlo explicado por teléfono y nunca tener que salir de tu manada —le respondo.
Mi tío Keith me mira con una cara de fingido asombro.
—Juraste que no me querías aquí —dice. Su expresión sorprendida cambia a una sonrisa, y me extiende los brazos.
No puedo evitar acercarme y abrazar al grandullón. Él siempre ha estado ahí para mí. También sabe más sobre lo que pasó con la escuela aquí, después de seguirme hasta la escuela para ver cómo me estaba adaptando. Presenció cómo su única sobrina era acosada.
Digamos que no le fue muy bien a los niños que hacían bullying.
Me separo y lo miro.
Él me mira.
—Cariño, no tuvimos elección. No pudimos contarte que Lex era tu pareja —dice.
Asiento.
—Lo sé y entiendo, pero ¿cómo lo supiste? —le pregunto mientras me acerco al sofá y, luego, me siento al lado de mi padre.
Mi padre me sonríe y coloca su mano encima la mía.
Miro a mi tío, él toma la silla frente a mí, mientras Jason y Sofía ocupan el sofá de dos plazas.
Mi tío me mira y suspira.
—Bueno, estaba aquí en mi visita anual para ver a tu papá. No sabía lo que estaba pasando hasta que el Alpha Frank me pidió que fuera a su oficina. Cuando llegué, Lex estaba allí con él. Lex explicó que era tu pareja y que Blaze encontraba difícil estar cerca de ti. Me ofrecí a llevarte a mi manada y que vivieras conmigo.
Lo miro; sus ojos buscan mi rostro.
—Quería hablarte de todo esto, pero sabía que no era mi lugar hacerlo. Sé que sufriste, especialmente después del enfrentamiento con Lex.
Suspiro.
—No culpo a ninguno de ustedes —digo mirándolos —. Sé que tuvieron que ocultármelo, y fue por mi bien.
Todos parecían aliviados por lo que dije.
Me recuesto en el sofá.
—Necesito entrenar —menciona tratando de cambiar de tema.
—Entrenamos todas las mañanas —dice Sofía.
La miro y sonrío.
Miro a mi tío, él me conoce y sabe por qué pedí entrenar.
—Voy a preparar una taza de té —dice mi padre. Se levanta del sofá después de apretar suavemente mi mano. La suelta y entra a la cocina.
Miro a Jason; tiene una expresión en blanco. Seguro está en comunicación mental con alguien.
—Voy a salir afuera a tomar aire.
Me levanto y me acerco a la puerta principal.
La abro y cierro la puerta tras de mí.
Me paro afuera y cierro los ojos.
Dejo que la frescura de la brisa se apodere de mí mientras inhalo profundamente.
Abro los ojos y se posan instantáneamente en la silla mecedora. No puedo evitar sonreír cada vez que me siento triste o necesito a espacio. La silla mecedora es mi lugar para ir; camino hacia ella y me siento.
No puedo evitar mirar el lecho de flores, necesito plantar más flores. Tal vez agregar unas nuevas.
"¿Estás bien?", pregunta Bex mientras se acerca.
Sé que escuchó todo lo que tío Keith nos contó.
"Sí", le digo.
Ella me mira, "¿crees que podríamos estar felices con Alexander?", me pregunta.
Sonrío.
"Sí, seguro que sí", digo.
Me inclino hacia adelante y miro el lecho de flores.
"Bex, ¿crees que podríamos ser felices con Alexander?", le pregunto.
Bex me mira y sonríe. "Creo que podemos, pero te dejo decidir eso", dice mientras una sonrisa lenta se forma en su rostro. "Solo tomaré la posta si nos lo pones más difícil".
Sonrío. "Sé que lo harás y también sé que te gustó escuchar sobre Blaze", le digo.
Bex sonríe. "Claro que sí, si recuerdo bien, era un lobo enorme e incluso tenía una enorme... ya sabes", dice.
La miro de nuevo, atónita.
"¿Cómo diablos recuerdas eso?", le digo. Pero algo hace clic y no puedo evitar gemir.
"De verdad", le digo.
Bex estalla en risas, "solo tú pensarías que era hora de atraparlo fuera del claro del bosque antes de que se transformara en humano".
Gruño, "bueno, fue la única vez que vimos a su lobo", le digo.
