Capítulo 19

4646 Words
¿Queeee? No puede ser verdad... — Te refieres a su Ex esposa — dije tratando de aclarar el malentendido — ¿Cierto Pierre? ... ¿Pierre? El no volteo a verme. — ¿Eso fue lo que te dijo? — respondió la muy bruja. — Porque yo aún sigo casada con el... ¿No es así Pierre? — completo acariciando su cara. No... Eso no puede ser cierto. — ¿Pierre? — lo llame pero este seguía sin voltear y darme la cara. — Pierre ¿Eso es cierto? — intenté de nuevo dar con él, con su mirada, más el no respondió. — ¿Tu... Tu lo sabías? — le pregunté a James mirándolo a la cara, pero él seguía con su mirada puesta en aquella mujer. — Oh claro que lo sabía. — respondió ella. — Permíteme presentarme — dijo con cierto tono arrogante — Yo soy Sabrina De Lucca la esposa de Jean Pierre y la compañera de James todo este último mes. Oh Dios... No puede ser... — ¿Ámbar? — me sostuvo Connor cuando me faltaron las fuerzas en mis piernas. — ¡ÁMBAR! — me grito Connor haciéndome reaccionar y darme valor para no caer frente a estos malditos mentirosos. James hizo ademán de cargarme pero en un rápido movimiento me solté de el. — ¡No me toques James! ... No me vuelvas a tocar más nunca en la vida. Allí si pude obtener la atención de Pierre quien justo en ese momento volteo a verme, aunque ahora es tarde, ya es muy tarde para dar explicaciones. — Pierre no te quiero volver a ver mas nunca. Me has vuelto a engañar... — dije tratando con toda mis ganas de mantener las lágrimas a raya. — Y eso jamás te lo voy a perdonar. — Principessa. — respondió en tono bajo. — PRINCIPESSA NADA... ¿CÓMO SE TE OCURRE MENTIRME CON ESO? ¿CÓMO TE ATREVES A LLAMARME COMO LLAMASTE A TU EXMUJER? ¡OH PERDONA! DÉJAME QUE CORRIJA ¡A TU MUJER! — Ámbar, no es así. Ella es mi ex esposa, aún no salen los papeles pero es así Amore mío. — Ja' ¿Amore mío? Es que no tienes más maneras de llamar a una mujer Pierre... — seguia la bruja hablando, metiéndome más la espada por la herida. — ¡CÁLLATE! — le gritó Pierre desesperado. — Ámbar de verdad cariño, yo no tengo nada con esta mujer. De verdad créeme... Yo estoy divorciado — Aún no Pierre... — le recordó la mujer con su sonrisa triunfante. — ¡CÁLLATE DE UNA PUTA VEZ! — le volvió a gritar. Cómo lo han dañado los dos. Y yo pensando en irme a vivir con ellos y darles otra oportunidad. Pero la verdad vuelve a golpearme y esta vez más fuerte que nunca. Voltee la cara y me encontré con la mirada ausente de James, lo que me hizo recordar algo. — ¿Tu preferiste irte con ella antes que quedarte conmigo y nuestro bebé? No respondió nada. Solo su silencio bastó y sobró para darme otro golpe por la espalda. Si, si lo hizo, si prefirió irse a quedarse conmigo, antes que apoyarme a mí y cuidar de nuestro hijo juntos. — Preferiste a esta mujer ¿Antes que a mí? De ella hablabas en la emisora ¿Verdad? Entonces ella sí sabía que habías regresado... Ella sabía que estabas vivo y yo no. Sí tenías elección y la elegiste a ella. La herida cada vez se va haciendo más grande, siento una fuerte punzada de dolor en mi pecho y me cuesta demasiado respirar pero me niego a que ellos me vuelvan a tocar, me niego a que me vean caer, me niego a darle el gusto a aquella mujer. — Connor ¡Vámonos! — lo agarre de la mano y este me sostuvo hasta entrar a la casa. Al verme ir, James y mucho más Pierre que parecía perdido, reaccionaron siguiéndome todo el camino hasta la entrada. Me hacía de oídos sordos, sin embargo, escuché “Ámbar de verdad créeme, yo no tengo nada con ella" eso lo dijo Pierre. “Ámbar, no fué así, yo no te deje para estar con ella, yo no la preferí a ella" eso último estuvo patrocinado por James. Y como esos, muchos alaridos más salieron de sus bocas traicioneras. Una vez dentro, agarre mi confiable bolso y Connor su portafolio y las llaves tanto del carro, como de su casa. Está será la última vez que me ven la cara de tonta. — ¿Lista? — me pregunta Connor antes de abrir la puerta. — ¡Lista! — respondo yo con una firmeza desconocida. Al salir voy directa al carro sin molestarme en voltear a