Una hora más tarde…
Los acordes melancólicos de "Simple Man" del grupo de los años setenta: Lynyrd Skynyrd, uno de los favoritos de Absalón, flotaban en el aire de la lujosa habitación, con la voz del cantante mezclándose con el suave sonido de las manos aceitadas deslizándose sobre su gran espalda ancha tatuada.
Absalón yacía boca abajo desnudo sobre su cama king size, con una almohada de seda n£gra estratégicamente colocada bajo su entrepierna herida junto con una bolsa de hielo. Los planes del día, que incluían reuniones importantes y una visita al club, se habían visto truncados por su encuentro con Saleema.
―¿Más abajo, mi señor? ―susurró "Dedos" con su marcado acento ucraniano.
Sus senos desnudos rozaban ocasionalmente la espalda de Absalón mientras sus manos expertas trabajaban
