ANAIA D’ANGELE
Cuando llegamos, nos reunimos con Kiran y Kala para ir por la fuente de energía. En verdad, si hubiéramos pensado bien lo que íbamos a hacer, no estaríamos dudando.
Jerem viene corriendo y me entrega una carta. En la parte de atrás dice que es de Loan, para mí.
Pienso un momento y guardo la carta en mi morral. Después seguimos con la caminata.
Cuando estamos cerca de la puerta gigante, Jerem ya se ve estresado y abre las puertas rápidamente. En el lugar hay una esfera gigante que ocupa toda la sala; dentro de ella se ven hilos de electricidad blancos y violetas. Al acercarnos, notamos que dentro de la esfera hay personas de nuestra especie golpeando el cristal.
De cada golpe, una potente capa negra rodeaba la esfera. La rodeamos y, por la cercanía, la esfera expulsó un poder. Cuando empezamos a caer, me agarré de Kiran y Jerem por el susto; los tres estábamos muertos del miedo.
Cuando abro los ojos, enfoco la silueta de Liam que me ofrece la mano. La tomo y me pongo de pie, inspeccionando mi alrededor. El lugar es como una selva, pero robótica.
Recorremos toda la zona y solo encontramos un río; por lo menos podremos bañarnos y tomar agua. Todos unimos nuestros poderes para crear cosas esenciales como una fogata, algunas vestiduras, campañas y sacos para dormir.
Miro la hora en mi chip: son las 1:17 de la madrugada y no he podido dormir.
—¿No vienes a dormir? Debes descansar para tener energías mañana —me dice mientras me da un beso en el hombro y se va a dormir.
Al despertarme al día siguiente, me encuentro con unos ojos azul oscuro. Me levanto de prisa y veo a otro idéntico al primero.
El niño chasquea los dedos y vuelvo a caer como cuando llegamos allí, pero esta vez caigo en mi habitación, en la casa de los Nariot.
Bajo las escaleras y me sorprendo al ver a mis hermanos y compatibles hablando como si nada. Pienso si quedarme o correr; elijo la segunda opción, pero antes de que pudiera moverme, Alessio me toma del brazo y me lleva a nuestro bosque.
—Jeremy nos contó todo; la próxima vez iremos con ustedes —con sus escasas palabras me acerca y me da un fuerte abrazo.
Después de un rato volvimos a la casa y desayunamos todos juntos.
Mis hermanos se despidieron para regresar a su casa. Los demás nos dispersamos por la casa y yo me dirijo a darle comida a mis tigres.
Me pongo algo ligero para hacer deporte y busco a mis confiables. Reviso mi chip: llevamos 40 minutos corriendo. Liam y Leix son muy competitivos; Jerem se lo toma con calma y para Kala y Kiran ya es rutina.
Entrenamos con nuestros poderes y tomamos un descanso después. Hablamos para dividirnos e ir a lugares diferentes.
***
Jerem y yo llegamos a la zona de los Kol. Sin previo aviso, nos cae una gran cantidad de saliva. Vomitamos en el instante en que lo sentimos. Siento que mi estómago está fuera de lugar y Jeremy trata de quitarse el exceso de ropa.
—Sé a qué vinieron, solo vuelvan allí y conversen con ella. —el kol gigante se aleja y nos deja en nuestra asquerosa escena.
***
Caminamos nuevamente hacia las grandes puertas, pero esta vez sin contenernos.
—Necesitamos ayuda. —me dirijo directamente a la bola de cristal, la cual hace sonidos raros en respuesta.
—Si es lo que quieren, los haré llegar allí. —habla finalmente en valko.
Al igual que... no recuerdo qué día fue. Caemos en picada. Aterrizo de pie con dificultad, pero veo la batería gigante delante de mí.
Mi cuerpo se aligera y me volteo dando saltos; los veo a todos serios.
—¿Qué pasa? —pregunta Kirian al dar un paso.
—Lamentablemente, no tiene carga. —todo mi ánimo se fue abajo con esas palabras—. Necesitaríamos al menos cien de nosotros para cargarla. Y ahora no tenemos posibilidad de eso.
Se repite lo mismo. Pero esta vez decidimos esperar un tiempo para no dar tantas sospechas. Tocan la puerta de mi habitación y doy acceso. Corman, mi asistente, trajo el desayuno para los dos y pasamos un rato hablando.
Cuando sale de la habitación, la puerta automáticamente no cierra por completo y Rían entra en mi campo de visión con una tablet en mano.
—Buenos días, ¿cómo estás? —pregunta con una cálida sonrisa mientras chasquea la lengua—. No quiero que esto se convierta en una conversación de adolescentes pubertos. —Se sienta a mi lado; admito que no quise usar mi poder intencionalmente, pero sentí su nerviosismo—. Si aceptas, quisiera llevarte a un lugar importante para mí. O si...
—Está bien —digo rápido y me alisto de la misma forma.
Miro por la ventana todo lo verde que se puede observar a nuestro alrededor. Diría que el tal lugar está lejos porque llevamos un tiempo muy desesperante en carretera para mi gusto. El teléfono de Rían sonó durante tres minutos hasta que él se dignó a tomar la llamada.
Solo escucho un ruido molesto de su parte antes de que diera reversa, quisiera recalcar que violentamente. Volvemos por el mismo camino estresante hacia casa. La duda me carcome, pero no me interesa preguntar.
—¿No vas a preguntar? —me interroga él mientras caminamos hacia el patio donde se escuchan gritos. Yo meneo la cabeza lentamente como respuesta negativa.
—Estoy consciente de que no tengo nada que ver en esto, pero me parece inmaduro que personas como ustedes peleen para dar sus opiniones. —Antes de poder sentarme, un hombre calvo y grande me toma del pelo de forma realmente grosera; me mantengo tranquila y noto a Leix y Liam acercarse, pero Ace, mi león, captó más rápido. Se le tira encima al hombre y le desgarra el cuello con rabia. Y así, simplemente lo mato.
Algunas chicas aguantan los gritos, pero mayormente todas nos quedamos paradas en un inmenso silencio ante el reciente suceso.
♥️💋🍓
Besitos.