«Que más, no puedo hacer nada, prácticamente este hombre es mi dueño. Si me resisto tal vez no me deje ver a mi padre»
Entonces, Sabrina muy asustada, mirándolo fijamente, tragó profundo y con el corazón acelerado porque ahora se tenía que desvestir en frente de un hombre violento como lo era Nathan, no le quedó más remedio que acceder a sus órdenes.
—Está bien, entonces debe ayudarme a quitar el vestido. Ayúdeme con la cremallera.
Sabrina se quitó el sombrero, se volteó, y se subió el cabello con una de sus manos para que Nathan le bajara la cremallera de aquel vestido azul de flores. El hombre al estar en esa situación no pudo negar que se sintió algo nervioso, porque prácticamente le tocaba desvestir a la chica. Entonces, puso una de sus manos en el hombro de la rubia y con la otra
