Edie también fue la siguiente chica en conseguir una "cita" gracias a que repartimos nuestras tarjetas de presentación a unos treinta conductores de limusina con los que habló en el aeropuerto: "Sensations" en un lado, y su nombre y número de celular en el otro. Pensó que sería una apuesta arriesgada, pero un día, poco después, recibió una llamada. Hola, ¿eres Edie? "Hola. Sí, lo es." Su voz era amable y alentadora, invitando a seguir conversando. Había ensayado con sus compañeras de piso cómo responder para que cada una tuviera el sonido "correcto". Me llamo Martin Powell. El chofer de mi limusina me dio su nombre y número. Estoy en la ciudad para una cena especial y necesito a una jovencita guapísima del brazo. El chofer me encantó y dijo que era pelirroja. ¿Puede hablarme de usted? M

