La amenaza

5000 Words
Nina baila y bebe todo lo que su cuerpo le permite, está disfrutando su cumpleaños como si fuera el único, pero Connor fija su vista en ella cuando la ve dirigirse hacía la barra detrás del vip de su hermano... La cuál es la única barra que abastece la zona en la que todos se encuentran. —Nina ¿qué va a ser esta vez?— Pregunta divertida Andrea, mientras limpia la barra con un trapo blanco que huele a menta. —Hola andre— Ella sonríe y muerde su labio inferior divertida. El alcohol está haciendo un poco de estragos en su cuerpo, pero se encuentra en perfectas condiciones. —A tus ordenes— Sonríe con un fantástico peinado. —No tengo la frapera llena en las mesas... Algunos de los chicos se están empezando a quejar— Hace un puchero divertido. Andrea, inmediatamente, suelta una carcajada contagiosa y le da una botella de champagne y demanda a una de las meseras a llevar cinco botellas más con energizante a la mesa de la anfitriona. —Gracias Andre— Se saludan amablemente y la rubia se gira para ir con megan, Amanda y Karen que parecen estar más sedientas que ella pero no dejan de bailar. Karen y Megan son esa clase de amigas que sólo están para ir a bailar, salir a tomar unos tragos y divertirse. El asunto con Amanda es mucho más serio: Son amigas desde hace bastantes años y la una en la otra pueden confiar ciegamente, es por eso que Valentina sabe con quién hablar ciertos temas y a quien llamar cuando quiere un rato de diversión, aunque no por eso dejan de ser sus amigas. —Si queres lo podemos compartir preciosa— Un castaño un metro​ y medio más alto que ella aproximadamente le impide el paso. —Permiso— Ella sonríe con asco y niega con la cabeza empujándolo. Intenta ser lo más cordial posible, porque así es su personalidad, pero gracias a las copas de champagne que tiene en su interior no puede evitar no expresar aquella mueca de desagrado que le generó que estuviera coqueteando sin que ella se lo hubiera encino. —¡Hey!, muñeca, no te hagas la difícil— Le guiña un ojo de manera completamente asquerosa para Valentina, e intenta tocar una de sus mejillas. —¡Tengo con quién compartirlo, permiso!— Asegura, volviendo a moverse. —¿Estás segura de eso?— Él vuelve a insistir, impidiéndole el paso. Valentina lo mira bastante incómoda moviendo su cabeza. —Muñeca, no lo hagas difícil, lo vamos a pasar bien, lo prometo— Sonríe de costado burlón, lo cuál a nina le parece repugnante​. —¿Cuál es el problema?— Ted se acerca inmediatamente a Nina, la misma rueda los ojos, por el simple echo de que no respetan su espacio personal, pero agradecida de igual modo a que él este allí. —Ted— Murmura. —Nina— Insiste. —No es necesario yo puedo manejarlo— Asegura, sintiéndose incómoda. —Nina, vamos por favor— Ted apoya sus brazos en sus hombros desnudos con fuerza. Usualmente no se toman ese tipo de atrevimientos, pero Valentina capta la indirecta de que es una órden. —Estabamos hablando, no pasa nada cómo para vengas a interrumpir... Tranquilo— Sube sus manos y se da vuelta y reconoce al amigo de su hermano, quien tiene su mirada fija en ella. Siente todo su cuerpo temblar bajo esa mirada fija y grisasea, pero no es por temor su reacción, es por la necesidad de tocarlo, le resta importancia a la extraña sensación que su cuerpo siente y se lo atribuye al alcohol consumido, el castaño que la esta molestando tiembla, pero de miedo y cambia su semblante inmediatamente al ver de quien se trata. Valentina no se queja, porqué sabe que es una guerra pérdida y deja que su guardaespaldas la guíe hasta dónde está la diversión. Ella apura el paso porque Ted prácticamente la empuja, llega a sus mesas, deja la botella y se sienta mirando la escena de reojo, una de sus amigas le sirve una copa y ella la toma por cortesía intentado corroborar que está pasando allí. —¿Como entraste?— Cuestiona el morocho con una mano en su bolsillo. Se lo nota tranquilo, pero aquél que lo conoce a la perfección, sabe que la procesión va por dentro, ve de reojo a Nina quien no aparta la vista de ellos. —Yo... Señor...