—Entonces, ¿Qué pasó la noche después de que tú y yo…? —le pregunté. Lo sentí tensarse debajo de mí y claramente dudó. —Esa parte de mi vida fue… complicada. Mi padre me arrastraba con él, y al día siguiente de estar contigo, mi tío pasó por New York y vio cómo estaba viviendo. Me dijo que tenía oportunidades para mí en su negocio hotelero, que le iba muy bien, pero que tenía que irme con él ese mismo día. No tenía opción, Anna. Tuve que irme con él. Era mi única salida —explicó con sinceridad. Vi la vulnerabilidad en sus ojos, y supe que decía la verdad. Tenía razón, tenía que elegir salvarse. —Lo que no entiendo es por qué no pudiste decirme que te ibas. Lo habría entendido. Podríamos haber mantenido el contacto. No tenía que terminar así —pude notar que Daniel se sentía mal. Permanec

