Alex zarandeó a Rodrigo para que no se durmiera, y ambos se acercaron a la ventana para escuchar mejor. —Andy, es que no lo entiendo —dijo Elisa—. ¿Qué fue lo que le hice? ¿O no creerás la tontería de que fue porque le dije que se tapara las tetas? Hay algo más. —No sé —respondió Andrómeda—, la verdad es cada vez menos la comunicación que tengo con María, y ya no me cuenta tanto sus cosas. Lo que sí sé, es que se la pasa con ese tipo raro. No sé que ideas le habrá metido a María para que estuviera con tu hermano. Ella siempre ha sido rebelde, pero nunca maliciosa. La verdad estoy… Estoy perturbada. Y luego sumándose a lo de la congregación… —¿La congregación? —preguntó Elisa. —Sí, ahora el hijo —aseguró Andrómeda—. ¿Tus papás no han ido? —Están de viaje… ¿Y cómo supiste? ¿María te lo

