HACIA SAN RAFAEL

1222 Words
{JACK} Me quedé dormido poco después de ver a Rachel y Nash juntos. Cada vez me cae peor. Sé que solo se acerca a ella para que no lo excluyamos del grupo, por conveniencia. Sabe que, si mi prima no quiere que se vaya, yo tampoco. Y le va a hacer daño. Solo se fija en ella porque no hay ninguna mejor a su alcance. Antes era invisible para él. Lo sé, lo sé. No me fio de este tipo de gente, de los niñatos engreídos. Nunca me han caído bien y, en cierto sentido, les tengo respeto y por eso mismo siempre evitaba toparme con alguno en el instituto, siempre intentando escapar de insultos o risas a mi costa. Puede ser causa de mi fobia social, no lo sé, pero lo que sí sé con seguridad es que lo odio, lo odio por muchas razones y ahora aún más por entrometerse con mi prima, por el temor de que le haga daño y eso le afecte en su supervivencia. Como si no tuviésemos ya bastante con los zombis… Me despierto y los veo juntos, la cabeza de Rachel apoyada en el hombro de Nash y Nash apoyando su cabeza sobre la de mi prima. Tengo que hacer esfuerzos por no vomitar. Rachel es mi prima, pero la quiero como a una hermana, hemos crecido juntos, y no apoyo ese acercamiento entre ambos. Pero, desgraciadamente, no puedo hacerle nada. Es su vida, no la mía. En el sofá que está junto a la puerta, Alex y Roxanne hablan susurrando, ya están despiertas. Me levanto de la silla y voy junto a ellas. - ¿Cómo habéis dormido? - Bien- me contesta Alex. - A mí me ha costado, pero he podido dormir- dice Roxanne. - Bien. Tenéis que estar descansadas para el largo viaje que nos espera- les digo. - ¿Adónde vamos?- pregunta Roxanne. - A San Rafael. - ¿Y queda mucho?- pregunta Alex. - Uuff, aún ni hemos salido de San Anselmo...- suspiro. - ¿Por qué está tu prima con Nash?- me pregunta Alex, curiosa. - No lo sé- los miro con asco y vuelvo a mirar a las primas-. Ni me importa. - ¿Se conocían?- sigue preguntando Alex. - No. Pero a mi prima siempre le ha gustado- susurro. - Ah, ¿sí?- pregunta Roxanne algo extrañada. - ¿Y a quién no?- dice Alex soltando una risita. - A mí, por ejemplo- dice Roxanne-. No es mi tipo. - Bueno, os dejo, voy a revisar el piso de arriba mejor, a ver si encuentro algo interesante- les digo. - Vale- dice Alex. -Ah, y si no es mucho pedir, despertad a mi prima y a ojitos azules- les pido. - Está bien- dice Roxanne soltando una risita por lo de "ojitos azules". Subo al piso de arriba. En el cuarto de baño no encuentro nada que me sea útil. En el cuarto del bebé zombi tampoco. Y en la otra habitación sigue todo igual. Vuelvo a bajar al piso de abajo. Mi prima ya está despierta. Nash también. Los cuatro están comiendo en el comedor algo que habrán cogido de la cocina. Hemos tenido suerte y hemos ido a parar a una casa con algo de comida, así que todavía no tenemos que coger nada de las provisiones de nuestras mochilas. Voy a la cocina. Encuentro una caja de cereales. Busco leche en la nevera. Casi lloro de felicidad al ver que sí hay leche. Puede que todo no sea tan malo después de todo. Pero tampoco debo ilusionarme, puede que esto no sea más que el principio y en un futuro tengamos más problemas, problemas más serios que estos. Lo llevo todo al salón donde están los demás. Nash y Rachel están cada uno en una punta de la mesa y sin mirarse. Como debería de ser. Estamos todos aquí, completos desconocidos, para formar un equipo de supervivencia, no para trabar amistades ni relaciones. Esto no es “Gran Hermano”. Me siento al lado de Alex. Hecho leche en un cuenco y luego los cereales. Los demás están comiendo galletas. Desayuno en silencio y cuando todos acabamos, hablo: - Tenemos que irnos. - ¿Qué? ¿Por qué? Aquí estamos a salvo. Tenemos un hogar seguro, y comida- dice Nash. - Pero no hay agua ni en los grifos. Y llegará un día en el que la comida se acabe. Y si los zombis llegan, ni toda la protección del mundo podrá protegernos. Así que no se habla más, nos vamos a San Rafael- digo serio. - ¿Y si allí hay más zombis todavía?- pregunta Roxanne. - No lo creo, pero puede ser. De todas formas, tenemos que averiguarlo. - No sé yo si es buena idea...- dice mi prima, que parece ser que opina igual que Nash. - He dicho que nos vamos. Es lo mejor- repito. - Podemos esperarnos unos días- dice Rachel. - ¡He dicho que no!- digo cabreado, levantándome y dándole un manotazo a la mesa. - Ey, ey, tranquilo. Aquí no mandas tú, no tienes que decirnos qué hacer y qué no- me desafía Nash. - Solo pienso que es lo mejor para todos- digo igual de serio. - Pues yo creo que no- dice Nash. - Pues nada. Quien quiera venirse conmigo que se venga. Y quien no, que se quede con este loco- digo señalando a Nash- que os va a traicionar cuando menos os lo esperéis. - ¿Qué te hace pensar eso?- me dice Nash mirándome fijamente. - Tu actitud- le digo secamente. - Yo me quedo. Lo siento, Jack- me dice Alex. - Y yo. No quiero separarme de mi prima- dice Roxanne. - Rachel...- susurro mirándola-. ¿En serio vas a quedarte con él en vez de conmigo? ¿Con un completo desconocido en vez de con el primo que conoces de toda la vida? - Creo que va a ser lo mejor- murmura ella, cabizbaja. - Vale, vale. Está bien. A ver si os pudrís en el infierno- digo bien alto para que todos me oigan. Cojo mi maleta, me la cuelgo y empujo el sofá para apartarlo de la puerta. Abro la puerta y salgo. No veo nada peligroso, no veo zombis. - ¡Jack!- me llama mi prima que viene corriendo hacia mí. Me vuelvo hacia ella con pocas ganas. - Quédate con ese hijo de puta y cuando te traicione o te haga daño, acuérdate de mí- le digo duramente. - Jack, no te vayas. Podemos quedarnos unos días y después irnos. Es así de simple. - En cualquier momento esta casa puede verse rodeada de zombis y entonces no tendremos escapatoria. No hay más salida que esa puerta- la señalo-. Pueden derribarla si se unen muchos, un sofá no va a proteger la puerta. Necesitamos un lugar más seguro y puede que esto solo haya pasado en nuestro pueblo y ya estén combatiendo esta epidemia. Podemos albergar esperanzas- suspiro y la miro. Rachel me mira con lágrimas en los ojos. - Unos días...- dice. - Ni hablar. Me voy. Que te vaya bien- le digo y me vuelvo hacia la calle, alejándome de ella. - ¡Pero Jack!- protesta Rachel y viene corriendo hacia mí de nuevo, me agarra de la manga-. No estarás seguro solo... Me deshago de su agarre y la miro con odio. No la odio, pero no puedo evitar enfadarme con ella por preferir estar con Nash que lo conoce de apenas un día, que conmigo, que soy su familia y ambos confiamos el uno en el otro. Pues que se vaya al carajo, así de simple. - Prefiero estar solo que mal acompañado- murmuro serio y echo a caminar. Rachel vuelve a la casa con los demás y yo me dirijo hacia San Rafael.
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