11:11

2000 Words
Sentía como todo me giraba en el mismo lugar, abrí los ojos ante la melodía que se escuchaba, con un dolor de cabeza infernal. Abrí los ojos ligeramente confundida ante el sonido del celular, miré el techo por unos segundos estirando la mano, note la alarma y un poco confundida apagué esta. Me senté con todo dándome vueltas, sintiéndome extrañada, dicha habitación no la conocía, pasee mi mirada por toda la habitación, era extraño. Me levante al ver fotografías, era yo pero aquellas no las reconocí. Era confuso. Pasee mus dedos por las paredes de la habitación y con el dolor de cabeza bastante pronunciada. Lamentaba la pelea con Shawn, el nunca había actuado de ese modo conmigo, siempre habría sido una persona bastante tranquila, aunque siempre tuvo aquella fama de chico malo. Shawn y yo éramos unidos, tanto cómo fuera posible. Y habría deseado perder la memoria, borrarlo de mis recuerdos, pero no era algo que quisiera. Shawn... —¿Por qué no está Shawn en las fotos?—, me pregunte en tono bajo. Se sentía irreal todo, como ir caminando por un lugar lleno de niebla, con el temor en cada uno de los pasos que daba. Tenía la mente completamente confundida y no lo podía controlar—en lo absoluto—se sentía como un desastre. Escuche música sonar por fuera, fruncí las cejas con confusion, para salir lentamente, alarmada ante todo lo que sucedía, aparte mi cabello del rostro, para ver a Alana sirviendo un poco de café, mientras se reproducía una canción de Sabrina Carpenter. —Despertaste—, señaló colocando la cafetera en su lugar—, ¿Tienes resaca? Su cabello desordenado y el rostro cansado, mostraba lo mismo que yo, sentir aquella resaca, pero... ¿Habria llamado a Alana para beber? después de sentir aquella desesperación ante la decisión mas errática que habría tenido jamás.. Pero sabía con claridad que no habría sido así. Con un poco de suerte habríamos hablado por llamada—por decirlo poco—esta no era casa de Alana, y por obvias razones tampoco las mías. —¿En dónde estamos?—, pregunté confundida, arrastrando los pies por el piso—, ¿Qué hago aquí? ¿Y por qué parece que estamos despertando de una borrachera? —Sí no lo controlas, no bebas—. Expresó burlona, para reír. Sus facciones se relajaron un poco llegando a confusión—. ¿Hablas enserió? ¿Sigues ebria? —Claro que hablo enserio—. Dije con un poco de estrés, sentándome frente a ella, tallando mi rostro, bastante frustrada—. ¿Qué hago aquí?—Me detuve por segundos—, ¿Qué dices...? Seguir ebria, ¿Cómo podría seguir ebria? Habría tomado tan pero tan poco... —¿Sigues ebria?—, Repitió. Frunci las cejas. No recordaba haber bebido la noche anterior al modo de olvidarlo todo, en lo absoluto—. Si. Te haré un café. Me quedé pensando, recuerdo que después de pelear con Shawn regrese a casa, empaque mis cosas, llame a Alana y me fui a dormir, pero no tome el vuelo. A menos que dormida me hubiera transportado a otro lugar. Cosa que no podía suceder. —¿En dónde estamos Alana? No recuerdo nada—, chillé escondiendo mi rostro entre mis manos—. Si, bebí, ayer con Shawn y regrese a casa... —¿Shawn?—, Se detuvo, con la cafetera en su mano, mirándome desconcertada—. ¿Qué Shawn? —Alana...