Siempre libre

UNO

Una mañana de otoño comenzó a sentir cosas distintas, ella estaba cambiando. Más bien ella estaba forjando su actitud, su forma de ser.

Ella es Ana, corto y simple; fácil de recordar siempre penso.

Un día de madrugada se despertó sin razón alguna. Y en ese momento empezó su viaje mental. De una a un millón de cosas pasaron por su cabeza, y solo algunas le quedaron rondando, esas que no comprendía, o no había experimentado.

La alarma la trajo de regreso de su pequeño trance, era hora de alistarse hoy comenzaba las clases.

Su primer día en una ciudad desconocida, ya sentía la incertidumbre.

Siendo aún temprano por la mañana y ya preparada para comenzar su día, desayunó con sus padres, ellos son algo amorosos y forman una bella familia de solo tres integrantes, bueno de cuatro si contamos a Ciro un perrito salchicha que tenían hace unos años.

Su papá de camino al trabajo la acercaría para subirse al bus escolar, el cual la llevaría hasta la primaria y ella caminaría hasta el edificio de secundaría. Un campus gigante pensó. Ese día comenzaba en el Instituto católico del partido ya hacía unos días se mudaron de Palmero porque su papá obtuvo un ascenso y lo derivaron a una sede de la empresa, en la zona norte de la provincia.