verlos, no hace falta, ellos se me han pegado a los lados dándome poca libertad de movimiento. — Ámbar te lo juro mi vida yo estoy divorciado de ella hace dos años cariño. — No quiero escucharte Pierre, tuviste muchas oportunidades de decirme la verdad y preferiste mentirme. — Ámbar cariño es cierto, no te he mentido. — me dice el alcanzando a pararme. No hace falta decir palabras, por mi cara sabe lo que pienso. — Bueno cariño, si, no te dije toda la verdad... Pero Y-yo no estoy con ella. Yo la dejé hace dos años, solo que no habiamos firmado los papeles de divorcio. «Ámbar respira, anda respira» — Pierre, tu me puedes explicar ¿Cómo a dos semanas de nuestra “supuesta boda" tú aún sigues casado con ella? Dime, porqué de verdad no le encuentro la lógica. — ¡Por eso se ha quedado tan tarde en la radio! Angelito, para estar conmigo... — escuché a la estúpida esa decir. Pierre desvío su mirada hacia ella y la muy descarada dijo — Ups... ¿Se supone que no debía saberlo? Lo siento Pierre, se me escapó — tratando de sonar arrepentida, aunque estaba claro que eso era lo que quería. Pierre le mando una mirada asesina antes de regresar a mí. En cambio, yo no desvíe mi mirada a ella, se la mantuve a Pierre para ver si había aunque sea un ápice de falsedad en sus palabras, solo que para mí desgracia no era así... Suspiré y seguí caminando. — Ámbar, amor. Por favor dame la oportunidad de explicarte — me atajo James, haciéndome parar nuevamente. — James... Respóndeme estás preguntas, ¿Por qué decidiste irte? ¿Ella tuvo algo que ver en tu decisión? ¿Que significa ella para ti? ... Piensa bien tu respuesta James, no quiero más mentiras. — lo confronté. Su silencio solo incrementó más mi irá y mi decepción. Antes de seguir aguantando las burlas de estos sigo caminando. — Ámbar no es como piensas amor. — me dijo sosteniendo la puerta del carro. — Suelta la puerta James... — le amenazo. A lo que se suma Pierre logrando interponer su cuerpo entre el asiento y la puerta del auto de frente a mi. — Huy pero que genial hermanitos... Es que por eso es que se llevan tan bien. — Par de mentirosos los dos. — Hubiera sido tan distinto si tan solo me dijeran la verdad, pero no, para ustedes eso no es posible ¿Cierto? No pudieron, es más, no supieron cómo responder, se les veía la desesperación en sus caras. Sin embargo, no se movieron. Connor ya había encendido el auto, faltaba que los dos se quitarán para cerrar la puerta de mi lado y poder arrancar. Me estaba faltando el aire, así que me senté en el asiento y traté de calmar mi respiración. — Espero que hayan disfrutado todo este tiempo burlándose de mí porque será la última vez que me verán. — me provocaba decirles más cosas, gritarles, incluso abofetear sus caras por haberse burlado de mi, más, no lo hice. Ya me empezaba a faltar el aire y quería salir de allí a toda velocidad. — James, sabrás de tu hijo por medio de mi hermano, de mi ya te puedes olvidar. — se que no debo meter a mi hermano en esto, pero es lo único que se me ocurre en estos momentos. Tampoco voy a dejar a mi hijo sin padre, aunque sinceramente es lo que me provoca. — Pierre, no esperaba esto de ti. Me has decepcionado. No me busques, no me llames, no quiero volver a saber de tí. — Ámbar por favor cariño dame la oportunidad de explicar... — No. — Ámbar, por favor cariño, por favor — me rogaba sujetándo mis manos. ¡Diablos! Como es posible que nada más sentir sus manos me provoca mil emociones por dentro, como si un estallido de cosquillitas se expandiera por todo mi cuerpo. Me odio por no sentir odio por ellos. — Pierre, evita que salga y te destroce la cara, cierra la maldita puerta. — escuché a Connor detrás interrumpiendo mi flaqueo, con una voz de ultratumba nada normal. El salió con la cabeza cabizbaja, cerró la puerta pero antes de poder arrancar se agachó hasta estar a mi altura a través de la ventana. Yo tenía mi vista puesta al frente, no me atrevía a verle la cara, vérsela implicaría caer de nuevo en sus ojitos de miel, su boca perfectamente perfilada y rosada, la