Capítulo 3 : Monica

1065 Words
—¿Cómo que te vas a casar? Susana no podía creer lo que es su mejor amiga le acaba de contar, ya que no le conocía Lucrecia ningún galán. —¿Recuerdas a Ferit? —¿El nerd que era tu amigo que se te declaró y tu rechazaste por Carlos? —Asiento —. ¿Qué pasa con él? —Por un acuerdo matrimonial entre ambas familias ambos tenemos que casarnos dentro de una semana. —¿Tu padre se ha vuelto loco?, no puedes casarte con ese nerd, además hace muchos años que no se ven. — Susana, hace muchos años que Ferit dejó de ser ese chico con gafas y delgado que recuerdas, ahora es todo un hombre. Lucrecia teclado en su iPad el nombre de Ferit, al encontrar en Google imágenes de él se las muestras dejando a está completamente Boqui abierta. —¿Qué diablos se hizo? —Balbucea —. Es todo un adonis ahora, pero mira nada más esos brazos, esa mirada seductora, esos labios, ni siquiera se parece al patito feo que recordaba. Lucrecia deseaba que Ferit volviera a ser aquel adolescente dulce y gracioso que ella había conocido no el arrogante y grosero que era ahora. La puerta de su habitación se abre entrando una Monica con cara de pocos amigos. —Necesito que hablemos...—Observa a Susana —. A solas. —Nos vemos luego amiga, no me gusta estar cerca de víboras. Susana le da una mirada de pocos amigos a Mónica y sale de la habitación cerrando la puerta de un portazo. La relación de Lucrecia con su hermana nunca había sido buena, ya que ésta siempre se la pasaba criticando todo lo que está hacía y nunca estaba de acuerdo con que su padre la apoyara en todo. Lucrecia siempre ha pensado qué lo que siente Susana por ella es rivalidad sana, pero Mónica más que rivalidad siente envidia y un gran resentimiento hacia su hermana mayor . —¿Me puedes explicar qué significa eso de que te casaras con Ferit? —Reclama completamente molesta. —¿Quien te lo ha dicho? —Papá, dice que te casas en unos días, ¿Por qué no me habías dicho nada? — A ver Mónica, yo no tengo porque darte explicaciones o contarte de mi vida privada y segundo mucho es mi problema si me voy a casarme o no. —Soy tu hermana, yo debería saberlo. —¿Ahora lo soy?,cuando solo vives llevándome la contraria en todo lo que haga y criticándome, me tratas como una enemiga, no como tú hermana. —Tú siempre te has creído mejor que yo, siempre te has robado la atención de papá y no conforme con eso, te robas la del chico que me gustaba. —Te equivocas Mónica, yo nunca me he creído mejor que tú simplemente hago las cosas bien, apoyo a papá en todo,trato de apoyarlo y que se sienta orgulloso de mí , no lo contrario y respecto a Ferit tú y yo sabemos que si los rechacé de jóvenes solamente fue por ti, por no herirte porque sabía que estabas enamorada de él. Lucrecia le había mentido a su amiga, le había mentido a todos Y es que ella también sentía cosas por Ferit , pero se vio obligada a rechazarlo cuando supo que su hermana estaba enamorada de él. Pensó en la felicidad de su hermana antes que en la de ella Y terminó perdiendo al chico del cual ella había estado enamorada también, ganándose por completo su repudio y rabia. —Pues lamento decirte que sigo enamorada de él y no acepto que te vayas a casar con el hombre del cual sigo enamorada. —Pues yo lo lamento más Mónica, por qué no hay vuelta atrás, la boda entre él y yo es un hecho y nadie lo puede evitar. —Te odio Lucrecia, —Espeta furiosa —. Juro que te odio. Sale de su cuarto tirando la puerta un portazo, Lucrecia suspira y sujeta el puente de su nariz tratando de mantener la calma. Si algo sabía es que si la relación entre ella y hermana ya era pésima, pues ahora empeoraría más. Mónica siempre había sido una chiquilla malcriada, mimada y acostumbrada a sólo gastar el dinero de su padre a diferencia de Lucrecia la cual siempre estuvo interesada en los negocios familiares. Lucrecia sale a toda marcha de su habitación y vas al despacho de su padre, al abrir la puerta se detiene abruptamente al ver a Ferit estrechando mano con su padre. —¿Qué haces aquí? —Le suelta Lucrecia de mala gana. —Ferit vino a firmar unos documentos hija, pero también se quedará a cenar con nosotros. Su padre les sonríe mientras abandona el despacho dejándolo completamente solos; Ferit se levanta y camina lentamente hasta quedar parado enfrente de ella. — A mi tampoco se me hace gracia verte a la cara, pero ambos tenemos que cumplir con este acuerdo matrimonial ya que ninguno quiere dejarle lo de su familia al otro. —Estás en lo correcto. —Entonces nos tocara fingir que llevamos una relación en donde ambos nos amamos ya que nadie puede saber de este acuerdo, sólo nuestros padres. Lucrecia se espera mientras que Ferit tiende su mano, esta se la acepta . Cuando ambos se tocan siente como un cosquilleo que recorre todo su cuerpo y es que extrañaba sentir su piel. Una de las del servicio doméstico los interrumpe avisándole que la comida ya está servida y que pasen a la mesa. Ambos así lo hacen y al llegar la mirada de Susana cae sobre el hombre del cual sigue completamente enamorada. —Ferit, ¿Recuerdas a mi hija Monica? —Claro que si señor Alfredo, aunque era una niña cuando la vi por última vez si me si la reconozco. Las palabras del Ferit no son para nada del agrado de Mónica, pero esta igualmente se levanta y lo extiende la mano con una sonrisa bastante falsa. Lucrecia toma asiento y a su lado lo hace Ferit, este toma su mano debajo de la mesa y le coloca un anillo de compromiso. A levantar la vista se encuentra con una mirada nada agradable y su hermana haciendo las inhalar frustradamente porque sabe que lo que le espera no es nada fácil…
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