— Traga saliva. —¿La conoces?— La señala con un movimiento de cabeza. —No sabia ... No... No sabia que era era era suya señor elijah, lo... Lo siento mucho— Balbucea nervioso, —¿Estás seguro?— Pregunta burlón. Sonríe. —Realmente no lo sabía— Asegura. Él tuerce la boca y suspira acompañando el gesto de una gran bocanada. —Es una pena porque debiste saberlo— Sube su mano señalando todo el lugar. —No... No lo sabía— Vuelve a titubear. —Soy el dueño y eso sí lo sabes— Alza una ceja disgustado.. —S...Si— Admite pálido como una hoja. —Como también sabes qué toda mujer que este en este piso es intocable— Amenaza sacando un cuchillo del bolsillo de su saco, —Lo... Lo siento señor— Titubea. —Te aseguro que lo sabías, también— Juega con el entre sus dedos. —Yo... Yo vine con unos amigos— Asegura con nervios... Connor, divertido, niega con la cabeza, lo toma del hombro derecho e introduce un cuchillo en la parte baja de su abdomen para luego girarlo, volviendo a provocar un gemido de dolor por parte del castaño, quién se arrodilla tomando su abdomen con una de sus manos. —Decile a tu jefe, que no quiero a sus mocoso en mi territorio, no vendas tus mierdas robadas acá— Saca el cuchillo y se distrae con un lejano ruido de cristal roto. Mueve su cabeza a ese lugar y se topa con los ojos azules de Nina... Sin quitar la mirada de ella se agacha y toma de los pelos al castaño... —Se... señor— Balbucea a medida que puede. —La próxima vez que pises una de mis propiedades, te vas en una bolsa frigorífica— Llama con la mirada a dos de sus guardias para qué se lo lleven. La rubia ve a Kaleb acercase a su mesa y específicamente hacía ella, haciéndole una seña para que lo siga. Connor, por su parte, se dirige primero qué el castaño hacía la locación, mientras se acomoda el traje, en el cuál minutos antes volvió a guardar su cuchillo de manera elegante, vacía su vaso de un solo trago acompañado de una mueca con su boca fijando su mirada con la de Valentina. Ella acomoda su pelo, incómoda por su mirada, y hace un movimiento con su cabeza, para luego sonreír a sus amigos restandole importancia a la copa rota que aún, yace sobre su pie derecho, y el echo de que él la estuviera viendo de esa manera mientras se alejaba. Todos ríen y vuelven al baile, a los tragos y a la diversión, minutos después de que Connor pasara por allí. Su hermano le hace una seña con los dedos a corta distancia para que vaya dónde él, ya que la seña que había echo con la cabeza no era suficiente para la rubia, Valentina se levanta disculpándose con la excusa de que va al baño. Lo sigue un piso más de donde ya se encuentran ellos ahora, donde también sabe que se encuentran las oficinas del club... Por dónde justamente, Elijah pasó minutos antes a un lado de ella escaleras arriba. Y ese detalle no se le pasa por alto, por lo que sube las mismas sintiendo escalofríos por su cuerpo, realmente no sabe con qué puede encontrarse allá arriba. Cinco guardias de seguridad se encuentran sobre una mesa de paño verde jugando al poker, se ponen de pie inmediatamente al ver a la rubia ingresar y con una mirada de afirmación por parte de Connor, quién da una rápida mirada a sus cámaras de seguridad. Los hermanos pasan, luego de que todos se retiran por al lado de Elijah, él se acomoda su caro reloj n***o, aparentando estar aburrido. —¿Que es lo que quieren?— Ella lo mira. Unos instantes, parada a escasos centímetros de él, buscando una respuesta en sus ojos o un deje de disculpas por lo que acaba de suceder allí abajo. —¿Respuestas?