barba que me raspaba con gusto cada vez que me besaba, oh dios... — Ámbar, voy a demostrarte que eres la única mujer para mí. A donde sea que estés te lo demostraré. Así me tomé toda la vida hacerlo, lo haré. Te lo juro. Su voz, mas las palabras que usó fueron desgarradoramente hermosas, sin embargo, no me atreví a decirle nada. Connor arranco el carro cuando Pierre abandonó el agarre de la ventana de mi lado, pero mi masoquista mirada paró en el retrovisor dónde ví como Pierre había caído de rodillas en el piso. Me afectó tanto verlo así que una parte de mí quería regresar y abrazarlo, dejar que me explicará porqué me había mentido... No, está vez no. No puedo, debo ser fuerte. Tengo que serlo. — Conni, — lo llamé. — Se que no debí incluirte en este problema, discúlpame. — le digo cuando ya hemos avanzado suficiente. Estaba tan ida de la realidad, inmersa en mis propios pensamientos que ni me había fijado hacia donde nos dirigíamos. — ¿A dónde vamos Connor? — decido preguntarle, no reconozco estas calles, aunque pareciera como si estuviéramos saliendo de la ciudad. — Angelito, te voy a llevar a la casa de la única persona en quien confío, además de ustedes. Eso fué lo único que dijo, el resto del camino estuvimos acompañados por el silencio que a veces se disipaba por el sonido de la fuerte brisa de las afueras de la cuidad. En todo el trayecto hacía donde sea que mi hermano me llevaba no pude evitar pensar que habría pasado si esa mujer nunca hubiera aparecido, si me hubiera ido a vivir con ellos, o si por el contrario, ellos me hubieran dicho la verdad. Y si fuera el caso ¿Los habría perdonado? ¡Agh! Que horror. ¿Por qué los tengo tan dentro de mi corazón? ¿Por qué no los puedo odiar?... ¿Por qué los tengo que seguir amando? Cierro mis ojos y la imagen de Pierre en mi mente aparece, los abro y veo el baile de las hojas al caer, los cierro de nuevo y aparece James impactado por la presencia de aquella mujer. — Ámbar ya estamos llegando. — me saca Connor de mis pensamientos. Veo alrededor y no identifico nada, cruza dos calles más y paramos frente a una casa que sin lugar a dudas es hermosa. Pequeña, pero hermosa. La entrada está llena por flores de varios colores, es sencillamente armonioso, el olor de pequeños arbustos al frente da frescura al ambiente, se nota que está muy bien cuidada. Connor se baja y me abre la puerta, mientras yo sigo con mi vista en la fachada de la casa, te da una tranquilidad increíble estar aquí. Me toma del brazo y agarra mi bolso para que yo pueda caminar sin más peso que el de mi barriguita. Llegamos a la entrada y mi hermano saca sus llaves. — ¿Esta casa también es tuya Connor? — le digo asombrada, más el no responde nada. Aunque lo veo ansioso y con brillo en su mirada. Abre la puerta y paso yo primero, por dentro la casa es muy acogedora, tiene una salita con muebles antiguos, la radio está cerca «como para escucharla mientras se toma un café por la tarde como en casa de mis padres» Connor me lleva a sentarme en el sofá para dos personas y se dirige hacia la cocina que se encuentra dividida de la sala por una media isla. El resto dentro de la casa, son tres puertas cerradas. Connor en la cocina saca dos vasos con agua y me entrega uno cuando regresa. — Ya no debe tardar en llegar — dice cuando ve su reloj. Yo imitó su reacción levantando mi muñeca, 13:25 minutos de la tarde, vaya que condujimos bastante. ¿A quien se referirá? Cómo si el destino me leyera el pensamiento, se abre la puerta poco a poco frente a nosotros y distingo a una mujer. ¿Quien es esa mujer? — Pero que problema con estás llaves... — escuchamos decir a la muchacha, tiene una voz dulce, y se ve joven, muy joven diría yo. Connor se aclara la garganta y es cuando esa muchacha se percata de nuestra presencia, su cara en cuestión de segundos pasa del susto a la dicha cuando ve a Connor, este se levanta y los dos se unen en un abrazo bastante íntimo. Ella, una vez se separa de Connor le toma la cara en sus manos y lo mira de manera cariñosa. Yo lo veo y no lo creo, mi