Capítulo 26

3882 Words
Son las dos de la tarde y los chicos todavía no han regresado. Le enseñe el lugar a Leah, luego nos preparamos algo de comer, estuvimos un largo rato acostadas en los cómodos sillones del patio trasero hablado de todo un poco y lo más increíble aún es que Connor tampoco ha llegado, claro que él si le envío un mensaje a mi cuñada diciendo que llegaría en una hora, pero por lo menos le aviso... Ni James, ni Pierre me han escrito desde que se fueron. Se que han de estar recogiendo otras cosas para traerlas acá, después de todo no pudieron hacer la mudanza completa ayer, pero vamos, tampoco eran tantas... — Ámbar ¿Ya recorriste el vecindario? — me dice después de textear un último mensaje a mi hermano. — Aún no, quería hacerlo con los chicos pero todavía no hemos podido. Bueno es que debo hacerlo con ellos, les prometí que no saldría sola. — le digo en respuesta a Leah. Ella me mira, se queda pensando en mis palabras y luego dice — Pero no estás sola ¿Que dices? ¿Te sientes bien como para dar una vuelta? Ufs si, estoy más que dispuesta, esperar me desespera — Solo si vamos a paso de vencedores — suelto en respuesta y Leah me ve sin entender lo que digo. — Caminando leeento. — complemento divertida. Está se ríe y hace una señal de “Por supuesto querida" Agarro mi bolsito, ella el suyo y salimos de la casa juntas, caminamos unos cuantos pasos y resulta que no muy lejos hay un pequeño parque muy cómodo, las dos al notarlo nos miramos y no hizo falta más para encaminarnos hasta allá. Me siento en los banquitos techados por el sol de la tarde. Aunque esta fresco el clima, no me apetece estar bajo el sol. — ¡Me encanta este lugar! — dice Leah observando todo alrededor. — Si Connor me lo propusiera no lo pensaría tanto en mudarme. — dice bajo confesión. — ¿No han tocado el tema? Leah sonríe nerviosa y responde — ¡No! Estamos en ese proceso de veamos cómo nos va estos días. — Entiendo — suelto sin entenderlo mucho. — Connor se ve muy feliz contigo Leah, jamás lo había visto así. Es más, nunca me había presentado a alguna chica antes. — ¿Si? — respondió medio dudosa — Es que yo... — Tu lo amas — deje escapar. A lo que ella asintió. — Sabes Leah, no importa quien da el primer paso, lo importante es darlo. — mi comentario hizo que nos quedáramos en silencio por unos momentos — Se que Connor es muy terco, es demandante, serio, etc etc etc. — solté en broma — Pero contigo es distinto, lo noto. El se divierte, se relaja, disfruta de la vida. — Lo se Ámbar, es solo que. — deja escapar aire. — No se si está tan dispuesto a cambiar como yo lo estoy por el. — se tomó un tiempo para volver a hablar. —Pero, si el me lo pidiera, yo me mudará con el aquí. — ¿Y por qué no se lo dices Leah? — seguro que el piensa lo mismo pero es que están obtuso que no se lo confiesa. — Y-yo no quiero presionarlo Ámbar, no quiero ponerlo en una situación incómoda. Supongo que no quiero que sienta que apresuro nuestra relación. — dijo en un tono más bajo. — Me extraña Leah, tú qué siempre estás tan dispuesta, tan alegre, positiva, tan llena de vida, ¿Tienes miedo a apresurar la relación cuando ya están más que enamorados los dos?. Que va... La vida son sólo pequeños momentos Leah. Eso es lo que me ha enseñado mi situación, que hoy estoy pero mañana no lo sé... Por eso deben hablar, deben confesarse lo que realmente quieren. Y se que mi hermano desea lo mismo que tú, pero seguramente no te lo dice por el mismo miedo que sientes tu. Ella se quedó sopesando mis palabras, y así estuvo por otro rato más, hasta que ambas nos sobresaltamos cuando sonó su teléfono, era una llamada de su primo Álvaro. Los dos son muy unidos, el tampoco tiene mucha familia aquí por eso se volvieron inseparables cuando ella llegó, por lo menos eso fué lo que me contó en una oportunidad. Ella sostiene su teléfono en la oreja, sin embargo escucho la conversación. “Hey Leah, ¿sigues por la cuidad o ya te fuiste a tu campo?" — Aún sigo por la cuidad locote, ¿Por qué? ¿Que