Álvaro Duarte
Dos semanas después y comenzaba a desesperarme en casa de Tía Magda, estaba aburrido, ella trabajaba dando cursos de español en una escuela y Mara casi no estaba durante el día en la casa, la única manera de sobre llevar la ansiedad era haciendo algunas reparaciones a la casa. No podía pensar en un trabajo o en invertir en alguna empresa, ahora no, hasta que supiera donde estaba Juliana.
Estaba reparando una fuga de la lava trastes cuando escuché que el teléfono sonó, era el investigador que contrate, aún no sabía dónde estaba viviendo ella, pero ya sabía el teléfono donde podía contactar a Alan, él podría decirme la dirección de ella, tendría que convencerlo.
Marque el número que el investigador me proporcionó.
“Si, diga” escuchó la voz de Alan, “Alan, soy Álvaro Duarte