— Arruga su frente y suspira con fuerza para luego encontrar que responder hacia lo que él morocho le está preguntando se manera burlona... Pero decide que no quiere jugar aquel juego, y que se merece disfrutar de su fiesta de cumpleaños, es por eso que vuelve a inflar su pecho mirando a ambos para dar un pequeño giro e intentar salir de la oficina. —Todavia ni quisiera empezamos— Connor la toma del brazo para que no pueda continuar su camino, generando un efecto rebote que los encuentra un tanto cerca el uno con el otro. Él tiene que hacer un esfuerzo sobre humano para no lanzarse sobre ella, traga saliva y disfruta los breves segundos que la tiene entre sus brazos, Nina lo mira fijamente sorprendida, pero lo que él morocho espera no sucede, no se reconoce en sus ojos, ella sigue sin recordarlo. Por lo que su coraza de hielo se hace presente ante ellos, y hace lo que mejor le sale hacer, que es intimidar a toda aquella persona que tenga enfrente. —Tarde o temprano iba a pasar— Su piel se eriza al tacto de su aliento de whisky con tabaco contra su cuello. —No creo que tuvieras que ser tan duro con él, sólo estaría borracho— Menciona alzando su mano. —Es un simple peón de quien quiere ser el mejor rey— Nina alza sus cejas y se suelta de su agarre. —¿Y supongo que vos sos el rey vedad?— Rueda los ojos. —Rubia, pero entiende las cosas— Le guiña un ojo solo para fastidiarla. —¡Claramente no se merecía eso!— Se ríe mirándolo con disgusto, ignorando el echo de que la haya tratado de tonta por su color de cabello. —No se acerco a vos por casualidad, no pienses que por tu culpa todo termino así, porque él se lo busco sólo, probablemente estuvieron pensando esto durante semanas, nadie lo va a extrañar... Eso te lo aseguro— Kaleb suspira tomando su cabeza en ambas manos. Ella tuerce las cejas no comprendiendo cómo él había dicho exactamente lo que ella pensaba. —¿Apuñalar a alguien el día de mí cumpleaños, es en serio?— Ella mira a su hermano incrédula mientras señala al morocho. —Nina— Murmura moviendo su cabeza a un costado. —¿No me digas que él era mi regalo especial?— Se burla mientras se arregla su vestido, el cuál ya parece estar secándose y la mancha no logra verse. —¡No exageres nina!— Murmura Kaleb. —¡¡Acaba de apuñalar a una persona en el medio de mas de cinco mil testigos Kaleb!!— Levanta una mano disgustada y la apoya en su cadera. —Nadie lo vio— Responde Connor, rodeando los ojos. —¿Cuál es tu maldito problema?— Achina sus ojos. Elijah tuerce su boca molesto. Cierra sus ojos y las venas de su cuello parecen hincharse. —Muchos— Murmura el ojigris, pero ella ignora aquello. —¿Me llamaste para esto Kaleb? Porque no estas diciendo ni media palabra de lo que acabo de ver ahí abajo, y tampoco parece interesarte mucho— Entrecierra sus ojos. Claramente, no puede creer el tiempo que le están haciendo perder, además de que le esta incomodando por demás la mirada que ambos están cruzando entre si. Kaleb se acerca a ella y la toma por su rostro mirándola fijamente a los ojos inspeccionando su rostro con un frunce en su entre cejo que denota preocupación. —¿Estás bien?— Duda de que aún siga en shock, pero también sabe el carácter que tiene su hermana, por lo que esta preparado para cualquier tipo de reacción. —¿Me estás hablando de verdad?— Eleva un poco el tono de voz. —Tenes los ojos muy dilatados y tu respiracion se disparó— Suspira apenado... Ella saca las manos de su rostro con enojo. —¡¡¡Te vi hacer cosas terribles!!!— Sube nuevamente un poco el tono de voz y suspira mirándolo fijamente intentando relajarse un poco. —¡Nina!— La llama. —No me voy a asustar por esto— Señala al morocho generando que sus pulseras hagan un incomodo ruido. Su hermano niega con la cabeza. Connor se detiene en su muñeca, donde dos juegos de esclavas de la marca Pandora yacen allí, abrazando su piel... ~>`)~~~~>`)~~~~>`)~~~ —¿Un regalo para mí?