Ashley se giró para mirarme, y vaya, ¡quizás se notó en mi expresión! En fin, volvió a acercarse, metió una pierna por encima y me dejó caer su coño mojado en la cara. Y se rió, mientras se retorcía, asegurándose de haberme cubierto toda la cara con sus jugos. ¡Genial, verdad? Claro, justo cuando le había metido la lengua hasta el fondo, sorbiendo mi primer sabor real, se levantó. Peor aún, al retroceder, ¡el diablillo quedó fuera de mi alcance! Y allí se quedó, resistiendo mis frenéticos esfuerzos por tirar de ella hacia abajo, con sus guturales gruñidos prometiendo: "¡Ay, Wayne... te voy a alegrar mucho de no haberte corrido!". Lo siguiente que supe fue que Ashley estaba de rodillas junto a mi sillón. Sí, pero estaba mirando a su hermano otra vez. Y al verla sonreírle a Dave, solo pude

