Wan miró el reloj de la pared. Dijo: «Ya casi terminamos la semana. Durante el fin de semana, necesito que cada uno haga mil abdominales. Repártanlos; no todos a la vez».
Me resistí: "¡MIL!". Mi voz resonó en el gimnasio vacío. Cindy parecía horrorizada.
Asintió con entusiasmo hacia nosotros. "Sí. Ninguno de los dos tiene resiliencia central. Empezamos a fortalecer los músculos centrales. ¿Lo ven? Necesitan fuerza interior; eso los hará sentir mejor". Hizo una pausa y nos hizo una profunda reverencia. En la primera lección nos habían enseñado a inclinarnos con reverencia ante nuestro instructor. Hicimos una reverencia.
Mientras caminábamos hacia el vestuario de mujeres, Cindy dijo: "Eso significa quinientos abdominales mañana y quinientos el domingo. Eso es todo lo que haremos en todo e
