Infinitud

1502 Words
Coincidir con Shawn. Quizá eso se habría tornado difícil, y no entiendo como paso, que un una semana de la nada, éramos desconocidos, ¿Sí era tan perfecto por que acabo? Así que los últimos días habría estado con Alana investigando un poco sobre la vida de Shawn, ¿Quién era actualmente? Los últimos dos días habrían sido vitales para mí, buscando coincidencias entre mis recuerdos y lo que era la nueva vida de Shawn. Conduje en la bicicleta por algunos minutos, pensativa a donde mi mente me llevará, apenas mis ojos se detuvieron en aquel lugar una sonrisa llena de melancolía salió de mis labios. Ya tendré que en las guerras y el amor, hay balas perdidas—y ambas dieron directo hacía mi—, Se que al final, voy a ser yo quien terminé herida. Me baje de la bicicleta en el establo de sus padres, una de mis cejas se arqueo un poco, inclusive de manera no intencional llegué aquí. Comencé a caminar pasando la mirada por el lugar, apenas llegué a donde estaban los caballos mis manos comenzaron a pasarse por las plantas crecidas del lugar. ¿Qué debería de hacer...? —Comenzaré a creer que me estás espiando—. Escuche su reclamo, junto con las pisadas sobre el pasto seco—. No eres de aquí, ¿No? Y este lugar no es un centro turístico. —No te espio—. Chasquee la lengua, para girarme notando la inquietud en sus ojos—. Llamé a la puerta, lo siento. Y si soy de aquí, del pueblo justamente. —No lo creo. Te recordaría de ser así—, Me tomó del brazo, para suspirar, jalandome un poco—. De igual modo necesitas salir de aquí. —Espera. ¿Ese es modo de tratar a los invitados?—, me mofé sin gracia—. En realidad, nos conocemos. Bueno...—, Miré la confusión en sus ojos—. Algo así. —¿Es una broma por parte de Cristian?—, me preguntó con desgano, mirándome a los ojos. Me quedé quieta por un par de segundos, mirando hacía ellos con demasiada curiosidad, sentí un aleteo en el estómago, pero me mantuve en silencio. Quizá pasó un minuto o dos, no podría tener una percepción del tiempo concreta. —Deberías... —¡Ah! No. No es una broma—, solté velozmente—. Estudiamos en la misma escuela, por años. Me solté de su agarre mirando un poco en mi entorno, era interesante pero me parecía irreal. —Me fui a estudiar a España. Supongo que por eso no me recuerdas—, seguí mirando con lentitud a mi entorno—. Será eso... —Sí, no te recuerdo—. Atacó. Le miré de reojo notando como pasaba la mano por uno de los caballos—. Lo siento. —No importa—, encogí mis hombros. Para suspirar un poco con pesadez—. Estuve artes. —Qué interesante—. Mencionó con sarcasmo. Rodé los ojos ante su falta de interés. —Cómo sea...—, suspire—. Hay una cosa que me gustaría pintar, el arte no solo es eso, una imagen, necesitas sentimientos para que sea una buena obra. —Sí quisiera clases de arte, lo habría estudiado yo, ¿No lo crees?—, preguntó sarcástico. Rodé los ojos con cansancio—. Deberías de salir de aquí. —Te pagaré—. Ofrecí con lentitud. —Mira... —¿Antes de seguir no deberíamos de presentarnos?—, pregunté divertida—. A mi parecer... —¿Qué caso tendría?—, Se acercó un poco a mí mirándome de arriba abajo—. Parece que tu sabes ya quien soy yo. Y no estoy interesado en saber de ti. Ni tu nombre. Se alejo un poco de mi, mis ojos se fruncieron junto con mis cejas, confundida y un poco aturdida, su modo en demostrarme que no era importante mantener una conversación conmigo, me dolía. Siguió caminando hacia los establos, tomando a uno de los caballos, tiré mi cabeza hacía atrás con pesadez, soltando un suspiro, intentaba pensar un poco de esto, sin que se convirtiera en un desastre. No había modo en el que se pudiera salir de aquí ileso, sin desastres... —Deberías de escuchar antes de rechazar—, le recordé—, Te pagaré. —Pensando en que me interesara—, alargó