Mi cuerpo no reaccionaba, había entrado en un estado de shock, solo escuchaba los sollozos de Maddie desde el otro lado y no era capaz de responderle, no podía hacerlo. No podía estar bromeando, ella sabe que odio que me hagan bromas pesadas y de mal gusto, además, por cómo se escuchaba, estaba segura que no mentía. Lo sé. De pronto, sentí el calor de una mano tocando mi pierna y moviéndola, como si me estuviese despertando de un sueño, aunque en cierto modo, sentía que esto era eso, un maldito sueño. - ¿Estás bien? -Aaron susurró cerca de mi oído como si no quisiera que nadie más lo oyera, parpadee varias veces, saliendo de mi estado de shock y lo miré con miedo en mis ojos ¿en qué momento se acercó tanto a mí? - ¿Qué mierda estás diciendo, Madeleine? Déjate de juegos. -sentí un nudo

