capítulo 11el regreso de andres

529 Words
capítulo 11el regreso de andres El regreso de Andrés y un beso robado Los días pasaron, y por fin Andrés regresó. Conté con el apoyo incondicional de mi tía y mi amiga Selena; ellas nunca me dejaron sola. Gracias a ellas, tuve la fuerza para seguir adelante y esperar el regreso de Andrés con una mezcla de anhelo y muchísimas ansias. Después de tanto tiempo, ahí estaba él, tan guapo como siempre. Me abrazó con ternura y me dio un suave beso en la mejilla. Así comenzó a relatarme su aventura por el mar: dónde había estado y qué había hecho. Me contó que solía pescar por las mañanas y navegar por las tardes, recorriendo muchas islas y compartiendo con amigos. Lo escuchaba atentamente, feliz de que él supiera que siempre podía contar conmigo. Yo era, de alguna manera, su confidente, su amiga más íntima. Lo amaba con todo mi corazón, aunque en el fondo sabía que lo nuestro era imposible. Creo que él se dio cuenta de lo que yo sentía; era algo que se me notaba a leguas. Cada palabra suya me emocionaba y cada gesto me llenaba de felicidad. Debo confesar que lo deseaba como hombre. Había soñado con él noche tras noche, día tras día. Me había imaginado pasando mi vida a su lado, queriéndonos y amándonos, unidos por un mismo sentir. Ese día, mientras escuchaba sus aventuras, me atreví a robarle un beso tierno y apasionado, lleno de lujuria y deseo. Él solo dijo: "¡Detente! Hey, detente, esto no puede ser." "Sí, lo sé, créeme que lo sé", le respondí. "Pero al menos me quedo satisfecha de que ya estás consciente de lo que siento por ti. Te quiero, te deseo, pero no por eso espero perderte como amigos." Entendía perfectamente. Era valioso mantener una amistad tan bonita y especial. A veces, las amistades son los tesoros más grandes que tenemos. Seguimos conversando y las horas pasaron, se hicieron eternas. Yo estaba feliz de estar junto a él, pero se tuvo que ir a zarpar. Nos despedimos y se fue por el intrépido mar. Una amistad inquebrantable Así fue como él me seguía frecuentando. Yo siempre salía emocionada a nuestro encuentro. Nuestros momentos eran especiales, cargados de energía y buena vibra. Era genial, nos hicimos amigos inseparables. Su amistad era increíble para mí, me había dado momentos felices e inquebrantables. Andrés era un buen amigo y se había vuelto especial para mí. Cada vez que partía, sentía un nudo en el estómago, pero la alegría de saber que volvería me mantenía en pie. Aprendí a atesorar cada instante de su presencia, sus historias, sus risas. A pesar de mis sentimientos, su amistad se había convertido en un pilar fundamental en mi vida, una de esas conexiones raras y preciosas que no se encuentran fácilmente. Y aunque mi corazón anhelaba algo más, el valor de nuestra amistad era un consuelo, una certeza en el ir y venir de la vida. Era feliz. Seguir conservando su amistad era mi mayor tesoro. Era la chica más feliz. que les ha parecido la historia les gusta la amistad entre la sirena y Andrés espero te guste
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