Primer mes sin Emma
Estoy marchito por dentro, la soledad y el dolor ha hecho estragos en mí, no sé nada de Em, ha transcurrido algunas semanas desde que me dejó, se fue sin escucharme, sin preguntar siquiera ¿Si lo hice o no? Mis días se han convertido en una tortura incesante. El dolor corroe mi alma al punto de querer morir, odio está sensación de vacío que se incrementa a la hora de dormir, la casa se siente en total soledad. Le falta ese brillo especial, que tan solo le proporcionaba la presencia de Emma y el diablillo escarlata, falta esa alegría que no sabía que existía, ignoraba estos detalles tan sencillos, pero tan importantes ¡Tonto Erick! No lo vi venir, no se me pasó por la mente que mi esposa se fuera de mi lado, sin dejar rastro alguno.
El príncipe que no era príncipe, sino un jodido loco de mierda, me hizo creer que la tenía raptada, no obstante no era así. Mi padre movilizó a muchas de sus influencias en tan únicamente dos días supe que me había dejado por su propia decisión, descubrimos que ese tarado jugó con mi mente, aunque la hermana si murió, realmente lamento que esa chica se hubiera obsesionado conmigo al punto de suicidarse.
La mujer era esquizofrénica al igual que él. Aunque no pudieron detenerlo, debido a que ese demente no cometió un delito como tal no hizo nada que atentará contra mi vida. Los abogados hicieron un buen trabajo logrando que el juez dictara una orden de alejamiento, sin embargo, siento que esa mierda no fue suficiente.
Tres días después perdí la conciencia y al verlo le golpeé fuerte y en repetidas ocasiones hasta destrozar su rostro. Descargue mi frustración en su estúpida cara. La furia se apoderó de mí, me alejo de mi diosa de fuego por puro capricho, debía por lo menos golpearlo y eso hice con satisfacción. ¿Qué obtuve? Otro escándalo y dos días refundidos en la cárcel, más una demanda millonaria, los papeles se intercambiaron y el victimario se convirtió en víctima.
Fueron tantas las estupideces de las cuales me acusaron, la prensa determinó que el esquizofrénico soy yo, ya que golpeé personas sin un motivo evidente. Lo que no saben es toda la miserable situación en la que estoy metido gracias a ese embaucador. Logró desestabilizarme mental, pasional y físicamente. Después de todo obtuvo su cometido, mi vida se vino abajo, estoy flotando en el lodo.
Ese día me odie tanto, toque fondo y de la peor manera, ya que tenía la idea o digamos la leve esperanza que a Emma la estuvieran obligando a dejarme, sin embargo, la verdad se estrelló en mi rostro sin anestesia. Ella se fue solamente por su decisión, al ver un fotomontaje, esa estúpida rubia jamás estuvo conmigo, me porté como un caballero, fui un esposo fiel y Emma no lo valoro.
Destroce mis nudillos con las paredes opacas y tétricas de 2X2 que simula ser una habitación, los barrotes estaban oxidados y la hedentina a orina era insoportable. Fui la comidilla de la prensa, ya que casualmente «Gracias al impostor» las fotos de mi supuesto engaño estuvieron por días en todas las televisoras, revistas y periódicos de La Gran Manzana.
Con cada noche que transcurre sin ella la soledad duele más, mi ansiedad simplemente aumenta a niveles impensables, Emma me abandonó, se le hizo fácil desconfiar de mí «Su esposo» Juzgo sin miramientos, no se tomó la molestia de escuchar una explicación de mis labios. No me otorgo el beneficio de la duda y en cierta parte lo comprendo, ya que en el pasado fui un bastardo egocéntrico adicto a follar con extrañas, sin embargo, lo que si no perdono es que no me haya esperado. Solo debía darme un minuto de su valioso tiempo, pero no fue así, se le hizo más sencillo huir de mi lado, abandonarme sin importarle mis sentimientos. Me entregué a ella en cuerpo y alma ¿para qué me sirvió?
¡Para una mierda! Esa es la respuesta más adecuada a mi incógnita. Lo peor de todo es que anhelo saciar mis ganas en ella, otras mujeres dejaron de ser atractivas ante mi vista, la más hermosa es mi espantapájaros rojizo, adoro sus pecas en sus hombros, esa mujer me hechizó, es una bruja. La sexi pelirroja me hizo perder y espero que ella me pueda volver a encontrar.
Segundo mes sin Emma
Joder no pienso firmar, no engañarme a mi mujer, esas pruebas son falsas —Grito furioso, maldición Emma me está pidiendo el divorcio, la pelirroja no quiere saber nada de mí, muy al contrario de mí, estoy condenado a recordarla cada noche, invadió mi mente y de allí no quiere salir. Aún no hemos dado con su paradero, desapareció de la faz de la tierra. Contraté a un detective privado, lleva días buscándola sin obtener ningún resultado convincente.
¡Diablos! Espantapájaros me debes tantas explicaciones y te las pediré debajo de mí, cuando esté llegando a lo más profundo de tus pliegues. El abogado de mi esposa abre los ojos en demasía cuando lo tomé por el cuello de la camisa, soy alto y corpulento, este es un mínimo insecto que entorpece mi vista… Este sujeto pagará la rabia que me produce no encontrar a mi esposa — ¿Dónde está la señora Montalvo? —Grito en su rostro, el rubio palideció al ver mi cara de ogro enfurecido.
Mi esposa lleva un par de meses desaparecida y estoy a punto de pegarme un tiro. Mierda ¡La necesito! Está estúpida situación está por acabar con mi vida, me duele al punto de sentirme asfixiado. Mis pulmones se queman por falta de oxígeno y en mi garganta se acrecienta un nudo doloroso. Jamás imaginé que el gran Erick Montalvo fuera doblegado por una mujer.
—Suélteme —Pide temblando el tipejo miedoso que intenta hacerme firmar el divorcio con sus estúpidas leyes matrimoniales que a mi no me importan, no incurrí con ninguna de ellas, no le falle, por lo tanto, no estamparé mi rúbrica en ese dichoso documento —Ya le he dicho la verdad. No le miento cuando declaro que su esposa me contactó vía telefónica y por correo electrónico, le juro que no la he visto jamás, la señora Campbell asegura que no desea tener contacto con usted ¡Lo siento! —Me mira con lástima, odio su apellido de soltera, ella es Emma de Montalvo, pero desisto de recalcar mis palabras, no vale la pena, mi aspecto físico no es el mejor mi barba es larga, mi ropa un tanto desaliñada y mis cabellos lucen despeinados, sé que el abogado dice la verdad sus ojos no mienten. Aparte que también lo están siguiendo, apenas Emma se reúna con su abogado el primero en saberlo seré yo.
La frustración llega a mí, es tortuoso intentar descubrirse paradero sin obtener resultados positivos —No firmaré —Gritó irritado, no le daré el gusto, le daré la batalla, pelearé por mi esposa, ella es mía solamente mía y así será hasta que tenga vida.
—Señor Montalvo así se niegue a firmar en unos meses estarán divorciados de igual forma, se hará de manera fortuita, la señora no desea continuar con este matrimonio, lamentablemente su relación está irremediablemente rota —Eso sí me dolió, cada palabra llegó a lo profundo de mi alma.
—Manifiéstele a su clienta, es decir mi esposa que tenga el valor y me pida el divorcio ella misma frente a frente, o mejor aún, que si viene y me da un beso pueda que me decida o que intente convencerme con una noche de pasión entre ambos. De este modo recordaremos ciertas cosillas. Mientras tanto váyanse al demonio los dos —Prefiero tener un poco más de tiempo para encontrarla, se me ocurrió una idea y disfrutaré ejecutarla, con ello tomé los documentos y los volví añicos, se redujeron en mil pedazos.
