Me entregó a mi mamá porque no podía prestarnos atención a las dos. Al parecer, tenías muchos problemas y Camille tenía que estar muy pendiente de ti para ayudarte a ponerte al día. No podía darme la atención que necesitaba. Así que me entregó a mi mamá y no querían separarnos, así que nos criaron para ser amigos... ¿Por qué crees que nos hicieron pasar tanto tiempo juntos y se aseguraron de que nos conociéramos? Mis padres no conocían a Camille en absoluto. Nos encontraron en una de sus habitaciones de hotel. ¡Nuestros padres murieron en esa habitación!
"¡Dios mío!", gimió. De repente, se derrumbó y empezó a sollozar. Ella no lo había visto llorar desde que eran niños.
"Siento haberte tenido que decir esto... Ojalá esto nunca hubiera pasado, pero tenía que decírtelo o Camille nunca te lo habría dicho".
"Mira Rachelle, no me importa nada de eso..."
—Entonces, ¿por qué lloras? Estoy intentando no llorar y tú me lo estás poniendo difícil...
"Rachelle, lloro porque te amo... No sólo te amo como familia, sino que estoy enamorado de ti... Siempre te he amado..." confesó. Tuve que pasar mucho tiempo lejos de ti, no porque no te quisiera ni me importaras. Eras tan especial para mí... Siempre sentí que eras mi alma gemela y me destrozó por dentro cuando me di cuenta de cuánto te había amado. Me di cuenta de que estaba enamorado de ti a los catorce años y sabía que estaba mal porque eras tan joven e inocente... No sabía si podría controlarme contigo, por eso tuve que alejarme de ti... Solo podía amarte de lejos... no pasaba una noche sin que pensara en ti. Siempre estabas en mi mente. Con cada chica con la que intentaba salir, solo pensaba en ti... No podía dejar de pensar en tu hermoso rostro... No podía dejar de pensar en tus hermosos ojos y tu sonrisa que iluminaba el mundo... Me volvía loco cuando usabas ese brillo de labios rosa perla y la purpurina que usabas en tus mejillas... Me volvía loco verte crecer y convertirte en una mujer que solo se había vuelto más hermosa con el paso del tiempo... Te amo. más de lo que las palabras pueden explicar y ahora nunca tendré la oportunidad de tenerte..."
Las lágrimas seguían brotando de sus hermosos ojos. Rachelle extendió la mano para secarle las lágrimas, pero al hacerlo, ya no pudo contenerse. Por mucho que intentara contenerlas, las lágrimas seguían brotando. Inhaló profundamente y contuvo la respiración, intentando no llorar a gritos. Pero no pudo evitarlo. Antes de que pudiera pensarlo bien, todo salió a la luz...
"Yo también te he amado siempre, Shane...", confesó. "Te he amado desde que tengo memoria y me duele profundamente porque nunca tendré la oportunidad que siempre quise de estar contigo, amarte y tener tu amor..."
Fue en ese momento cuando Shane la abrazó y la estrechó contra su regazo, abrazándola con todas sus fuerzas. No quería soltarla jamás. Ella se derritió en sus brazos, rodeándolo con su torso y apoyando la cabeza en su pecho. Aunque era su hermano, no estaba segura de poder contener sus sentimientos por él a pesar de las circunstancias.
¿Cómo es posible que algo tan malo pueda sentirse tan bien?
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A pesar de esto, ella todavía lo amaba y él todavía la amaba. Aunque esto estaba completamente mal, quería negarlo para poder seguir con el hombre que amaba con cada fibra de su ser.
Su alma se desmoronó al pensar que su amor era prohibido. Él estaba destrozado porque la deseaba y ella era algo que no podía tener. Se reservó para ella con la esperanza de que algún día fuera suya. Ella también se había salvado porque esperaba que algún día estuvieran juntos.
Shane seguía abrazándola con fuerza. Tenerla cerca le despertaba un gran deseo. Aunque era su hermana, en ese momento no le importaba. Quería poseerla en ese preciso instante.
Su pene palpitaba con tanta lujuria carnal que sentía que iba a explotar. De hecho, su pene erecto ansiaba alivio. Nunca se había sentido tan duro a menos que estuviera cerca de ella. Podía sentir su líquido preseminal derramándose en su ropa interior y, si ella seguía sentada en su regazo, temía que su bien dotada polla saltara por la raja y perdiera todo el control.
Él la apartó con suavidad, pues sabía que eso estaba mal. Pero ella protestó. «Por favor, no me sueltes», le suplicó.
"Pero tengo que... Voy a perder el control porque quiero hacerte cosas malas", confesó. Lo que no sabía era que Rachelle quería que la poseyera en ese mismo instante. Su pequeño clítoris estaba hinchado de excitación y los labios de su v****a estaban congestionados. Quería que su polla la partiera en dos. Quería que le abriera el coño y la follara hasta que no pudiera más.
Había esperado este momento durante mucho tiempo y no estaba dispuesta a renunciar a él. Si iba a perder la virginidad con su hermano, así era, y así sería.
"Entonces hazlo", dijo suavemente mientras se sentaba a horcajadas sobre su regazo, mirándolo a la cara. Le agarró la cara con suavidad y lo besó en los labios. Sus besos eran tan dulces e inocentes como los de un ángel.
Shane tenía un demonio dentro que lo poseyó en el instante en que ella posó sus labios sobre los suyos. Él le tomó el rostro con firmeza y la besó con desenfreno y sensualidad. Colocó su lengua contra la de ella y la recorrió como una serpiente por su boca, y ella disfrutó cada instante mientras recibía con gusto su lengua, rozándola con la suya. Él se apartó de su boca, mordiéndole suavemente los labios mientras la besaba en la frente y se acercó a su cuello, besándola, lamiéndola, succionándola y mordiéndola con firmeza.
Nunca se dio cuenta de cuánto placer podía brindar el dolor. Una oleada de excitación recorrió su coño como un relámpago.
Su coño ansiaba su polla. Estaba tan excitada que no aguantaba más. Antes de darse cuenta, gemía y se retorcía de éxtasis.
La polla de Shane crecía de excitación y descontrol, pues su placer era suyo. Le encantaba oír sus gritos y gemidos, pues era una clara señal de que a ella le encantaba.
"Por favor... fóllame...", suplicó, perdiendo el aliento entre jadeos y gritos de placer. Él se acercó al otro lado de su cuello mientras gemía de lujuria.
"Pregúntame otra vez...", se acercó, rozando sus oídos con los labios. Se sintió tan increíble que sus gemidos se intensificaron y no pudo controlarse.
—¡Por favor... fóllame! —gritó a gritos—. Toma mi coño... es todo tuyo, Shane...
Se levantó de la dura roca, llevándosela consigo. La llevó al prado de suaves flores silvestres y la tendió en el suelo. Se echó sobre ella y la besó aún más mientras le arrancaba la camisa del cuerpo mojado.
Podía ver sus pezones duros y erectos a través del encaje blanco y húmedo de su sostén. Los recorrió con los dedos, provocándole escalofríos por todo el cuerpo. Con su instinto animal, le arrancó el sostén y a ella no le importó.
Sus hermosas tetas redondas eran enormes y firmes. Sus pezones rosados eran grandes y muy chupables. Él los agarró y no pudo apartar las manos de ellos mientras los apretaba y pellizcaba suavemente sus pezones.
Uno a uno, le pasó la lengua por los pezones y se lo pasó bomba succionándolos y mordiéndolos. A ella le encantó cada momento.
Se movió hacia su estómago ligeramente regordete y lo besó suavemente por todas partes, avanzando hacia su dulce y delicado coño.
Con mucho cuidado y delicadeza, lentamente le quitó las bragas y las arrojó a un lado.
Empezó a masajearle las caderas y los muslos para ayudarla a relajarse y separar las piernas. Su pene se endurecía cada vez más con anticipación mientras examinaba su coño y lo admiraba.