unos segundos después—, ¿Qué es lo que quieres? Sabía que le interesaba, habría investigado un poco más sobre su vida, intentando entender cómo poder hacer que el se interesará en conocerme, supongo que si lo hacía de ese modo, nada podría salir mal. —Blake Ziegler—. Estiré mi mano en su dirección—. ¿Tú…? —Shawn Hart—, miró con un poco de duda en dirección de mi mano, para terminar por tomarla con un poco de desconfianza—. ¿Qué es lo que quieres? Su familia esta pasando una mala racha—muy mala—comenzó hace unos meses y tenían la posibilidad de perder a todos y cada uno de sus caballos, resulta que mi vida en España ha ido de maravilla, la cantidad de dinero que habría estado teniendo en los últimos meses, años, habría sido cómo espuma, estaba emocionada por ello. —Recuerdo que tocabas la guitarra, ¿No es así? —, pregunté, con un poco de duda, intentando dar en el blanco—. Querías ser cantante. —¿Tú cómo es que podrías saber eso? —Supongo que lo escuché alguna vez, no lo sé—, mencioné con cautela—. Quisiera un mes. —¿Un mes? —, preguntó con tonó burlón—. ¿Un mes de que Blake? —Un mes de estar contigo—, expresé con tranquilidad—. Conociéndote, conociendo sobre la música, sobre el establo, sobre los sentimientos que ambas cosas dejan. —Sí que estás loca—, enfatizó dejando al caballo—. Consíguete un profesor que te imparta esas clases, regresar aquí por esa información, es absurdo. —No es absurdo, es arte—, me defendí—. Además, te pagaré, me estoy consiguiendo un maestro, ¿Qué no? —Pero yo no te enseñaré esas cosas. Miré hacía el cielo, una de las cosas que más caracterizaría a Shawn, sobre todo, era aquellos sentimientos, siempre habría sido terco y obstinado, supongo que no confiaba en mí. Antes, no me trataba de ese modo tan despectivo, pero antes, me conocía. Antes… —Te pagaré—. Repetí—. Pon la cifra que quieras, lo pagaré. Él miró hacía el cielo, con un poco de desdén, pensativo a lo que iba a decirme, se colocó frente a mi mirándome con superioridad. —Diez mil—. Me retó, le miré con incredulidad. —¿¡dólares!? —, pregunté a lo que asintió, pase un poco de saliva—. Hecho. —¿Lo pagarías? —Sí, lo pagaré—. Expresé—, Entonces, ¿Aceptas? Me miró esperando algo de mí, quizá esperaba que le dijera que era un juego o algo parecido, pero no tenía interés de hacerlo. Me habría quedado asombrada ante el precio, pero si las cosas salían bien, podría obtener de nuevo a mi mejor amigo… ¿No? Y eso, no tendría precio. —Bien, ¿No hay algo más detrás de todo esto? —, preguntó a lo que negué—. Seguro debe de ser algo importante, para que quieras pagar esa cantidad de dinero. —Lo es—, le dije con una pequeña sonrisa—. Gracias por esto. —Si, pero, no estás comprando a un amigo, Blake, ¿Lo sabes? Si el destino esta escrito, un deseo no podría haber cambiado toda la historia. Si nosotros estábamos destinados a estar juntos y fui yo quien no se habría dado cuenta antes, quizá ahora—con un poco de suerte—podría borrar aquello que sucedió. —Lo tengo claro—, asentí caminando hacía afuera—. ¿Nos vemos en el café de ayer? —Bien. Le di una sonrisa pequeña, para tomar mi bicicleta, y subir a ella. Mire por una última vez hacía aquel lugar y cientos de ideas pasaron por mi cabeza. —Blake, ¿Qué me asegura que no eres una demente?—, me dijo, encogí mis hombros—, No me dejas mucha tranquilidad. —Supongo, que tendrás que confiar en mí, Shawn. Se que en muchas ocasiones no fui quien habrías deseado que fuera, ambos nos fallamos. Y aún no lo entiendo, ¿Qué nos paso? En días, todo se borro. ¿No es acaso que las personas cometemos errores? Quizá debí de soltarte, pero no quería. No quería sentarme un día y preguntarme... ¿Cómo paso? Se que él era mi Rayo... —Trueno♡
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD