En Mykonos, una hora después, Aquiles Galanis, regocijado en la emoción de saber que finalmente Léa entró en razón al aceptar que la solución que él propuso es la mejor para su vida, decidió compartir esa felicidad con la otra parte importante de este trato, Cole Kapsalis, quien lleva días distraído en todo lo que refiere a la instalación de su empresa. Entre el papeleo de legalización, para lo cual contó con el trabajo de Adere, la consecución de un lugar que se ajustara a sus intereses y luego lograr negociar un precio que favoreciera tanto al vendedor como a él mismo, se ha visto absorto.
Cole compró dos niveles de una edificación empresarial en el centro de la isla, y ahora, en compañía de un diseñador de interiores se encuentran decidiendo el concepto de la decoración de cada uno de