se te antoja? — al decir esto, me mira sonriendo. “Nada en particular... ¿Dónde estás ahora? Que te llego de inmediato." Oh oh, mala señal... Si James o Pierre me ven con el otra vez se van a molestar... — No se — dice ella mirando para todos lados buscando una referencia. —Ah ¡Ya te mando la dirección! No me da chance a detenerla, se la manda sin terminar la llamada con Álvaro y lo siguiente que le escucho decir es “¡Listo! Nos vemos en cinco". Y cuelga. Tarde, muy tarde. Mi cara de apuro la pone nerviosa a ella, sin embargo, cuando le aclaro el motivo solo se burla y me dice algo que me descoloca completamente. — Álvaro es gay, Ámbar. — ¡QUÉ! No lo puedo creer... — quede atónita... — Pero si ayer me — Si lo sé, el es así... ¿Por qué crees que le digo locote? — se ríe — Pero es buena persona Ámbar. No me lo puedo creer... Álvaro es gay... — Increíble... Es que nunca lo hubiera imaginado. — es cierto, nunca me lo hubiera imaginado si no es porque ella me lo dice. Ella se ríe a gusto. — Tampoco es que niega serlo Ámbar, solo hay que fijarse bien y te darás cuenta. ¿De verdad es tan obvio? Bueno y si fuera así por qué los otros dos se ponen celosos... — ¿Quieres helado? — me dice cambiando el tema, no muy lejos se encuentra un local que hemos visto cuando nos sentamos. — No, Tranquila. — ¡Vale! Ya regreso. — y se va. No estoy mucho tiempo a solas cuando veo a Álvaro bajarse de su auto, me le quedó mirando sin disimular nada, en serio, para mí se ve como un hombre hetero nada gay... Este da unos cuantos pasos mirando a todos lados cuando se fija en mi y en cómo lo estoy mirando, yo inmediatamente tratando de no parecer una abusadora le sonrío de vuelta mientras se acerca. Y a los pocos segundos llega junto a mi y me saluda con un besote en la mejilla. — No sabías que estarías aquí, pero ¡Que gusto encontrarte angelito! — dice feliz y allí sí caigo en cuenta de sus preferencias sexuales. — Si, porque tú querida prima olvidó mencionarlo, pero ya regresa. —le suelto en respuesta. Álvaro es igual que Leah, alegre y carismático con una pisca de atrevido, eso sí, sin pasarse de los límites. La conversación es agradable, me pregunta de todo menos de los dos titanes que tengo en mi vida cosa que agradezco. Es muy difícil explicarle a cualquiera de nuestra situación y tampoco es que me guste mucho dar explicaciones. — Mírala, esa es la misma que se mudo a la casa que estaba en venta y con dos hombres... Escucho la voz de una mujer mayor, no sé si fue intencional o supone que no la escuché, más yo sé que se refiere a mí. — A parte está aquí con otro hombre... Ja' Que tan descarada se puede ser para estar exhibiéndose como una cualquiera... — Cuál de todos será el padre del bebé... Álvaro está escuchando la conservación que tienen las brujas chismosas a mi espalda y casi que de inmediato se le forma el entrecejo. Por otra parte, me toma las manos y me dice que tenga calma, que no me angustié, y en realidad no lo hago, no me interesa lo que digan de mí, pero si me molestan lo que digan de mí bebé y escuchar lo que dijo la otra mujer me saco de mis cabales. — Por favor, tu creés que alguno de esos hombres es el padre de esa mísera cría... Semejantes hombres ¿Con esa niñita?... Las dos se rieron a carcajadas — Si verdad, esos deben ser sus familiares que la están escondiendo por vergüenza. — No Álvaro, detente. — le dije agarrándolo por la muñeca cuando ya estaba a punto de pararse — Solo son puras estupideces. — dije para que además de él, las viejas escucharán, aunque no me prestaron ninguna atención, es más siguieron hablando y peor de mi. Soy una persona tranquila, pero ya sus comentarios me estaban sacando la poca paciencia que me quedaba y estuve a punto de explotar cuando oí como una muchacha «de la que no tengo remotamente idea de quién es» les grita — Ehh Basta ya tía, que te has pasando tres pueblos. Que es que acaso no tenéis vida propia que andáis hablando de los demás... ¿QUE COJONES LES PASA? Wow, la chica es