Estaba en la cafetería esperando a que Fanny consiguiera nuestro almuerzo para irnos al huerto de flores con Karol, quien nos esperaba allí porque tenía que atender una llamada. —Son guapísimos —dijo ella, mirando a las "cuatro R", que caminaban como los malditos reyes del lugar. Ambas estábamos en la fila del almuerzo. De alguna manera, me había convencido de acompañarla. —Son como cualquier otro —respondí sin ganas, cruzándome de brazos. Era la primera vez que coincidía con ellos cuatro al mismo tiempo desde aquella "charla". La verdad, los evitaba lo más que podía. Eran realmente extraños y, para colmo, yo actuaba raro cerca de ellos. —¿Estás loca? —protestó Fanny con dramatismo, dándome un leve codazo en las costillas—. No parecen de este mundo… —suspiró de manera exagerada y soña

