Daniel me recogió en mi cabaña y nos dirigimos a la villa de Frankie y Nela. Al acercarnos, nos dimos cuenta de que había muchos coches estacionados afuera y música alta provenía del interior. Daniel y yo nos miramos y supimos de inmediato que nos esperaba una noche salvaje. —No creo que esto siga siendo una cita doble —dijo Daniel con una sonrisa—. Algo cambió y no recibimos el aviso —añadió mientras nos acercábamos a la entrada de la lujosa villa que Frankie solía rentar cuando estaba por aquí. —Parece que sí. Ni siquiera entiendo cómo tú y Frankie son amigos. Son tan diferentes —le dije, girándome hacia él mientras nos preparábamos para entrar, sin saber qué esperar. —Sé que Frankie es un personaje raro, pero es un amigo muy bueno y leal —dijo Daniel, defendiendo a Frankie, y pude ve

