Cena. 2

3643 Words
Con mucho cuidado paso su pulgar por la mejilla ajena, la suavidad con la que aquella caricia fue dada hizo que Cristel cerrara los ojos y su cabeza se inclino hacia la palma buscando de forma inconsciente una nueva caricia que fue dada con la misma delicadeza que la primera, abrió los ojos y pudo ver como Dante tenia una sonrisa tierna en sus labios, su mirada tan dulce hizo que su rabia fuera disminuyendo poco a poco hasta dejar solamente un sentimiento de conformidad del momento en el que estaba. - Vamos al laberinto y vemos si podemos llegar al otro extremo.- comento sonriendo con la misma dulzura. - Si nos perdemos vamos a tener que gritar por ayuda.- dijo Cristel sonriendo de igual manera y poniendo las yemas de sus dedos en los lagrimales. - No me importaría perderme en ese lugar llevando tu compañía.- ambos entraron al laberinto que estaba muy bien iluminado por farolas. Cristel mantuvo su vista puesta en el camino empedrado ya que no tenia valor de mantener su cabeza en alto como siempre y es que no era para menos pues iba pensando en que seria lo que Dante pensaba de ella por lo que vio, quizás el trabajo se había echado a perder ya que no era nada confiable hacer negocios con una mujer en su situación porque que tipo de juicio podría tener siendo que permitía un abuso por parte de un don nadie.   - De verdad lamento que tuviera que ver esa escena.- susurro Cristel mientras iban caminando. - No tienes nada por lo que debas disculparte, pero me siento en la obligación de aconsejarte como aconsejaría a una de mis hermanas o amigas.- dijo Dante viéndola de reojo. - Me merezco el premio a la idiota del año por dejar que todo esto pase.- levanto la vista intentando no romper en llanto de nuevo. - Tu no estas haciendo nada malo, pero creo que deberías tomar en consideración todo lo que te esta pasando y no deberías permitir eso, estoy seguro que no es la primera vez que lo hace.- comento Dante. - Dylan no era así, desde que nos conocemos nunca me había puesto una mano encima.- se tomo el codo para abrazarse a si misma. - Tu padre me dijo que habías estado viviendo en Nueva York quizás sea por eso que no habías notado su verdadero ser y ahora que piensa tenerte asegurada esta abusando.- las palabras del hombre la hicieron levantar la cabeza para verlo. - Una parte de mi no quería aceptar las cosas, pero ya no soporto esto...- suspiro profundo- Todo comenzó hace un año con celos absurdos, pero desde que me propuso matrimonio y acepte  cambio como por arte de magia y comenzó a celarme hasta por suspirar, a gritarme por todo y los empujones, jalones o suaves pellizcos han pasado a ser serios.- explico Cristel. - ¿Esperas que eso cambie?- pregunto tomándola de la cintura para ir por otro pasaje. - No, la verdad no espero que cambie, los abusadores rara vez lo hacen y con el tiempo deje de sentir afecto por él.- el agarre tan firme sobre su cintura la reconforto mucho. Era inexplicable la forma en que Dante la hacia sentir segura, protegida y un poco excitada por el sentimiento de querer saber que intenciones ocultaba tras su amabilidad, levanto la cabeza un poco para verlo a los ojos y le dedico una sonrisa casi en forma automática porque estaba completamente perdida con él. - Eres demasiado hermosa como para estar perdiendo el tiempo con un medio metro como Dylan.- ese comentario la hizo dar una risita porque Dylan solo media un metro setenta. - Que malo señor Valentino, yo solo mido un metro cincuenta y siete ¿Cuál es su estatura?- alzo una ceja viéndolo. - Un metro noventa y cinco...- se detuvo y tomo las manos de ella- Por favor llámame Dante, las formalidades no son lo mio.- llevo la mano derecha de ella a sus labios dándole un beso en el dorso. Aquel acto hizo que los vellos de todo el cuerpo de Cristel se levantaran y su piel se puso porosa mientras trataba de retener un escalofrió que le resulto delicioso cuando pasó por toda su columna, se mordió el labio inferior y Dante pudo ver como la respiración de ella comenzó a volverse ligeramente mas agitada, sonrió complacido con el efecto que tuvo en Cristel y se atrevió a darle un beso unos segundos mas largos que el primero, el momento se estaba prestando para muchas cosas y aunque nunca pensó en ser infiel, no iba a negarse así misma la envidia que sus labios sintieron de su mano. - Dante.