Perspectiva de Gael: De nuevo, la sala amplia y bien iluminada da Adrián. No era el típico recinto con aires de película de espías de bajo presupuesto, sino más bien lo opuesto. Todos habíamos visto ya las imágenes, de cómo Isabella se había desnudado, montado a Santiago y hasta le había comido el coño a mamá. Dios, ni en mis fantasías más retorcidas (y eso que sí eran bastante retorcidas) me pude haber imaginado algo así. — Vaya par de putas — dijo Mateo, que como siempre, no se cortaba un pelo a la hora de hablar de mujeres. Pero esta vez no podía contradecirlo, pues era más que obvio que ambas estaban viciadas. —Aun falta un poco de entrenamiento, pero Isabella es una promesa ahora —dijo Luca—. Al final, todas son iguales. Adrián asintió. Su expresión tranquila transmitía una seg

