«Vino hacia mí, eso significa que está bajando la guardia y debo aprovechar esto al máximo. ¿será porque cree que somos esposos de verdad?» pensó la rubia. —¡Que te pasa, porque te quedas callada, vamos toca mi cabeza! —dijo Nathan con sus ojos cerrados sobre el regazo de la chica. Sabrina quien estaba muy sorprendida con toda la situación, comenzó acariciar su cabeza suavemente igual como lo hizo la otra vez. Nathan al sentir las manos de la chica, soltó un suspiro de satisfacción porque en realidad el hombre se sentía muy cansado. —Oh, que bien se siente. Vine a ti porque en realidad estoy muy agotado, no porque… te necesite o algo por el estilo —mintió Nathan con sus ojos cerrados relajándose cada vez más. Sabrina con las manos en su cabeza, de forma sarcástica le dijo lo siguiente