- susurro Cristel completamente embobada. - Dime que tendremos nuestra junta en mi oficina para discutir el trabajo.- la tomo de la cintura y la acerco mucho mas a él ocultándose en las sombras el laberinto. - Me encargare personalmente de ese trabajo.- dejo sus manos sobre el pecho del hombre sintiendo los pectorales muy bien trabajados. - Me parece perfecta la idea.- subió su mano y dejo otra caricia suave en la mejilla de Cristel. Escucharon las voces de unas personas que también habían tomado la decisión de entrar al laberinto, Dante la pego mas a su cuerpo y se movió hacia una esquina volviendo a la oscuridad cómplice de su momento, Cristel pego su frente al pecho del hombre y respiro profundo embriagándose con el perfume masculino a tal grado de llegar a sentirse mareada, imagino que así era estar borracha, él la abrazo por la cintura rosando sus labios contra el cuello ajeno, la pareja paso sin darse cuenta de que había alguien mas en ese laberinto y perdieron en el laberinto, ambos salieron de la esquina aun cuando Cristel no quería separarse de Dante porque le gustaba demasiado la sensaciones tan vertiginosas que le provocaba. - ¿Tienes pareja?- pregunto Cristel tomando en cuenta todos los aspectos porque no quería más problemas. - No soy un hombre que le guste andar jugando con las personas, me considero un caballero y no me acercaría a ti si tuviera pareja.- Dante quería dejar las cosas claras con ella.  - Se ve que usted no se anda con muchos rodeos, va por lo que quiere sin importarle nada.- arreglo un poco su cabello mientras seguían caminando. - Un hombre seguro de si mismo y que sea decidido atrae mucho mas que uno inseguro.- se desviaron por uno de los dos caminos. - Si Dylan fuera la mitad de hombre que es usted, creo que no estaría en en el dilema tan bochornoso en el que estoy en estos momentos.- suspiro pesadamente. - No seas tan formal conmigo, por favor ¿Por que te acusa de serle infiel?- pregunto Dante por curiosidad de escuchar su respuesta. - No tengo ni la menor idea, jamas e sido una mujer que le guste hacer esas cosas, me doy a respetar con las personas que conozco, tengo una excelente relación con mis hermanos y me acusa hasta de acostarme con ellos.- lograron llegar al centro del laberinto. - Eso ya excede los limites de los celos comunes y hasta la lógica misma.- levanto la vista viendo la luna y Cristel hizo lo mismo. - Es lindo hasta cierto punto un poco de celos en una relación, pero de eso a acusar a una persona de acostarse con su propia familia ya es demasiado.- se encogió en si misma cuando Dante la tomo de la cintura. - Al menos te das cuenta de que las cosas no van bien, el amor no tiene porque lastimar, la pasión y la lujuria pueden hacerlo de forma placentera, pero quien realmente ama a una persona se esfuerza por verla siempre feliz y jamas le provocaría algún daño emocional, mental o físico.- dijo mientras la veía a los ojos directamente. - Se que las cosas no están bien y no quiero convertirme en una estadística mas, pero siento estar atrapada en la red de una araña.- bajo la cabeza. - ¿Tu familia sabe lo que pasa?- le tomo la barbilla y la levanto. - No, eres la única persona que lo sabe hasta el momento y porque lo viste, hubiese preferido que nadie supiera nada.- las manos de Cristel fueron a la cadera de Dante y apretaron un poco el saco que usaba. - ¿Por que no lo saben? te ayudarían muchísimo a alejarte de él.- vio como los ojos de ella se cristalizaban otra vez. - Papá es muy amigo del padre de Dylan, algo me dice que no me creería ya que él ha sido otra persona frente a mi familia, aparenta ser el hombre perfecto y si le digo, y me cree estaré arruinando una amistad de muchos años entre mi padre y Armin.