sorprendente. Española, eso es obvio, además con un carácter... Álvaro me ayuda a levantarme y me mantiene en sus brazos siendo mi bastón, mi apoyo, mientras la chica sigue hablando. — Es que tenés un morro que te lo pisas... ¿Por qué no cierras la puta boca que aquí nadie os pidió información. Las caras de las que pensaba yo que eran unas viejas y resultaron ser dos mujeres de más o menos la edad de Connor, se han quedado como si hubieran visto un fantasma. Cuando una de esas estiradas se defiende. — Yoli por favor no te metas que este no es tu asunto. — ¿Pero que decís tia? ¿Que no es mi asunto? Anda pero bien que te las arreglas para que todo el mundo se entere. Es que yo flipo con sus gilipolleces... Álvaro me ha ayudado a caminar hacía donde están esas dos mujeres y me paro justo al lado de mi defensora, una chica de piel clara y pelo n***o azabache un poco más alta que yo — Señoras si ustedes tienen algo que decirme, les agradezco que lo hagan pero mirándome a la cara. — Sin perder la calma que ya por poco me faltaba las encare, a lo que las mismas se quedaron calladas mirándome despectivamente. — Vamos ángel no pierdas tu tiempo con estás mujeres... — me dice Álvaro mirándome a mi y señalando descaradamente a las estiradas que siguen sentadas. A lo lejos veo a Leah caminar y buscarme con la mirada, cuando me encuentra apresura su paso hasta llegar a dónde estamos nosotros y lo primero que pregunta es — ¿Que pasa Ámbar? — mirando a las dos estiradas, a la chica a mi lado y a Álvaro de último. Pero es la chica a mi lado quien habla. — Pasa que estás dos gilipollas se han cargado a vuestra hermana. Hermana, Hum imagino que lo supuso... Leah se pone de manera protectora como no sabía que podía. — ¿Que le han hecho qué? — dice alzándose de manera intimidante al frente de las dos mujeres. — Vamos Leah, tranquila. — No logro decir más, escucho pasos pesados detrás de mi y ya se de quienes son, las miradas de las estiradas me lo confirman. — Ámbar, ¿Que pasa? — llega James tipo comando a mi lado y me toma del brazo. Allí las mujeres que cada día me sorprendo más de mi propio género, se levantan cínicamente haciendo notar sus operados cuerpos. — No ha pasado nada James. — le digo a modo tranquilo. Pierre llega a mi otro lado y se aclara la garganta para que Álvaro lo note, este evitando la mirada asesina que le lanza Pierre, se aparta dándole lugar a qué me tomé del otro brazo y así como los posesivos que son, me tienen en todo el medio. — No ha pasado nada señores — dice una de las estiradas. — Solo fue un simple mal entendido. — dijo colocando una carita de perra indiscutible. — Perdona — nos interrumpe la chica. — pero ¿Quien sos vos? — dice a cualquiera de los dos, no se a quien se dirigió en realidad. — Yo soy su esposo — dijo Pierre sin dudarlo. — Yo soy el papá de su bebé — contestó James con tono serio. Y yo creo que me hundí hasta el fondo del mar. Si antes cuestionaban mi Integridad ahora quede más rayada que disco de playa. Mis manos sintieron el peso de sus palabras por la fuerza con la que me tomaron. Las caras de las dos mujeres quedaron en shock y la chica no se que cara puso, no me atreví a mirar, aunque si la escuché hablar — Hostias tíos, bueno os digo que estás dos le han machacado y gritado a los cuatro vientos puras gilipolleces sobre ella. — Es verdad. Ámbar ha sido muy paciente pero yo no y si no es porque me detiene ya las hubiera eliminado desde hace rato. — ¡Eliminadas! — chillan sin creer en las palabras que utilizo Álvaro. Mis manos vuelven a sentir alivio cuando estos titanes disminuyen la fuerza con la que las han estado sosteniendo. Siento a Pierre soltar el aire y tomar uno mas grande mientras James se para recto. — No, eso es un error. — dice la otra tratando de defenderse. — Nosotras nunca hablaríamos mal de alguien y menos si está embarazada. — Estás de coña no... — la chica resopla. Hay que ver lo desvergonzadas que son. — James, Pierre vámonos, ya estoy cansada. — digo sin perder más tiempo con aquellas. Álvaro sigue al lado de Leah y antes de encaminarnos a los autos, se me estaba olvidando algo. — ¿Yoli verdad? — le sonreí. — ¿Te apetecería venir con nosotros? — por tremendo gesto la chica se merece por lo menos compartir un batido. La chica se acerca y dice — ¡Guay! Llegamos a mi nueva casa con más personas para una bienvenida ¡Como Dios manda! Yoli, que resulta ser mi vecina del frente, me cuenta como es el vecindario, se mudó hace dos años y nada más llegar las víboras arremetieron con ella, como dice “Piensan que son la última Coca-Cola del desierto" más a mi me da igual y a ella por lo visto tambien. Leah y Yoli «quienes resultaron llevarse de maravillas» ayudaban supuestamente a Álvaro en la cocina y digo supuestamente pues él es el que hace todo ya que es un bartender profesional. Y mis dos grandes amores se relajaron no mucho pero si lo suficiente como para llevar la fiesta en paz cuando les aclare que Álvaro era gay. — ¿Cómo supieron dónde estaba? — les pregunté cuando nos quedamos solos. Oh, oh, mala señal, Pierre evita verme a la cara. Miré a James y también anda en lo mismo. — Vamos, sin mentiras que es mejor. — les presioné. — Bueno pequeña, es... ¿Que será? Que le cuesta tanto decirme, ni que fuera el final del mundo. — Yo le puse un rastreador al colgante que te dí preciosa. ¡Ahhh! — Y yo al anillo de bodas. ¡Qué! — ¿En serio? — le dije con burla levantando mi mano. ¿Mi collar? Lo agarro y saco de mi cuello para verlo mejor. — Eso quiere decir que ¿En todo este tiempo sabían dónde estaba yo? Los dos asintieron con la cabeza. — No me digan que también tienen micrófonos — les solté medio en broma, aunque asustada por sus respuestas. Los dos se miraron a la cara y luego a mi. — No, solo tiene el rastreador Ámbar. — me dijo James, Pierre lo confirmo después. — Digo yo, no se... ¿Cómo cuándo me lo pensaban decir? — les pregunté incrédula. — Nunca. — soltaron al unisono. — ¿Nunca? — repetí sin creerlo. — Nunca. — reafirmaron. — Y me lo están diciendo ahora ¿Por? — Porque quiero ser completamente honesto contigo Ámbar, antes de que pasara todo lo que ha pasado, no pensaba decírtelo nunca. Si yo te perdiera me volvería loco amor. — ese fue Pierre. — Ámbar, nunca fuí de los que se enamoraban, pero tú me enseñaste que está bien abrirse, me demostraste lo que es entregar todo por amor y yo cambié gracias a tí. Tu me hiciste creer en el amor. Y cuando supe que tenía que marcharme, me juré que pasará lo que pasará regresaría a tí. Wow... No sé que me sorprende más, si saber que son capaces de hacer este tipo de cosas, o el motivo por el que lo hicieron. — ¡Espero que les gusten chicos! Estos son mis especiales. Para ti angelito, sin alcohol. — salía por la puerta Álvaro acompañado de las chicas tendiendome una copa con lo que creo que es un cóctel con crema y cerezas. Leah ve su teléfono y sonríe, imagino que es Connor y efectivamente lo es, a los pocos minutos llega y me sorprendo al ver al resto de mi familia, mis padres y los gemelos acompañados por ¿Esa es Ana Paula? ¡Si! ¡Mi hermano Christopher viene agarrado de la mano de Ana Paula! Verlos me emociona y mis ojos a punto de soltar lágrimas de felicidad lo demuestran. Estamos completos, mamá y papá, Connor tomando en sus brazos a una Leah más que enamorada que se le lanza encima sin pena alguna para las risas de todos y Christopher súper pegado a la muchacha ¡Es fenomenal! Yoli se coloca al lado de Álvaro y desde ya la siento parte de mi familia, Christian viene con una chica que no conozco, sin embargo, cuando llega a mí, me la presenta y Porfin conozco a la muy mencionada Karin. Álvaro, enterado por Leah que sabía de la repentina sorpresa había preparado bebidas para todos y cuando nos sentamos en nuestro hermoso pórtico, mis dos amores me sorprenden con un hermoso brindis. — ¡Familia! Bienvenidos a nuestra casa, tanto Pierre cómo yo deseamos que sea para Ámbar un hogar lleno de amor, así como es ella, la mujer que se convirtió en la luz de mi vida desde