hermano, el más indiferente en las cosas del amor tiene a una mujer que lo domina... Increíble. — Te extrañe cielo. — le escucho decir a ella. ¿Cielo? ... ¡Super! ¡Connor tiene novia! Muy calladito se lo tenía. Aunque, ya empieza a ser incómodo estar observando como si fuera una pervertida... Yo me levanto y es cuando ella voltea a verme. — Hola Ámbar, que bueno porfiln conocerte. — se adelanta a decir antes de Connor. Esta muchacha me agrada, es entusiastas, simpática, de la misma estatura que yo pero se le nota la experiencia en su mirada, tiene el cabello liso y recogido en una cola y anda vestida con una falda larga y una cowgirl blanca parece media hippie pero moderna. — Ámbar, ella es Azalea Kai... ¡Mi novia! — dice Connor orgulloso. ¿Azalea? Jamás había oído ese nombre, bueno es que jamás en mi vida pensé que la novia de Connor fuera hippie, aunque no es por nada, pero la chica es muy bonita, además no se, es como si desprendiera buena vibra ella. — ¡Mucho gusto Azalea! Es un placer, aunque no sabía nada de ti. — le respondí amable pero con honestidad, allí mi mirada deparó en Connor quien se veía embobado con la presencia de ella. — Oh no, tranquila Ámbar. Es que así lo quisimos los dos. — me dice sin preocupación. Ya entiendo porque mi hermano se fijó en ella, es que la muchacha en sí es demasiado amable. — ¿Azalea? ... De dónde viene tu nombre — le pregunté curiosa a lo que ella solo sonrió, me indico para sentarnos en el mueble y yo la seguí. — Mis padres Ámbar, al igual que yo, ellos fueron unos hippies que me dieron mi nombre. Su significado es de “Hermosas flores". Ahí lo vez, por eso tengo mi casa rodeada de flores. Haciendole honor a su legado. — contesta risueña. ¡Me encanta! Connor no pudo encontrar mejor mujer. Ella es honesta, es cariñosa y muy bonita, ¿Pero por qué no me la había presentado antes? Connor había ido a la cocina mientras azalea y yo seguíamos hablando, resulta que ella da clases de idiomas en la universidad, sabe español, inglés, francés y alemán. Dice que sus padres viajaban mucho antes y después de tenerla, eran almas libres que querían explorar las maravillas del mundo y ¡Que manera de hacerlo! Desde que nació hasta que tuvo 15 años vivió en Francia y de allí se mudaron a Alemania hasta que sus padres murieron en un accidente y ella se trasladó acá donde dice que ya no se va pues le encanta este país. — Y ¿Cómo se conocieron? Digo, es que son tan... Distintos. — alcance a preguntarles mirándolos a uno y después a otro. Connor y ella se rieron después de escucharme, no es de extrañar que les hagan esa pregunta. El es ¿Cómo decirlo? ¿Extremadamente serio? Si, más o menos, con un carácter que dios libre de cruzarse en su camino... Y ella, es toda luz y tranquilidad... Contrario a la vida de Connor. ¿Cómo es que llegaron a estar juntos? Si son super polos opuestos. — Digamos que, el se cruzó en mi camino. — respondió juguetona azalea, a lo que Connor haciéndose el ofendido le replicó. — No angelito, que va. Ella me obligó a verla cuando casi me choca con su motocicleta. — le cortó de la misma forma. Ellos con su historia de cómo pasaron las mil y una para llegar a dónde están ahora, estaban logrando calmar mis nervios y despejar mi mente de aquellos mentirosos traicioneros. La chica es sorprendente, en el rato que pasamos los tres sentados en la sala, me contó de sus aventuras viajando y Connor era otro Connor, ya no desprendía tanta seriedad como en la ciudad, aquí y más que todo ella, lo hacia relajarse, disfrutar de una buena plática y no estar ajetreado entre reunión y reunión. Se ve que le hace bien su relación, me alegra mucho que tenga a alguien así en su vida. Que lo ayude a frenar, a qué no vaya tan acelerado, que disfrute en tranquilidad. — ¡Oye Leah! — La llamo, al parecer así es como todos la conocen por aquí. — Si no es mucha indiscreción que te pregunté, ¿Por qué no querían que nadie supiera de su relación? — digo mientras vamos de camino al mercado. Increíble cómo llama la atención, no damos dos pasos para que alguien