Bex sonrió. "Oh sí, lo fue, pero sé muy bien que tiene un gran... ya sabes, como su aspecto humano también es enorme".
Gruño y me recuesto en la silla mecedora.
Maldito lobo, ahora no puedo quitarme la imagen de Alexander transformándose y parado completamente desnudo frente a mí.
Bex ríe, pero se detiene cuando hablo de nuevo. "No quiero recordar el día en que Alexander trajo a esa chica de la escuela con él, y estaban follando en la habitación de invitados".
Bex me fulmina con la mirada. "Recuerdo, especialmente lo que pasó después, incluso si me bloqueaste", dice.
La miro fijamente.
Lo recuerdo muy bien; la chica en cuestión salió de la habitación de invitados. Era una de las chicas más populares. Yo estaba abajo en la cocina, y podía escuchar todo lo que sucedía en la habitación, ya que estaba justo al lado de la mía. ¿Por qué demonios teníamos paredes tan delgadas? La chica estaba a punto de irse, pero debió haber notado que yo estaba allí. Entró a la cocina y exigió una bebida. Yo nunca fui de complacer a nadie, pero digamos que no se puso muy contenta cuando le dije que no. Nunca lo vi venir. Ella me agarró del pelo y estrelló mi cara contra la encimera de la cocina, fuerte. Recuerdo su aliento en mi mejilla mientras empujaba mi cara hacia abajo en la encimera, diciéndome que no valía nada y que solo servía para una cosa, y era permitirle estar aquí con Lex.
Me levantó y me golpeó en la cara; se fue mientras yo caía al suelo. Mantuve a Bex bloqueada todo ese tiempo porque no quería que saliera a defenderme.
Escucho gruñidos en mi cabeza, lo que me saca de mis pensamientos.
La miro de nuevo, "La habría matado", dice ella, gruñendo.
Suspiro "Sé que lo habrías hecho, pero yo lo pasé peor que cualquier cosa".
Bex deja de gruñir y me mira. Suspira. "Ojalá pudiera darte un abrazo", dice mientras vuelve a acostarse en mi cabeza.
Asiento con la cabeza, "Yo también, Bex", le digo.
Miro el lecho de flores, pero mi mente divaga hacia todo el incidente con la chica. No vi a nadie ese día, ya que me quedé en mi habitación, con un moratón en la cara. Hice creer que estaba enferma.
También juré no quedarme en la casa cuando Alexander estuviera allí; esa noche fue la primera y la última vez que lo hizo. Mi padre nunca lo supo, pero Jason sí.
Como dije antes, nadie sabe lo que me pasó durante la escuela. Lo sabrían si se tomaran la molestia de leer mis diarios. Jason le dijo a Alexander que me gustaba, ya que leyó uno de mis diarios, pero sé que leyó el que dejé para que mi padre y él lo leyeran. El falso, no el real.
—Un penique por tus pensamientos — dice una voz, sacándome de mi mente mientras me giro para mirarla.
El tío Keith.
Le sonrío.
—¿Estás bien? —pregunta mientras se sienta a mi lado en la silla de columpio.
Miro hacia adelante, sin mirarlo a él.
—No lo sé. Entiendo lo que todos me han dicho, y creo esa parte, pero Alexander nunca me vio como un ser humano, solo como una niña pequeña que era la hermana de su mejor amigo.
Lo miro.
—Sabes más sobre lo que pasó aquí que nadie, como te dije cuando me hiciste abrirme a ti.
—Roxie...
Miro la casa.
—No quiero que la gente se compadezca de mí porque me molestaron o porque era diferente —digo mientras lo miraba de nuevo —. Me esforcé al máximo en tu manada para ser lo mejor que podía ser, y lo hice yo sola y contigo y Bex a mi lado.
El tío Keith asiente.
—Has madurado mucho en los últimos seis años, y sé que hubo más cosas que no me contaste, pero me alegré de que me dijeras lo que sí me dijiste aunque me encantaría ver a esas personas haciéndolo ahora contigo —dice con una sonrisa burlona.
Lo miro, y pude ver la sonrisa en la cara de Bex.
Suspiro.
—Noté esa mirada cuando mencioné el entrenamiento —le digo —. No voy a hacer daño a nadie. Solo necesito seguir así porque me ayuda a concentrarme más, y además, quiero estar preparada para cualquier cosa.
