¿Quién eres?

1662 Words
  [ASHER] Bajo de mi auto, cierro la puerta, pongo la alarma y camino rumbo al Club Mónaco, el cual conozco a la perfección ya que el dueño de este lugar es amigo mío. Hay muy pocas personas en la entrada y un poco más lejos la veo a ella. Esto que estoy haciendo es una real locura, pero no pude frenar este impulso incontrolable por conocer a la mujer detrás de esas historias. Me acerco un poco más y lo que no había podido apreciar a través de la video llamada, lo aprecio ahora. Mini falda, botas hasta las rodillas y una blusa de manga larga ajustada a su figura; todo es color n***o combinando con su largo cabello castaño oscuro. La miro, me mira, y yo no sé ni siquiera bien qué hacer... No sé si tratarla como una fan, como a una mujer a quien acabo de conocer, o simplemente actuar como si este encuentro fuese lo más normal del mundo, aunque no lo es. —¡Es que no me lo creo!— Dice tapando su boca con sus manos y tan solo le puedo sonreir mientras me acerco a ella. [ASLI] —Hola.— Me dice como si esto no fuese absolutamente nada importante y me saluda con dos besos. «Joder, no era un mito lo bien que huele este hombre... Mucho menos los músculos de su espalda. Esos pantalones por favor... esa cazadora... todo él es aún más perfecto de cerca» —Hola, es que me voy a morir...— Consigo decir y me abrazo con fuerza mientras le escucho reírse. —¡Lo siento! ¡Debo parecer una loca!— Me defiendo y le suelto para luego dar dos pasos hacia atrás e intentar mirar disimuladamente cada jodidamente perfecto detalle de este hombre que parece haber sido diseñado por el más fino escultor de la historia de la humanidad. —No te preocupes Asli.— Me dice sonriente y me mira haciendo que sienta que está maldita ropa de invierno se sienta como si estuviese en pleno desierto de Sahara y no en el crudo invierno de Madrid. —Así que tú eres la famosa Asli Fernández...— Continúa y sigue mirándome. —Tengo muchas cosas que quiero preguntarte, pero supongo que alguien te espera dentro, ¿no? — Me pregunta. —Eh... si, mi amiga Micaela... pero, creo que no se enfadará si no entro. — Consigo explicar y ríe. —¿Solo tu amiga? ¿Y tu novio qué? — Pregunta como si nada y ahora sí que esta ropa ya es más que molesta. —¿Mi novio? Pues no sé porque no tengo. — Hablo intentando sonar segura, pero me debo ver como toda una idiota. Por algún motivo él se sonríe de lado y comienzo a darme cuenta que mi imaginación y la realidad no están muy lejos —¿O sea que todas escenas de sexo son pura ficción y no algo basado en experiencias reales con tu novio?— Me pregunta como si fuese lo más normal del universo y aquí estoy yo ahogándome en un ataque de tos. —¡¿Te encuentras bien?!— Me pregunta preocupado mientras me intenta ayudar golpeando levemente mi espalda y debo asentir. —Si... pero, por el amor de Dios... No puedes preguntarme algo así...— Me quejo mientras termino de recuperarme. —¿Por qué no? Tú me has descrito hasta en el más mínimo detalle de mi intimidad, ¿y yo no te puedo preguntar de dónde te has inspirado?— Me pregunta y ahora soy yo quien está riendo. —Touché...— —Nos vamos entendiendo Asli... Entonces qué dices, ¿Te invito una copa y conversamos?— Me propone. —¿Aquí?— Pregunto señalando el club. —Aquí, conozco al dueño y conozco un área privada donde podemos hablar.— Me explica y tan solo puedo asentir. —Te sigo.— Accedo y el de inmediato entra al club mientras que yo camino detrás de él. Le veo saludar a algunas personas y moverse por el lugar tal y como si fuese el dueño, y yo no puedo más que repetirme a mí misma que esto no es una escena que estoy escribiendo de mis historias; esto es real... demasiado real. —Pasa.— Me invita abriendo una puerta cuando ya hemos subido al segundo piso. —¿Y este lugar?— Pregunto mirando a mi alrededor. Es un salón solitario con un gigantesco cristal que permite ver todo lo que sucede tanto en el área de arriba como de abajo, pero definitivamente la gente no puede ver lo que pasa aquí adentro. Hay algunas cuantas mesas de cóctel libres, una barra privada, y algunos sillones blancos. –Es un área privada dentro del club diseñada para gente que quiere algo de privacidad. — Me explica. —Interesante...— Me limito a responder y al darme la vuelta le veo parado a tan solo un par de pasos de mí. —¿Qué quieres preguntarme?