CAPÍTULO III-2

1958 Words

Sentada en el suelo, con un niñito chico en los brazos, estaba Azalea. El niño estaba dormido, y sus pestañas oscuras formaban medias lunas en su carita redonda. Sentados alrededor de ella, había quince o dieciséis niños más recostados o con las piernas cruzadas. Todos eran muy pequeños y muchos de ellos estaban mal vestidos; pero parecían muy felices, y aunque el cuento había terminado no hicieron ningún esfuerzo por levantarse. —¿Qué vamos a hacer ahora?— preguntó Azalea con voz suave. —¡Cantar la canción donde aplaudimos!— sugirió un niño. —Muy bien— asintió Azalea—, la cantaremos, pero como Jam Kin está dormido, yo no puedo aplaudir. Así que, cuando levante una mano, ustedes aplauden. . . ¿entendido? Hubo un murmullo afirmativo, las pequeñas cabezas asintieron. —Muy bien— dijo A

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD