Jazmín. —Bueno hijito mío de mi corazón. —parada con Raymi en brazos me muevo para todos lados intentando de que deje de llorar—. Tranquilo hijo, no pasa nada. —Primero tú te tienes que tranquilizar Jazmín. —miro a mi mamá como si estuviera loca—. Cálmate. —No puedo. —Vas a tener que hacerlo. —lo dejo en la cama y ahí le saco la ropa haciendo que se revuelva a los gritos—. ¿Ya estas Leo?. —Si... Yo lo agarro si tienes miedo Jaz. —Si, agárralo tú, yo no creo poder. —Pero entra conmigo. —Si. —lo alzo envolviendolo en la toalla que vamos a usar para secarlo y entro al baño. —Yo voy a preparar una toalla caliente por mientras. —veo la bañera lista con el agua calentita y Leo se comienza a sacar la ropa así se mete con él. —Me voy a meter con él. —Mejor, así no me da mas pánico

