Estaba jadeando, ya sabes, respirando rápido mientras me contaba lo excitada que estaba y lo mucho que le encantaba mi "enorme, vieja y ardiente polla". Pero luego lo soltó, se recostó con las manos en las caderas y preguntó: "Bueno, ¿qué te parece esto? Hazlo ahora y la próxima vez que Anita venga y estemos acostadas, me aseguraré de que nos desnudemos. Sí, y luego buscaré una excusa para entrar. ¡Te haré la mejor paja que jamás hayas soñado! Oye, y puedes seguir mirándola mientras yo también te lo hago". Incluso la creí cuando añadió: "Y me encantará hacerte correrte mientras piensas en follar con mi mejor amiga, sí, me gustará mucho". Vale, me tenía, y sí, ella también lo sabía. Así que su "¿Cómo te suena eso, tío?" no era necesario. Así que, observándola a los ojos, extendí la mano de