El tío Keith me mira sin decir nada durante un rato, pero luego voltea para mirar el lecho de flores.
—Te entrené porque sabía que serías una Luna, y quería que pudieras pelear —Él mira de nuevo —Quería que supieras cómo cuidarte y cuidar a los demás.
Sonrío.
—Gracias por enseñarme cómo.
Mi tío es una de las personas más importantes para mí.
Él asiente y sonríe.
—Sabes, deberíamos entrar antes de que tu padre piense que estamos planeando tu escape de regreso a mi manada —bromea conmigo.
Lo miro confundida.
—¿Por qué pensaría él que me iría? —pregunto
El tío Keith me mira.
—Bueno, considerando que le diste un puñetazo a Lex en la cara y no has hablado exactamente sobre tus planes, él piensa que podría perderte. Sobre todo, porque pasaste bastante tiempo en mi manada.
—Comprendo.
Una sonrisa se forma en su rostro.
—Así que le pegaste al alfa.
Sonreí y asentí.
El tío Keith se ríe.
—Me hubiese encantado ver eso —dice.
—Bueno, si sigue haciendo los comentarios que me dijo antes, probablemente tenga unos cuantos más.
El tío Keith sonríe.
—Jason me contó algo sobre romperse una uña.
Asentí.
—Qué idiota —dice él.
No pude evitar reír un poco.
—Lo sé —confieso y él ríe más.
Me levanto de la silla del columpio y me paro frente a mi tío.
Él se levanta y se pone a mi lado.
—Creo que si entrenas, no muestres tus cartas verdaderas. Déjalas para cuando las necesites —dice mientras caminamos hacia la casa.
Asiento con la cabeza.
—Lo sé. Puedo hacer más daño si quiero; todo el entrenamiento que he tenido en los últimos seis años me ha hecho más fuerte. Quiero que estés orgulloso de mí —le digo haciendo que se detenga en seco.
El tío Keith me mira.
—He estado orgulloso de ti desde el primer día —dice mientras me acerca a su lado.
Mira la puerta.
—Creo que me quedaré un poco más; necesito asegurarme de que tu padre esté bien.
Lo miro hacia arriba, y tengo que admitir, odio ser baja.
—Él parecía estar bien, pero ahora parece frágil desde que esto salió a la luz.
El tío Keith asiente.
—Estoy de acuerdo, creo que lo llevaré fuera, y con tu permiso, quiero mostrarle los videos de tus peleas —dice.
Lo miré por un momento. Sé que mi padre tendría un ataque al corazón si alguna vez presenciara las peleas que hago, pero creo que tiene derecho a saberlo.
Asiento con la cabeza.
—De acuerdo, pero muéstrale uno suave —le digo, pero él sonríe.
—Nunca hiciste uno suave.
Bex sonríe. "Muy cierto, siempre íbamos a toda velocidad hacia la persona y luego nos preguntábamos por qué tardábamos en curarnos".
No puedo evitar estar de acuerdo con ella.
Empecé a pelear para deshacerme de la frustración; todo en lo que tenía que pensar era en un recuerdo de mi pasado, y ahí iba. Participar en peleas callejeras era mi especialidad, pero también entraba en una jaula; nadie pensaría que podría vencerlos debido a mi tamaño, pero esa era la ironía. Nadie sospecharía que les haría daño.
El tío Keith se mueve y abre la puerta principal mientras me despejo de mis pensamientos. Necesito entrar y pasar tiempo con mi familia.
Miro alrededor de la sala; Jason y Sofia se dirigen hacia la cocina mientras mi padre vuelve al sofá. Me acerco a él y apoyo mi cabeza en su hombro.
—¿Estás bien, calabaza? —preguntó mientras volvía a tomar mi mano.
—Estoy bien, papá —le digo.
Levanto su mano hasta mis labios y le doy un beso en la parte de atrás.
—Te amo.
—Yo también te amo, cariño —responde él.
El tío Keith se dirige a la cocina.
Creo que esto es algo bueno; todo lo que necesito ahora es pasar un tiempo de calidad con mi familia.
"Sí, eso suena bien", dice Bex. La miro y ella sonríe, "El olor de papá es reconfortante".
No podría estar más de acuerdo.
Es tan bueno estar en casa.