—, Me queje en tono bajo—. ¿Juegas conmigo? —No—. Chasqueo la lengua, golpeando con los dedos aquella cafetera—. ¿Conociste a alguien en el bar? ¿Qué Shawn? —Nuestro amigo—. Señalé con obviedad, ella frunció las cejas llenando la taza—. No actúes como si estuviera loca, Alana. Esta es una broma de mal gusto. —Broma... Ayer bebimos tu, yo y Francis. No se de que estas hablando tu—, Remarcó dejando la taza frente a mí—. Estamos en casa... —Esta no es mi casa—, le reclame—. ¡Basta! ¡No juegues así conmigo! De broma es terrible. Pero, mi mejor amiga no parecía estar bromeando sobre absolutamente nada, sabía que ella no era de hacer este tipo de bromas, era más del tipo de personas que solían decir que era de mal gusto. —Jugar—, alargó, sentándose frente a mí—, ni siquiera recuerdo el nombre de algún Shawn—. Pensativa, tallo su mentón—. ¿Estás drogada? —¡Shawn! ¡Mi mejor amigo! ¡Nuestro amigo!—, Insistí a lo que ella nego—. Es tonto que finjas que no lo conoces. Es amantes de los video juegos... —No, nada. —Cómo de esta altura, ojos castaños y una cicatriz aquí—, Mencioné señalando mi mentón—, Tiene varios lunares en el rostro y... —Ayer, salimos de fiesta celebrando el ascenso de Francis—, mencionó sacando su celular, resbalando este por la mesa para que lo tomara—. En un bar del centro, ¿Lo ves? No aparte la mirada de Alana, esperando que dijera que era una broma, sin apartar la vista, tome el celular. Y le miré, como si lo que me dijera fuera una mentira, pero lo que señalaba la pantalla confirmaba sus palabras, estábamos nosotras, con un chico que no era el, la fecha era de ayer, justo el día que pelee con Shawn... —No, no, no... —¿Qué pasa? No puedes decir que la pasaste mal—, Me acuso—. Si estabas demasiado divertida. —Shawn... No puedes decirme que no existe Shawn—, reclame buscando mi celular, desesperada. —¿Tu celular? Esta en tu habitación seguramente—, Indicó con cautela—. Comienzas a asustarme Blake. —¿Mi habitación? Ella parecía confundida, quizá del mismo modo que yo, desconcertada ante lo que estaba sucediendo, ella señaló con los ojos hacia donde salí hace unos minutos, me levanté para caminar hacía el, ella me siguió, efectivamente ahí estaba un celular, frunci las cejas, al encenderlo, era una fotografía mía, tenía una de Shawn y yo... esto cada vez resonaba más raro que el segundo anterior. Y en cada fotografía eran ellos... Pero no estaba el, no había rastros de mi mejor amigo... Sin rastros de Shawn. Ni aquella pulsera que tenía en la muñeca la noche anterior. —¿Estás bien? —Es que esto no tiene sentido Alana, Shawn y yo éramos mejores amigos desde pequeños. —Shawn... ¿Tiene apellido? —Hart... —¡Ah! ¿El chico malo de la escuela? Ustedes nunca fueron amigos, no hablaron jamás, de hecho—. Me señaló a lo que mis ojos se colocaron llorosos—. ¿Estás hablando enserió? Asentí, ella me miró pensativa para salir de la habitación, le seguí a lo que ella rebusco en un librero, para sacar el anuario, le note como buscaba, hasta que llego a la página que buscaba. —¿El?—, Asentí—. Bien... Digamos que es complicado, no son amigos Blake. —¡No lo entiendo! ¡Nos graduamos juntos! ¡Fuimos al lago para festejar!—, Grité alterada—, No me puedes decir que no esta pasando. —Digamos... Que te creo—, Hizo un ademán de comillas con los dedos—. ¿Por qué despertarías aquí? No sabía, me senté en el borde del sofa con los ojos llorosos, era imposible que todo esto fuera real, ¿Cómo era posible? —No lo sé... Estábamos bebiendo, en un bar del pueblo, estaba diciéndole que quería ir hacia España un tiempo, unos meses... —¿El pueblo?