Contrato Matrimonial

Capítulo 5 : Señor Y Señora Karagiannis

Había llegado el día finalmente.

Era la boda por el civil, los nervios invadían completamente a Lucrecia mientras que Ferit se encontraba listo para cumplir con el compromiso.

Se había mentalizado estos últimos días de este momento y de que no había manera de dar un paso atrás.

—Ha llegado el momento finalmente hijo —Musita Mauro —. Espero que entiendas porque lo hicimos.

—Aún no lo entiendo padre, pero lo haré por el patrimonio familiar.

—Lucrecia y tú siempre se habían llevado bien incluso nos atrevimos a decir que estaban enamorados uno del otro, no sabemos qué habrá pasado entre ustedes, pero si de algo pude darme cuenta el día de la cena en casa de ella es que entre ustedes todavía existe algo, solo que sus orgullos no lo dejan verlo.

Ferit suspira y es que no le apetece discutir con su padre en un día que será tan agotador como lo es hoy.

Termina de acomodar el moño sobre su camisa, toma su saco y se lo coloca terminando por completo.

Su padre palmea su hombro y le sonríe con cierta nostalgia.

—Se que harás las cosas bien cuando ya yo no esté hijo, solo espero escuches tú corazón antes que tu ego y tu cabeza.

Las palabras de su padre lo deja con cierta incertidumbre, suspira y sale de salón con dirección al jardín dónde ya se encuentran todos los invitados.

Ambas familias decidieron celebrar la boda en los jardín de la familia Karagiannis al ser algo sencillo.

Muchos eran los invitados y la prensa que se encontraban allí para darle eco a la noticia.

Camina hasta legar al altar, observa a su madre y su hermana quienes ansiosas y felices creyendo en un falso matrimonio.

Del otro lado se encuentra la hermana de Lucrecia, la cuál no luce muy feliz, aunque no le extraña ,siempre ha sabido que la relación entre ella y Lucrecia no ha sido buena y tal parece que ha empeorado con el pasar de los años.

La música empieza a sonar, Ferit se gira encontrándose a una bella Lucrecia engalanada en un hermoso vestido blanco robándose la mirada de todos.

Su padre la trae de su brazo con una sonrisa orgulloso, caminan por el pasillo hasta llegar frente al altar.

Se la entrega y regresa alado de su hija dejándolos a ambos solos.

Lucrecia suspira y lo mira fijamente, sus ojos destellan nervios pero trata de ocultarlos con una sonrisa falsa.

—¿Lista? —Le musita Ferit y asiente.

El juez empieza con la ceremonia, luego de los actos protocolares finalmente hace la pregunta esperada y le entrega un bolígrafo a cada uno para firmar.

—Oficialmente los declaro señor y señora Karagiannis.

Los presentes aplauden, ambos se miran fijamente sabiendo que no había vuelta atrás y desde ahora todo cambiaría.

Tendrán que vivir juntos y compartir tal y como una pareja de casados lo hace y eso era lo que más temía Lucrecia…