Álvaro Duarte
Después de pasar el día con Juliana regresé a la casa de Andrés Correa. Durante el trayecto pensé en todas las cosas que le digo, salen con mucha facilidad de mi boca. Ella es una mujer muy atractiva pero no es la mujer que yo desearía que estuviera a mi lado. Sólo ha habido una mujer que ha logrado meterse tan profundo en mi corazón. Cierro los ojos tragando saliva. El recuerdo de esa noche me atormenta en cada pesadilla. No se si podré ser capaz de olvidarla algún día.
Yo siempre tuve la certeza de que mi sitio era a su lado, pero a ella se le olvido que un día prometió estar a mi lado hasta el fin del tiempo, se le olvido que me robó el corazón.
Respiró. Sacó el bote de pastillas de mi saco, siempre odie tomar medicamento, pero al parecer las consultas con el psiquiat
