Me desperté agitado con el celular en la mano, observé el correo con la esperanza tonta de conseguir una respuesta de mi diosa de fuego, al darme descubrir que no obtuve nada mi pecho se aprieta de tristeza. ¿Seré tonto? Espero algo que tal vez no llegue nunca. Observo su foto una vez más y la llevo a mis labios. —Te extraño amor mío, vuelve por favor —imploro una vez más.
La chica se mueve de un lado a otro y de pronto grita aterrorizada, me acerco con cautela, se sorprende al verme —No me hagas daño por favor —Enciendo la luz y al mirar mis ojos se tranquilizó un poco, el pecho de Irina sube y baja acelerado, se nota que ha sufrido muchos maltratos.
—Lo siento, fue una pesadilla —Expresa apenada.
— ¿Aún te duele? —preguntó cambiando de tema, no me gusta indagar en los sueños quejumbro