la llamé, saludé o le haga una señal amistosa. Ella voltea a verme y me sonríe cariñosa. — No es que no queramos Ámbar, es que no sabemos cómo lo haremos funcionar y hasta no saberlo, preferimos que se quede así. El tiene su trabajo allá y yo tengo el mío acá, es como lo dijiste hace unas horas, somos bastante diferentes. Pero ¿Sabés una cosa? Yo le hago señas para que continúe. — Creo que lo amo. — me dijo con un poquito de pena. — ¿Lo amas? — repetí incrédula. — Si— dijo bajando decibeles su voz — Se que no llevamos mucho tiempo, después de todo ¿Que son solo dos meses verdad? — me pregunta. «Dos meses» si tú supieras que yo me enamore en tan solo un mes... — Leah, ¿No tienes alguna pregunta sobre por qué Connor me dejó contigo hoy? Ella se quedó pensativa por un momento y después me miró. — Se que si Connor hace algunas cosas es porque piensa que así nos protege. — sentenció — Eso quiere decir, que si estás aquí es porque creé que estando en la ciudad no vas a estar bien. «pensando en protegernos» frase que me suena muy conocida. — Así que para ti también ha hecho algunas cosas. — le digo sopesando sus palabras. De repente, un bufido salió de ella y luego sonrió — Huy que si no... Y con ese carácter que tiene... — resopló — Pero lo amo, así tal cual es, lo amo. — contesto con mayor alegría. Yo para variar, me reí con gusto de saber que no soy la única que piensa que Connor tiene un carácter de mil demonios. — ¿Quieres contarme? Ámbar — siguió ella cuando al fin conseguimos lo que he venido a comprar “Mi tarro de frutos secos". — Que te parece si llegando a tu casa, te cuento. — Ya van a ser las cinco de la tarde y el programa debe estar a punto de terminar. A pesar de todo, tengo un deseo irrefrenable de escucharlo hoy. Tal vez no deba pues me va a recordar a los dos, pero al mismo tiempo, eso es lo que necesito. Seria como una dosis de calmante para mí. Que masoquista me he vuelto... Luego de agarrar cinco tarros «que a lo mejor parezca algo exagerado, pero apoyada por mi nueva cuñada y yo que tratándose de frutos secos no tengo fuerza de voluntad, los tomamos» nos dirigimos a la caja y pagamos. Para cuándo regresamos a su casa, luego de encender la radio busque la señal de la emisora y sonaba la voz de una mujer cantando una melodía suave, pero el hambre me dominaba, por lo que empezamos a hacer unas rápidas galletitas de avena y le colocamos los frutos picados por encima mientras escuchábamos la radio. La verdad es que con ella, se pasa el tiempo muy agradable, la conversación es amena y de vez en cuando nos echamos bromas con la cocina. Una vez metimos las bandejas en el horno, nos sentamos en la sala. — Entonces curruñis, ¿Lista? — me dice con verdadero entusiasmo. “Mis queridos oyentes el día de hoy tenemos una petición muy importante para una persona muy especial a quien le dedicaremos canciones por el resto del programa" sonó la voz de Vicky con su particular modo de hablar. “Yo creo firmemente Vicky, que todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido el bueno y el malo de la película. Sabemos lo que duele la traición y sabemos cómo se siente ser el que traiciona. Nos sentimos enojados, frustrados, vulnerables, y es normal desahogarse llorando por lo que nos pasó". “Y ¿Que pasa Maxi cuando pierdes el amor de tu vida? Por esas mentiras que se van haciendo más grandes y más pesadas con el paso del tiempo" Interviene la locutora. “Hay quienes no intentan recuperar a su amor, pues ya los creen perdido. Hay otros que lo intentan, pero no los perdonan aún cuando siguen amando a esa persona que los traicionó y luego se pasan toda su vida lamentando ese hecho". “Es Impresionante Vicky cuántas personas sufren por lo que acabas de comentar. Pienso que lo único valioso que terminamos perdiendo, es el tiempo. Ya sea que estén juntos de nuevo o se separen, incluso en el peor de los casos, cuando dejamos que el orgullo se apodere de nosotros y no nos permita perdonar, terminamos desperdiciando lo único que no regresa. No vale la pena perder el amor de