Siempre tan sabelotodo, exclamé: "¡Bien hecho, papá! ¡Hasta el final de una sola vez!", animando como si estuviera en un partido de fútbol o algo así. Bueno, admito que me había sorprendido, y apenas había sentido la primera embestida de papá, que me metía toda esa polla en el culo. Ah, sí, pero sentí cómo cada centímetro, larguísimo, salía en espiral. Con un grito de "¡Guau!", rodeé la cintura de mamá con los brazos y le ordené: "¡A por ello... sí, fóllame!".
¡Hablando de lo mejor de la vieja escuela, ahora sé de dónde lo saca Dave! Joder, papá se aferró a mis caderas, y sentí que usaba sus pulgares para abrirme las nalgas. Luego, con un pequeño tirón rápido y un rápido movimiento de cadera, papá volvió a estar dentro de mí. ¡Voilà!, y así, recibí esa buena follada anal que tan groserame