- levanto la vista tratando de no llorar. - Creo que nada vale tanto la pena para que recibas ese tipo de humillaciones...- tras aquellas palabras algo pareció hacer clic en la cabeza de Cristel- Una mujer hermosa, que no depende de nadie para mantenerse, tiene su propia empresa y que se ha esforzado mucho por conseguir lo que tiene hasta estos momentos, inteligente, talentosa... pero a la misma ves segada por miedo o por esperanzas falsas de que va a cambiar, tu brillo se esta apagando poco a poco Cristel y cuando vengas a darte cuenta seras una mujer sumida en tonos grises e infeliz completamente.- Dante tenia toda la razón. Mas aya de cualquier interés que pudiera tener en Cristel, le estaba hablando como le hablaría a sus propias hermanas si estuvieran en esa situación ya que lo que vio fue algo con lo que tuvo que controlar su impulsos, hubiese deseado intervenir en el primer segundo en que vio a Dylan tomarla del brazo de esa forma y arrastrarla, estaba seguro que con dos buenos pescozones jamas se le ocurriría a ese tipo volver a poner una mano encima a una mujer.  - Tenemos que volver con los demás, necesito hablar con Dylan.- las lágrimas se secaron en sus ojos. - Vamos.- sonrió de lado al verla tan decidida. - Muchas gracias por los consejos.- Cristel lo tomo del brazo con mucha confianza. - Como te dije, me sentía en esa responsabilidad y si vuelve a ponerte una mano encima puedes llamarme y veremos que escarmiento le damos.- le guiño un ojo. - No tengo tu numero.- alzo una ceja adivinado lo que pasaría. - ¿No? bueno, por favor anótalo y yo personalmente me encargare de llamarte.- saco su celular y se lo entrego. - ¿Le molesta si me tomo una foto con su celular?- pregunto después de haber guardado su numero. - Adelante.- sonrió sabiendo bien lo que haría. Cristel se tomo una foto aprovechando la tenue luz que le daba una farola cerca, hábilmente la puso como fondo de contacto para que no hubiera ningún tipo de pierde cuando la fuera a llamar, salieron del laberinto y tuvieron que separarse ya que Dante no quería meterla en problemas con su familia por si fueran a pensar mal de ella al verlos juntos, mucho menos con Dylan que ya de por si se la había pasado la noche entera matándolo con la mirada. Llego al área privada donde se habían quedado y vio a sus dos hermanos hablando muy entretenidos entre ellos, sus padres en la pista de baile luciéndose como siempre, Dylan en la barra hablando con Jed y eso ya no se le hizo raro pues se la pasaba defendiéndolo todo el tiempo. - ¿Donde andabas?- pregunto Elliot al verla llegar. - Por ahí, viendo lo grande que es este lugar.- dijo Cristel sonriendo. - Supongo que deben haber buenos escondites, Dylan te andaba buscando y no te encontró, pero es curioso que también desapareciera Dante.- dijo Christian moviéndose un poco para ver a la barra donde acababa de llegar el hombre. - Que raro, no lo vi donde yo estaba.- se encogió de hombros como si nada. - Algo me dice que estas mintiendo pequeña bandida...- Elliot la vio de pies a cabeza- Es el socio de papá recuérdalo.- comento viendo a su hermano. - Se lo que es, no tienes que repetírmelo.- rodo los ojos molesta. - ¡Cristel!- el grito de Dylan la sobresalto- ¿Donde estabas?- quiso tomarla del brazo pero ella se alejo. - Cuidado como le hablas.- gruño Elliot al verlo ser tan grosero. - ¡Tu no te metas, son problemas de pareja!- Dylan estaba bastante molesto. - No Dylan, aquí ya no hay ninguna pareja...- esa noche usaba el anillo y se lo saco del dedo- No me quiero casar contigo, no lo voy a hacer y te puedes ir al infierno.- se lo metió en el bolsillo del saco. - ¡¿Que estas diciendo idiota?!- Jed grito aunque por la música alta nadie les presto atención. - ¿Eres sorda o solo eres pendeja?- pregunto Cristel viendo a su hermana de una forma en que jamas lo había echo. - Soy tu hermana mayor y no puedes faltarme el respeto de esa manera.- Jed estaba sorprendida. - A ver...