tu vida por una mentira". “Este mensaje va para todos los que nos escuchan, luchen. Luchen por recuperar al amor de su vida, luchen por hacer que vuelvan a confiar en ustedes aunque parezca que todo está perdido, quizás esa sea precisamente la mentira, creer que todo está perdido". “Atreverse a cambiar es en dónde falla la mayoría” comentaba el locutor. “El amor no se acaba tan rápido como a veces creemos que pasa, pero debemos ser valientes para aceptar que fallamos y pedir perdón, allí es donde radica la belleza del ser humano, en pedir perdón y si realmente queremos a esa persona, debemos aprender a perdonar". “Bueno mis queridos oyentes, este es el caso de nuestro siguiente protagonista. La carta que tengo en mis manos nos llegó al set minutos antes de empezar el programa y nos demuestra cuán desesperado está el protagonista de hoy de ser escuchado por su amada". continuo Vicky hablando por la radio. Azalea que estaba escuchando con atención al igual que yo, se paró cuando escuchó el horno sonar. Yo permanecí sentada, con alguna que otra lágrima picando por salir de mis ojos. — Hey — dijo ella compasiva dándome un vaso de agua — Toma. Tenía un plato con varias galletas en su mano y los puso en la mesita que tenemos en frente. — Leah. — tome aire. — Eso que dicen en la radio es para mí. Ella, por su parte, aunque no sabía muy bien a qué me refería, permaneció apoyándome en silencio. “Y dice «Cariño, yo sé que la mentira es el arma más poderosa para matar una relación y me doy cuenta que hice algo muy grave, dañarte. Tú qué siempre confiaste en mí, no imaginás cuánto me odio por haberte lastimado. Fué un error no contarte la verdad, pues ahora se que tú me habrías entendido. Te lastime mi amor, te herí y de la peor manera, perdí tu confianza y te perdí a tí, pero estoy dispuesto a recuperarte y ganarme de nuevo tu confianza. Yo haré todo lo que sea necesario para volver a tenerte porque sin ti yo solo soy un cuerpo vacío, tu eres mi alma, tu eres mi luz, mi tranquilidad, tu eres mi vida, Tu eres mi todo. Yo te amo y no dejaré de luchar por tí. Te haré saber que mi amor por ti es real, que tú eres la única mujer de mi vida y que sin ti yo soy nada. Cometí el error más grande de mi vida por el miedo de perderte, ahora me siento perdido por no tenerte. Perdóname, por favor, perdóname. Aunque me tomé la vida entera, no dudes. Esperaré por tí. Por siempre tuyo. Hanii.» " — Pierre... — sale su nombre de mi boca en un susurro. La canción empieza a sonar y las lágrimas caen de mis ojos. • Ya ni quiero imaginar cómo será después, cuando se acabe todo lo que un día unió a los dos • Dice que se esconde en mis sombras, que se deshace por mi, que está desesperado... • Sin tí... Sin tí... • • Sin tí no tengo paz • • Sin ti no soy capaz • • Quedó en nada cuando estoy sin tí • Azalea me abraza, su abrazo me resulta confortador, me acuna con cuidado. • Un corazón vacío mata y no hay salida, no tengo vida y ya no puedo más • • Sin Tí • Sin mí Pierre, ¿Acaso no lo sabes? Yo tampoco puedo estar sin tí. Mi hanii, tantos momentos que hemos pasado juntos y seguías ocultando cosas mi amor. Dudaste de mi confianza, dudaste de mi... La canción sigue y me destruye. Acaso no sabías que yo a pesar de todo hubiera podido entenderte. ¿Pero tenías que verte con esa mujer a escondidas de mi? ¿Tenías que esconderme cosas? ¿Tenías que mentirme? Acaso no sabes que yo mil veces prefiero un infierno de verdad a un cielo de puras mentiras. — ¿Ámbar? — me llama azalea — Ese hombre se muere por tí angelito, la letra es hermosísima. — dice ella tratando de levantarme el ánimo. La canción a terminado pero yo la sigo reviviendo en mi mente. Llevo mi mano a mi pancita y la acarició en silencio. — ¿Él es el papá de tu bebé? — me pregunta inocente tratando de entender lo que pasa. Más a mi me da pena, pues está historia es tan enredada que no se ni cómo explicarla. — No Leah — digo al final, después de unos minutos — El es uno de los dos amores de mi vida.
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