—Largo de mi oficina —Lance los desechos al suelo y me concentré en mi computador dejando con la palabra en la boca al abogado de mi esposa. Esta noticia me parte el alma apenas salió me derrumbe lleve las manos a mi pecho y me abracé a mi mismo «No puedes hacernos esto Emma. Tú y yo nos amamos» lloro como un estúpido, me serví un trago y el sabor a brandy quema mi garganta.
Tercer mes sin Emma
«¿Dónde estarás mi pelirroja?» Es sábado y decidí mudarme a mi antiguo departamento de soltero, estar en esas paredes donde viví tantas cosas diferentes con mi espantapájaros me atormenta. Los sentimientos están a flor de piel y recuerdo en cada lugar. Extraño su risa, su cabello suave, sus labios embriagadores y su cuerpo de diosa. También echo de menos al diablillo rojo, las tonterías de ese mocoso me entretenían. ¿Estará embarazada? Es la otra incógnita que rodea mi mente.
En mi pecho surge la esperanza que tal vez sí está embarazada y por eso se alejó de mí. Añoro que cuando se le pase la rabia vuelva a mis brazos, necesito sentir su calor llenar mis fosas nasales de su olor y palpar su piel. Añoro besarla, acariciar su cuerpo y sentirla mía como siempre. Se encargó de marca mi vida por completo.
Mi paranoia me ha hecho pasar bastante malas experiencias, he confundido a Emma con toda pelirroja que me he encontrado en la calle, me estoy volviendo loco, me jodió de la peor manera con su ausencia ¿Por qué te fuiste mi amor? Sí yo te amo.
Cuarto mes sin Emma
El alcohol es mi aliado, bebo para aliviar mi pena, mamá está preocupada y papá también, las finanzas en la Importadora Montalvo, no van nada bien, no he podido concentrarme en el trabajo. Mi primo Dereck me acompañaba cada vez que puede, pero su compañía es insignificante, me da igual si está en casa si no, mi apartamento luce y huele espantoso, cuentos de botellas vacías están dispersas en diferentes lugares de la misma y algunas cajas de pizzas adornan los sofás, en la piscina abundan las latas de cervezas y los desechos de meses sin limpiar abarcan la mayor parte de la estancia.
Quinto mes sin Emma
Corro escaleras abajo intentando acercarme a Emma, al llegar al estacionamiento la tomo en mis brazos y la mujer grita —Suélteme por favor —Implora desesperada. Eso hago ¡Soltarla! Ya estoy tan mal que deliro con tan solo observar una cabellera roja. No puedo seguir así, estoy enloqueciendo y es por su maldita culpa ¡Me abandono! vuelvo a la realidad, resoplo antes de disculparme con la mujer, que viéndola de cerca no es tan hermosa como mi amada espantapájaros rojizo.
—Lo siento señorita, la confundí con mi esposa —Agache la mirada y camine de vuelta, «Maldita locura que me hace amarte» «Te odio Emma, pero te amo tanto». Me adentro en mi coche y corro por las calles de New York, no lo vi venir me estrellé contra un muro, mi cuerpo duele, la sangre de mi frente escurre, por un lado, sería maravilloso poder morirme en este instante.
Mi mente viaja a ese momento que por primera vez se entregó a mí, sonrió a pesar de este desagradable dolor que se encuentra recorriendo mi cuerpo en este instante, el dolor corporal, no se compara con el dolor de mi alma. ¿Por qué me abandonaste? Mis lágrimas se mezclan con los hilos de sangre que brotan de mi cabeza. Si muero hoy lo haré recordando a la única mujer que amo.
No debería recordarla, debería exiliarla de mi mente, no valoro este tonto amor que siento por ella, deseo olvidarla, arrancarla definitivamente de mi pecho, pero no puedo. Quiero odiarla, sin embargo, cada vez se adueña más y más de mi corazón, el olvido sin duda sería una mejor opción y la muerte un gran consuelo.