- Dylan también estaba confundido- Mi amor, obviamente debes estar borracha porque tu jamas hablarías de esa forma a tu hermana o a tu futuro esposo.- Dylan la tomo de los brazos con una actitud diferente. - Es una vergüenza de hermana y tu no eres mi futuro esposo, terminamos el compromiso y por fin tengo el valor de mandarte al diablo.- era la primera vez que se sentía tan llena de valor para enfrentarlo. - Tu estas borracha...- gruño Dylan y comenzó a apretarle los brazos- Mañana estarás mejor y nuestro compromiso va a seguir porque yo soy tu hombre.- la vio a los ojos. - Sigue apretando mis brazos y te voy a romper las pelotas.- Cristel no se inmuto. - Mas te vale que a mi hermana no le queden marcas de donde la estas agarrando porque si ella te rompe las pelotas yo te parto los dientes.- Christian se puso de pie. - Y yo las costillas pedazo de excremento.- Elliot se quedo sentado y puso un pie en la pequeña mesa frente a él. - Yo no la estoy lastimando, tu hermana es la que esta borracha o drogada ¿Como se le ocurre decir semejante estupidez?- no la soltó. - Christian, me llevo el auto...- suspiro y quiso alejarse pero él no se lo permitió- Me voy.- se soltó con brusquedad. Se alejo de ellos y camino directo a la salida, a su paso se despidió de Dante con la mano cuidando que nadie la viera y le dedico una sonrisa bastante coqueta ya sin importarle nada, una vez afuera pudo respirar mas tranquilamente porque estaba segura de lo que había echo aunque Dylan no pensaba dejar las cosas así tan fácilmente. - Te llevo a casa, vámonos.- Dylan la intento jalar de nuevo pero esta vez fue Cristel quien cumplió su palabra. Cayó hincado al suelo dando un quejido de dolor porque Cristel no midió su fuerza, sus hermanos habían salido y Jed al verlo tirado corrió para socorrerlo, Cristel se dio la vuelta ignorando los reclamos de su hermana que se veía bastante afligida por él más que por ella. - ¡Cristel espera!- grito Christian- Aquí esta la dirección del apartamento que es regalo para ti, la llave electronica y también esta anotado el código para subir en el elevador.- le puso las cosas en la mano. - ¿Por que?- ella no comprendió. - Porque sera mejor que estés tranquila en un lugar donde no podrá subir a molestar y dónde te sientas segura.- le guiño un ojo. -Gracias.- vio por ultima vez a Dylan y se subió al auto. - ¡Cristel!- Dylan intento levantarse, pero no pudo y los hermanos se rieron de él antes de volver adentro. - Hay que llevarte al hospital.- Jed lo ayudo. - Quiero ir donde va ella, necesito aclarar las cosas.- apretó los puños furioso. - Debe ir al apartamento de Christian.- dijo Jed viendo por donde se fue el auto. Cristel iba incrédula sobre lo que acababa de pasar, pero algo temerosa porque sabia que las cosas no iban a morir ahí, que Dylan no la iba a dejar en paz y que mas temprano que tarde iba a tener que enfrentarlo de nuevo para volver a dejar las cosas mas que claras, mientras eso no pasara pensó en vivir el momento donde sentía el haberse quitado un enorme peso de los hombros y que la había estado aplastando desde que acepto el anillo. Acelero el auto siendo que las calles estaban un poco solas y es que quería llegar lo antes posible al apartamento, al hacerlo tuvo que identificarse con el guardia de seguridad y que muy amablemente le explico donde iba a estar su lugar de estacionamiento, ahí fue cuando se entero que Christian había comprado tres espacios de estacionamiento y Cristel pudo imaginar que eran para usarlos ellos. Christian tampoco dijo que era un ático de lujo con piscina incluida y cuando el elevador privado se detuvo en el numero cuarenta se quedo con la boca abierta viendo el recibidor, a la izquierda la sala y a la derecha la cocina todo con un inmenso ventanal que daba a la terraza y la vista abarcaba casi toda la playa, se quito los zapatos y decidió salir a la terraza embobada con la vista, vio la piscina, los sillones para tomar el sol y algunas plantas como decoración; Christian había mandado a amueblar el lugar de una forma en que Cristel no quisiera cambiar nada pues su estilo era el blanco, grises y dorado. Después de salir de su trance entro para continuar explorando el apartamento, tres habitaciones y cada una de ellas con su propio baño, se quedo en la que estaba al fondo ya que fue ahí donde encontró una cesta con varias pijamas, artículos de ducha y unas graciosas pantuflas de cerdito, mientras revisaba escucho su celular sonar. __________________________________________________________ - No era necesario que gastaras tanto dinero en un lugar como este.