— Le pregunto y es que siento que todo lo que está haciendo es un juego para vengarse de mí y quizás puede que me equivoque... pero de no ser así, ¿Qué es lo que querría Asher de la Vega conmigo? —Sentía mucha curiosidad por conocerte... No puedo dejar de preguntarme qué es lo que te lleva a escribir de mi... ¿eres una fan obsesionada? ¿Acaso estás enamorada de mí? ¿O qué?— Me pregunta prácticamente acorralándome contra el cristal ya que sus manos están apoyadas sobre el mismo a cada lado de mi cuerpo. —Siento mucho si te ha molestado algo de lo que he escrito de ti, pero respondiendo a tu pregunta... Soy una fan normal, He seguido tu carrera desde el principio, visto todas tus películas, y hasta ahí ha llegado mi actuar como fan. ¿Enamorada? Pues, eres muy guapo y todo eso, pero no te conozco...— Digo todo eso tan rápido que apenas puedo respirar.  —No pareciera, me describes demasiado bien.— Intercede. —Tú das mucha información en tus r************* . Tu entorno es fácil de conocer, solo es cuestión de googlear un poco.— Digo divertida y se sonríe. —¿Y porque escribes de mi entonces? Cuéntame...— Exige. —Escribo de ti cómo podría escribir de un personaje totalmente ficticio. De hecho, he escrito algunas historias que no precisamente son tuyas.— —¿La del empresario?— Me interrumpe y sonrió. —Pero es que te has leído todo.— Bromeo. —Para que veas... ahora continua. — Me pide. —Comenzó como un pasatiempo después de haber leído algunas otras historias y a la gente comenzó a gustarle... una idea llevo a la otra y se me ha hecho muy normal escribir de ti, pero no es que este obsesionada contigo y mucho menos enamorada. — Explico, pero una media sonrisa de su parte me hace temblar. —¿Y si yo te ofreciera algo como lo que le ofrece el Asher de tus novelas a esas chicas aceptarías?— Me cuestiona y tan solo puedo arquear mis cejas. —¿De qué hablas exactamente?— Pregunto con un hilo de voz. Sonríe, se acerca más a mí y yo estoy muriéndome de miedo y nervios... —Sexo Asli... sexo casual... aquí, en el baño, en el auto... tu elige. — Me explica finalmente y ahora soy yo quien sonríe.  Llevo mis brazos por encima de sus hombros, juego con el final de su cabello y me acerco a sus labios, pero sin besarle —Si me has buscado porque crees que yo soy como el personaje de mis historias; te equivocas De La Vega.— Le digo al oído y le empujo para que se aleje de mí. —Quiero que entiendas que lo que escribo es ficción, tanto de tu parte como de parte de los personajes femeninos. Que yo escriba acerca de una chica atrevida y un Asher  totalmente descarado no quiere decir que yo sea así o que tú lo seas.. Deberías informarte bien acerca de lo que es un FanFic.— Le respondo con rabia y camino hacia la puerta con toda la intención de irme, pero él me sujeta del brazo para evitarlo. —¡Lo siento!— Me dice y se acerca nuevamente a mi... —Perdoname si te he ofendido, es que no sabía con quién iba a encontrarme, pero ahora he entendido que eres solo una chica normal la cual escribe por que le gusta escribir... ¿Empezamos de cero?— Me propone haciendo que le mire con dudas. —¿Era una prueba o que?— Pregunto confundida. —Intentaba saber quien era Asli Fernandez... y me he dado cuenta que eres una mujer absolutamente talentosa para hacerme vivir mil aventuras entre tus letras y así hacerme pensar que eres como alguna de esas mujeres con las que vivo un romance intenso en sus historias. – —Y tu has mejorado muchísimo tus dotes actorales, porque de verdad he creído que querías que tuviésemos sexo aquí.— Bromeo haciéndole reír. —Eres muy talentosa con el arte de las palabras. Dices exactamente lo justo y necesario a cada momento... ¿vodka? ¿whiskey? ¿Vino? ¿Champagne?— Me pregunta y sonrió. —En eso si no he mentido en mis historias... me encanta el champagne, pero por hoy te acepto el trago que quieras tomar.— Respondo y de inmediato aprieta un botón que parece ser de un intercomunicador. —Lucas, dos gin—tonics por favor.— Le pide y me mira –En eso tú tampoco te has equivocado. Es mi favorito.— Rebate y me sonríe. —¿Nos sentamos y hablamos con calma?— —Claro...— Digo y después de nuestro pequeño intercambio de opiniones, los dos volvemos a parecer seres racionales capaces de conversar civilizadamente.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD