La pregunta de qué hacer en un día y medio empezó a tener respuesta poco más de dos horas después, cuando el cuarteto regresó a la suite de Mike tras una elegante cena en el restaurante de cinco estrellas del hotel. Ni Kat ni Amber habían disfrutado jamás de una comida tan copiosa. Mike y Brad sabían cómo disfrutar de la comida y el vino. Ambas se habían asegurado de moderar su consumo de alcohol, e incluso les recordaron a los hombres que no se excedieran, ya que esto afectaría su virilidad.
De pie en medio de la suite de Mike, Amber le ofreció los brazos al apuesto hombre con el que suponía que se juntaría un día y medio más. Mike se abalanzó sobre el duendecillo, se inclinó y la besó, ahora con una pasión que no podían mostrar en el restaurante después de haberse acurrucado un rato entre plato y plato.
Amber susurró. —Ay, Mike. Estoy deseando que me hagas el amor.— La voz que hablaba en voz alta era distinta a la voz interior que le gritaba a Amber que saliera corriendo. Había puesto cara de valiente y esperaba que él no pudiera leer sus emociones. Hizo todo lo posible para evitar que le temblaran las rodillas y que su voz se quebrara.
Mike jadeaba mientras comenzaba a desabrochar con cuidado los botones blancos de la ajustada blusa de seda de Amber. Ya había deslizado un dedo desde su cuello hasta el escote que la blusa dejaba para su disfrute. Las caricias la habían excitado; a pesar de su nerviosismo, también estaba excitada.
Al otro lado de la sala de estar de la suite, el hermoso top cruzado de Kat se desprendió de su torso con la ayuda de Brad, convirtiéndose en la primera prenda que se quitó ese fin de semana. Segundos después, los generosos pechos de Kat aparecieron a la vista, y Brad agachó la cabeza para succionar cada pezón hinchado. El gemido de felicidad de Kat llenó la habitación e incluso inspiró a Amber.
* * * * *
Edie chilló de alegría cuando Kat y Amber entraron en la residencia estudiantil justo después de comer el domingo. Se abalanzó sobre ellas. —Kat, Amber, tienen que contármelo todo. Quiero un relato detallado, o mamada a mamada, o sexo a sexo, de cada segundo que estuvieron fuera. ¿Amber, lo hiciste tú?—
Amber se rió, sintiéndose incluso más segura que de costumbre con su amiga. Dijo. —Bueno, ya no soy virgen. Creo que podría decirlo al menos una docena de veces. ¡Dios mío, Mike era un semental! Tenía una resistencia tremenda y se recuperaba rápido, pero ayer hicimos algunas otras cosas. —
Edie instó. —Dime. Dime. Estoy tan celosa. Ojalá Paul hubiera regresado con ellos, así los tres podríamos haberlos jodido a todos. —
Kat dijo. —En resumen. Te vimos en el vestíbulo del hotel al entrar. Deberías haber ligado con alguien también. En fin, Mike, Brad, Amber y yo fuimos a tomar cócteles al bar de la azotea y luego a cenar al restaurante. Pedí un plato de ternera que te encantaría. —
Regresamos al baño de hombres y animé a Brad a que me desnudara. Cuando me tuvo desnuda, le pedí que me chupara los pechos y nos besamos un poco más. Luego le bajé la cremallera y saqué una polla monstruosa; bueno, eso me pareció. Le dije que era un monstruo y eso pareció alegrarlo mucho.
Amber retomó el hilo. —Hice lo mismo con Mike, solo unos segundos después de Kat. Ella fue mi modelo a seguir esa noche. Me sentí mucho más segura y confiada porque estaba en la misma habitación. Antes de que Mike pudiera siquiera desvestirse, ya lo tenía en mi garganta en lo que, según él, fue la mejor mamada que jamás había hecho, multiplicada por diez. Mike me detuvo, se desnudó y me llevó al sofá. Me lamió durante veinte minutos, y creo que me corrí unas seis veces. Estaba buenísimo. Dios, fue tan sexy, porque Brad le estaba comiendo la polla a Kat justo a mi lado. Nos tomamos de la mano unos minutos. —
Edie dijo. —Estoy tan celosa y me estás poniendo muy cachonda. —
Amber continuó con su vocecita aguda. —En fin, al final lo animé diciéndole que era hora de convertirme en una mujer de verdad. Le gustó. También sugirió que me corriera encima de él para controlar mi primera penetración. Lo monté y nos besamos, y luego me levanté y pasé su polla por mi raja como en las películas porno que veíamos. Al final, me dije: 'Ya es hora', y muy lentamente puse su polla en la entrada de mi coño y moví un poco las caderas mientras me hundía en cada centímetro de él. Era maravilloso, y me corrí... es decir, ¿puedes creerlo? Cuando mi vello púbico estaba pegado a él, una sensación maravillosa me invadió, y me elevé al cielo con mi primer orgasmo en un polvo de verdad. —
Kat dijo. —Brad y yo observamos a Amber y Mike. Le conté sobre la gran desfloración que estaba ocurriendo. Fue tan dulce que me trató igual. Monté a Brad y follamos en paralelo con Mike y Amber, y justo a su lado en otro sofá. Hacerlo con otra pareja tan cerca fue tan erótico que creo que tuve al menos un orgasmo solo porque estábamos en grupo. —
Amber añadió. —Ah, sí. Fue tan erótico y romántico a la vez. Caí en los brazos de Mike y nos besamos mientras él empezaba a penetrarme lentamente. Yo también le di las gracias por ser mi primera vez. Me dijo que estaba muy apretada, pero que eso le hacía bien. Sabes, mide unos veinte centímetros de la punta a la ingle, y lo cogí entero; también era ancho, no como una lata de cerveza ni nada, pero tenía un grosor muy satisfactorio. —
—¿Cuánto tiempo has follado?— preguntó Edie.
—¡Toda la noche!—susurró Amber, casi desmayada. —Me refiero a la primera vez que estuve encima unos veinte minutos, hasta que Mike me corrió dentro. Después, nos abrazamos y nos besamos un buen rato. Tuve un par de orgasmos más, pero no me corrí cuando él. Estaba muy concentrada en que se corriera, así que le dije lo mismo que ensayamos, solo que lo decía en serio. Tenía muchas ganas de que se corriera dentro de mí, y después de eso, también quise follarlo toda la noche.—
—¿Qué pasó entonces?—
Amber respondió. —Vimos a Kat y Brad follar, hasta que Brad se corrió dentro de ella. Eran ruidosos, y Kat es una quejica, como sabemos. Todos nos excitamos de nuevo. —
Amber suspiró. —¡Dios mío, fue tan bonito! Mike me abrazó durante media hora y me susurró cosas sobre lo agradable y especial que era, y cómo quería pasar más tiempo conmigo. De repente, estaba boca arriba y Mike estaba excitado otra vez. Me penetró y volvimos a hacer el amor. —
—Estás jodido.—
Amber insistió. —No, hicimos el amor. Fue tierno y cariñoso. Me cuidó como si fuera porcelana fina. Me sentí como una princesa y le dije que era mi príncipe. Hicimos el amor unos quince minutos, y luego hicimos algo muy travieso.— Sonrió como un gato de Cheshire.
Edie insistió con creciente curiosidad. —¿Qué? ¿Qué? ¡Dime!—
Kat resopló. —Cambiamos de pareja. Mike se apartó del coñito apretado de Amber, Brad salió de mí y los hombres intercambiaron. Mike vino a mí y Brad a Amber. Empezaron a follar enseguida, mientras que Mike me hizo sexo oral un rato. No dije nada sobre el semen de Brad dentro de mí; debió saberlo, pero no pareció importarle. —
Amber dijo. —Los cuatro hicimos el amor durante media hora más hasta que los hombres volvieron a correrse. En menos de una hora, me corrí dentro de dos hombres diferentes, y era mi primera vez follando. Estaba tan excitada y excitada que quería gritar de alegría a todo pulmón. Todo fue muy empoderador. —
Kat dijo. —Después de abrazarnos un poco más con nuestra nueva pareja, nos duchamos, nos vestimos y volvimos a la azotea, donde había un trío tocando jazz. Bailamos durante una hora o más, y luego volvimos a la habitación y volvimos a hacer el amor. También volvimos a intercambiar parejas. —
—¡Suena fantástico!— exclamó Edie. —Tengo que adentrarme en este juego a fondo. Me alegra mucho que hayas tenido buenas experiencias. —
Amber añadió. —Ah, se me olvidó decirte que Brad me comió la polla después de hacer el amor por segunda vez. Le dije que era la primera vez que un chico me comía el coño después de haberme corrido. Eso lo excitó muchísimo, tanto que tuvo otra erección tremenda que le dio un buen uso dentro de mi coñito apretado. —
—¿Qué quieres decir con segunda vez?—
Mike se corrió dentro de mí, un montón, la primera vez que volvimos del bar de la azotea, y luego Brad se corrió dentro de mí antes de ducharnos y volver al bar. Sé que se me escapaba por el chochito. Incluso me puse una compresa en el tanga. Cuando volvimos de nuestra segunda salida al bar, Mike me volvió a follar y se corrió. Para entonces, ya estaba goteando un montón. Brad lo vio y me hizo sexo oral. Bebió todo el semen, me chupó un poco e incluso usó un dedo para sacarlo, pero bebió hasta la última gota que encontró, la suya y la de Mike. También me provocó un pequeño orgasmo con lo que hacía con la lengua y los dedos. Lo recogió en la boca y luego lo subió para que lo compartiéramos mientras nos besábamos. Fue taaaan sexy. Ni siquiera en el porno que estudiamos, vi a un hombre hacer eso.
Edie preguntó. —¿Dormiste alguna vez?—
Sí, después del segundo polvo que tuvimos al bajar de bailar. Mike se acurrucó contra mí por detrás, me volvió a meter la polla y nos quedamos dormidos. Volvimos a hacer el amor en mitad de la noche, y luego, al levantarnos sobre las nueve, Kat se había ido con Brad a la otra habitación de la suite. Me preocupé un poco hasta que me di cuenta de que los chicos habían dejado todas las puertas abiertas y pude oír a Kat follando otra vez.
Kat asintió. —Hicimos más o menos lo mismo: nos apareamos, dormimos y cogimos en mitad de la noche y luego cuando nos despertamos. —
Edie insistió. —Entonces, ¿cómo estuvo el sábado?—
Amber sonrió. —Bueno, después de nuestro polvo matutino, y podría acostumbrarme, nos duchamos, nos pusimos bikinis y ropa informal, y los cuatro bajamos a almorzar. Habíamos follado un buen rato esa mañana. Brad me dijo que era porque él y Mike estaban agotados y necesitaban recuperarse. Parecía avergonzado, pero le dije que necesitábamos un respiro para no irritarnos. Creo que eso lo tranquilizó. —
Después del brunch, nos subimos a su coche de alquiler y nos llevaron a una zona remota de la playa cerca de Palm Island. Caminamos descalzos por la playa durante un kilómetro y medio o más y luego volvimos al coche. Fueron muy románticos. Mike me tomó de la mano y sentí todo su amor y energía, y espero haberle correspondido. Nos detuvimos y nos besamos mucho mientras caminábamos. Kat y Brad hacían lo mismo. Fue bastante romántico.
Kat asintió para confirmar la historia de Amber.
Edie preguntó. —¿Tuviste sexo en la playa?—
¡Dios, no! Había un montón de gente alrededor. No estábamos tan solos. Pero, ¿sabes?, si me lo hubiera pedido, habría vuelto a las dunas con él y habría dejado que me volviera a follar. Soy una conversa. Quiero follar todo el tiempo. ¡Qué ganas de que llegue la próxima vez!
—¿Qué hiciste después de la playa?—