—, preguntó a lo que asentí—. continúa.... —Sí. Pero peleamos, estaba furiosa porque el se enojo, diciéndome egoísta—. Pensé, mirando hacía el techo—.Dijimos cosas que quizá no debimos de haber dicho... Ella asintió, para suspirar pesadamente. —Preciosa, ¿Qué le dijiste? Y ahí recayó todo, el como las palabras salieron de mi boca sin pensarlo, en un grito ensordecedor, "Desearía no haberte conocido..." Es extraño, porque sabemos muchas veces que los deseos no se vuelven realidad, pasamos de ese cliché, dejamos de pedirle deseos a las estrellas, a una hora, velas de cumplesños, intentamos que de verdad se nos salga de la mente. —¡No! ¿Por qué se me concedería un deseo?—, Mencioné. Ella frunció las cejas—. He pedido deseos miles de veces en la vida... —Existiría una posibilidad... Los astros se unieron, no lo sé, ¿Qué deseaste? —Deseé... No haberlo conocido. Alzó las cejas con un poco de sorpresa, para sentarse a un lado de mí, pensativa, era como si estuviera creyendo que todo se habría desatado en una idea errónea... —¿Por qué desearías eso?—, preguntó sorprendida. —Fue la rabia—, susurré—. Salimos del bar...Deseé eso, y sucedió. —Fantástico...—, Alargó con sorpresa. —¿Por qué sería fantástico Alana?—. Chille. Ella miró hacía el suelo desplazando la mirada un poco para llegar hacía mí. —Ayer... Mamá me dijo que pasaría algo, en el cielo—, Musito a lo que fruncí las cejas confundida—. Espera... Se levantó saliendo de la habitación con un poco de duda, regreso con un computador, para mirarme. Por primera vez quede helada ante todo lo que estaba sucediendo, nerviosa de no poder entender con realidad lo que estaba sucediendo, era extraño, solo me sentía demasiado confusa. Alana soltó un suspiro, comenzó a rebuscar en aquel computador sin dejar de darme miradas confusas, no me juzgaba, simplemente me miraba como si no pudiera entender lo que salía de mis labios de manera irreal. ¿Había sido posible que yo mis miedos hoy se convirtieran en realidad? ¿Habría sido posible que un efecto mariposa cambiará mi vida completamente de manera tan repentina? —Ayer en aquel pueblo.... Paso una estrella fugaz que se pudo apreciar en el cielo—, Leyó con las cejas fruncidas—. Mierda... —¿Qué?—, alargue en un quejido. —Es un evento esperado por años en aquel pueblo. En la antigüedad solía creerse que habría un día que planetas estarían alineados perfectamente con la luna, generando un evento que las brujas de dicha pueblo en la antigüedad habrían esperado llegar, puesto que creeían que un deseo sería cumplido por una diosa mística. —Eso no suena tan increíble—, susurré tallandome el rostro, ella suspiro con una mueca pesada. —Sin embargo, el día de ayer un evento más fue captado en el cielo, una estrella fugaz pudo ser apreciada en el cielo... A más 11:11. Mágicamente creencias habrían sido unidas ante lo que podría haber sido un evento de mala suerte, habría sucedido de manera tan veloz. —Ay no... —Aunque son historias antiguas y especulaciones ya que las brujas no tenían conciencia cierta de dicha estrella—, señaló Alana—. Esto es increíble... En mi cabeza sonaba a todo menos increíble era una historia de completo descontrol total, estaba demasiado anonadado para poder entenderlo con claridad. —Es posible? eso nunca sucede, las velas de cumpleaños, los huesos de la suerte, los dientes de león—, añadí—. Quizá estoy soñando... Aunque dicho deseo parecía ser real, esperaba que todo se tratara de un sueño, aunque en dicho sueño yo comenzaba a perder la cordura. —Podría ser, ¿No?—, le pregunte en un susurro a Alana—, esto solo es un sueño. —Puedo jurarte que no—. murmuró—. La vida te concedió tu deseo, borrando de tu historia a Shawn...
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