—¿Esa no es Léa, la hija del señor Galanis? —Escucha a Antón preguntarle en voz alta en medio del ruido de la música.
—¿Qué, qué dijiste? —Le pregunta Cole distraído.
Llevaba años sin frecuentar locales como este, y aunque se siente extraño, comprende que le hacia falta una distracción, no es de los que baila, ni los ojos, pero en cierta forma la música y el ambiente animado contribuyen a lograr relajarlo, como era su objetivo al decidirse en hacerle caso a Antón.
—Te decía que si la chica de allá no es la hija de Galanis, el que acaba de fallecer hace unos meses —Le repite Antón al tiempo que señala hacia la pista de baile—. La hija del dueño de las empresas que estas manejando —Aclara Antón como si él no le entendiera al ver que Cole no le responde y solo mira hacia la pista buscándol