- dijo Cristel. - La verdad no lo compre solo yo, fue idea de la abuela y entre Elliot, ella y yo nos organizamos para dártelo como regalo de cumpleaños... te lo íbamos a confesar justamente ese día, pero con lo que paso es justo que te quedes en un lugar que te haga sentir segura.- respondió Christian. - Gracias.- Cristel rompió en llanto conmovida por el esfuerzo que ellos hicieron. - Oye, no llores pitufa.- Elliot estaba con su hermano. - Burro.- rió aun llorando. - Te dejo descansar, nos vemos el miércoles en casa de papá para la cena familiar, por cierto... les dije que te sentías mal y volviste sola a mi apartamento.- ahora era turno de ellos cuidarla y cubrirla. - Me hubiese gustado aclarar las cosas con ellos mañana... o bueno hoy domingo.- vio el reloj de pared que marcaba las doce y media. - Es mas conveniente que te tomes unos días y que medites las cosas con calma, no te decimos que pienses en volver con Dylan, pero si que recuperes tu temple y si quieres contarles entonces lo haces.- Elliot tenia razón. - Se te avecina una tormenta y entre mas claras tengas las cosas mejor te sera mandar a la familia Friedman al diablo.- Christian dejo escapar un suspiro pesado. - Había olvidado decirte que contrate los servicios de un amigo de Nueva York, él se encargara de buscar las pruebas que necesitas y quizás las que yo tambien necesite.- Cristel se dejo caer en la cama de espaldas. - Hablamos otro día de eso, descansa.- dijo Christian. - Cristel ¿Vamos a tener nuevo cuñado?- la pregunta de Elliot la hizo fruncir el ceño. - ¡Cállate!- se escucho un alboroto de fondo- No le hagas caso a este tonto, pasa buenas noches.- había intervenido el mayor. ________________________________________________________________ Al final termino con una sonrisa en los labios, pero con algunas lagrimas aun bajando por su sien hasta perderse en el cabello que todavía seguía atado, se levanto de la cama y camino hacia la ventana, bajo el cierre del vestido dejando que este se deslizara por su cuerpo hasta caer al suelo y sus ojos enfocaron el tenue reflejo de su persona en el cristal, el maquillaje corrido por las lagrimas y su cabello parecía un nido de pájaro. Dante había tenido razón en sus palabras y es que pudo ver que sus ojos ya no tenían el mismo brillo ilusionado de antes de comprometerse, un año aguantando humillaciones y de eso ocho meses aguantando maltrato físico habían sido suficientes para cambiar parte de su personalidad extrovertida, sin darse cuenta había comenzado a aburrirse de la vida, todo le daba igual porque por mas que hacia nada parecía ser suficiente, dejo que Dylan fuera opacando su felicidad en tan solo ocho meses y si en tan poco tiempo había echo tanto ¿Que le esperaba cuando viviera como su esposa? nada bueno seguramente. El amor no tiene que lastimar, quien realmente ama a una persona se esfuerza por verla siempre feliz. Las palabras que Dante le dijo aun seguían dando vueltas en su cabeza, le pareció gracioso que un hombre al que no conocía de nada fuera quien abriera sus ojos y le diera el valor suficiente para salir del poso al que cayó. Contemplando aun su reflejo vio los moretes que tenia en su abdomen, dos manchas oscuras que no tenían porque estar en su piel y entonces prefirió no seguir viéndose de forma lastimera, quito la cesta de la cama y se acostó pensando en que lo mas conveniente era descansar.
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