que la conocí. Gracias a ella es que hoy estoy aquí compartiendo con ustedes y la que me ha dado el regalo mas grande y maravilloso de toda mi vida, mi hijo. Mi lucero y mi hijo son lo más importante en mi vida y por eso, por todo lo que me ha brindado está hermosa mujer yo quiero darle el mundo entero. — Se que para todos fue una sorpresa tanto mi llegada como la de James a sus vidas y ante todo les pedimos disculpas por lo que pasó, pero nuestra única intención es hacerla feliz a ella y al bebé que crece en su vientre. Ella es una mujer admirable, a todos nos ha brindado su amor, y a todos nos ha salvado en más de una ocasión. Eso fué lo que hizo conmigo, me salvó de mi mismo. No importa el cómo la conocí, yo agradezco cada día tenerla en mi vida. Mil emociones juntas, eso es lo que siento, James y Pierre más todo lo que están diciendo me hacen sentir mil cosas a la vez, hay tanto amor aquí que es palpable. — Mi Ámbar, no hay nada que yo no haría por ti pequeña — me dijo Pierre acariciando mi mejilla. — Quiero verte feliz, quiero verte sonreír cada día de mi vida y deseo que esta casa, que es tu nuevo hogar tengas una vida plena, tranquila y repleta de todo el amor del que nos has dado en tu vida. — Brindo por ti Ámbar, por el amor que me diste y por tu capacidad de perdonar, brindo por todas las veces que me has dejado quedarme y por nuestro hijo, porque seamos un ejemplo para él de nunca rendirse, de luchar por lo que quiere y de seguir adelante aunque haya mil obstáculos que te lo impidan. — Brindo por tí pequeña, por esta nueva etapa que enfrentaremos, por los momentos que hemos disfrutado y por todos aquellos que vendrán. Brindo por la calma que me da tu sola presencia. Porque la vida pasa rápido y yo quiero pasarla contigo y por supuesto junto al bebé que amo tanto como a tí... ¡Salud! “¡Salud!" Brindamos todos seguido de ellos, mis chicos ¿En qué momento planearon todo esto? Oh cielos, y todo lo que me han dicho es tan hermoso. Mis lágrimas se han desbordado de mis ojos y mis emociones están a flote — Chicos, gracias. Gracias por esta maravillosa sorpresa. Gracias por traer a las personas más importantes de mi vida aquí conmigo. Gracias por todos los detalles y las atenciones que me han dado. — les digo a mis dos titanes, luego de tomar un sorbo de la bebida exquisita que tengo en mis manos. Abrazo primero a uno y luego al otro, los dos se han portado de maravillas conmigo, como los amo. Los amo tanto tanto tanto, que no me cabe tanto amor en mi pecho.— ¡Ah! ¡Oh! ¡Rápido sientan aquí! — les sujeto sus manos y las llevo a un punto específico en mi barriga. ¡Es mi hijo! Y nos está diciendo con sus pataditas lo feliz que está igual que su mamá. Mi sonrisa se ensancha igual que las de ellos. — ¡Así es mi pequeñito! ¡Aquí estamos tus padres! Y te colmaremos de tanto, tanto amor, que no te faltará nada en tu vida porque el amor lo puede todo. — mis palabras fueron apenas un susurro que solo mis dos amores escucharon perfectamente. Pierre se agacha frente a mi, algo que enseguida me derrite de amor y me besa la panza. James hace lo mismo pero me besa la mejilla y lo escucho decirme en el oído con voz cortada de emoción — Gracias Ámbar, gracias por ser tan valiente, por ser mi primer amor y por darme la bendición de ser padre. Te lo agradezco mi lucero. — James, tu también fuiste mi primer amor y gracias a ti soy madre de un bebé que amo y por el que daría mi vida con gusto. Por favor, si ese momento llega, si yo no estoy, prométeme que lo cuidaras. Pierre se levanta pues obviamente ha escuchado mis palabras, ambos me miran con cierto temor en sus ojos. — Pequeña, tu puedes pedirnos lo que quieras, James y yo haríamos todo por ti, solo... — tomo aire — Solo no nos pidas que te dejemos ir. — Ámbar, yo no volveré a dejarte, ni a tí y mucho menos a nuestro hijo. Te lo prometo. No nos dejes tú por favor. Creeme mi lucero, no sabré que hacer sin tí. — ¡Hey chicos! Una foto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD