Lina No podía creer en la mujer en que me había convertido, porque me desconocía por completo, yo jamás me había interesado por tener sexo, no era relevante para mí, pero ahora no podía siquiera quitarle las manos de encima a Esteban, el sacaba de mi ese lado que no, no creí tener jamás y es que sus caricias me dejaban con una extraña sensación de querer más, porque por más cansada que pueda estar no es suficiente cuando se trata de estar con él. Como en este momento, la noche anterior había sido increíble, no habíamos podido quitarnos las manos de encima en gran parte de la noche y aquí me encontraba ahora, sintiéndolo nuevamente en mi interior mientras entraba en mi con fuerza. Lo sentía en cada parte de mi cuerpo, la presión que sentía en mi vientre por su tamaño y la posición en la

