Capítulo 22. Una frialdad en los pasillos del corazón. Brisa permaneció unos minutos así, luego se enderezó con la excusa tonta de ir al baño, quería ir hacia la parte de atrás, pero una de las azafatas la detuvo, conocía la situación de la asistente, estaba claro que debía estar en primera clase y no era así por un error de la línea aérea. Sabía que Brisa era una cliente VIP, y que su asiento en primera clase fue destinado a un grupo de adultos mayor. Así que la guío hacia el baño delantero, al pasar junto a la fila de Alonso, sintió su mirada. Ardiente, furiosa, inquisidora. Pero ella no se detuvo, ni siquiera lo miró, Brisa siguió caminando con la cabeza en alto, mirando el lugar donde estaba su asiento esperándola. El resto del vuelo transcurrió en una tensa calma. Cuando finalm