— Alza sus cejas sorprendida y lo mira divertida mientras qué él asiente en el interior de su audi. —¿Y que ocasión lo amerita? Que yo sepa no es mí cumpleaños— Muerde su labio inferior mientras que abre la caja de Pandora y se encuentra con una esclava con sus dos dijes de seguridad, un charm de una moto y otro de una corona. Alza su vista y lo mira con los ojos cristalinos, así fue el inició de cómo comenzó todo entre ellos. Él le decía que ella era una princesa por cómo se veía en las carreras de motos a las que iba con su hermano Lucas cuándo el mayor de los tres no podía dejar sólo a su hermana en su casa. —Cada cosa que nos pase creo que amerita que lo tengas ahí... Sea buena o mala... Porque recuerdo que no eras muy feliz subiendote a mí moto cuándo tu hermano se iba— Sube sus hombros sonriendo de costado y alza su remera un poco mostrando un nuevo tatuaje que destacaba de entre los demás por estar más oscuro y más brillante. El mismo era un casco n***o de moto cómo él que el le había mandado a hacer a la rubia, y una corona más abajo. Valentina niega con la cabeza y lo besa apasionadamente... Connor la toma de la nuca y profundiza el beso, se separan por falta de aire pero el morocho no deja de acariciar su nuca y su mejilla. —No dejas de sorprenderme nunca— Muerde su labio inferior y baja nuevamente la cabeza a apreciar la hermosa pieza que él le regalo. —Quiero que tengas esa pulsera repleta de cosas que yo te haga vivir y conocer, quiero que seas mía Valentina, por siempre... Sólo mía— Su mirada es tan penetrante que le da escalofríos. Pero ella no puede hacer más que asentir, hace ya varios meses comprendió la adicción que tiene con Connor, que por más cosas malas que siga conociéndo de él no puede apartarse cómo sería lo correcto. —Y estoy hablando de verdad, no puedo soportar qué haya gente que te quiera para ellos o que te mire cómo si estuvieras sola, porque estás conmigo y sos mía... Lamento que no puedas salir de esto, pero soy una mierda de egoísta y no voy a echarme atrás con todo lo que reprimi el estar a tu lado— Se lo queda mirando con ese mirar que lo dice todo. Él entiende que ella le está dando permiso de hacer con ella lo que quiera, se siente el hombre más poderoso del mundo cuándo Nina lo mira... ~>`)~~~~>`)~~~~>`)~~~ —Estas mezclando las cosas— Lo detiene antes de que diga algo mas. Connor vuelve a la realidad y corre la vista de la rubia, el alcohol y las drogas que lleva ingeridas en el resto de la noche no le hacen bien teniéndola a ella allí, se siente vulnerable, necesita llamar a Alec de inmediato. —Ya tuvimos esta charla Kaleb, yo se a que se dedican, se de que viven mis hermanos y entiendo perfectamente todo... Jamás te reproche nada porque no siento que tenga yo derecho algo así, cada quién hace de su vida lo que desee— Suspira y los mira a ambos, su tono de voz demanda cansancio. —Valentina...— Comienza su hermano, pero ella alza una mano para cortarlo. —Pero no es normal en mi mundo que apuñalen a alguien delante mio... Es mí cumpleaños y no debería de estar preocupandome por esto— Sentencia. Connor suelta una carcajada ronca que hace que Valentina preste atención a su persona. —Debería de serlo, pero no lo es, porqué estas perdida en tu mundo mágico de unicornios— Se burla defendiendo a su amigo. —¿Discúlpame?— Arquea sus cejas. —Esto es cotidiano para nosotros— Levanta su remera dejando ver su v y sobre ella un corte pronunciado con cero días de cicatrización. Valentina arruga su frente y traga en seco eso se ve profundo y asqueroso y él no parece inmutarse. No puede evitar mirar su v perfectamente marcada, su garganta se seca inmediatamente al ver todos esos tatuajes corriendo por cuerpo. Ella hace hincapié en el casco con una corona, no sabe porque le llama la atención aquel tatuaje pero no puede dejar de verlo, —Por eso tus hermanos te mantienen alejada— Acomoda de nuevo su remera. Lo que estaba esperando no sucedió, cuando vió que la rubia los miraba en una especie de shock, luego de haber tirado la copa al suelo sin querer, pensó que ella había recordado todo, por eso la hicieron subir a la habitación, en la cuál funcionaba la oficina de Connor en ese edificio. Pero cuando abrió su boca, Connor agachó la cabeza completamente desilusionado, sintiéndose por supuesto un miserable por haber creído por un mísero momento que las cosas podrían volver a cambiar y ser las mismas de antes. —¿Y vos que sabes de mi vida? ¡Esto es el colmo!— Cuestiona achinando sus ojos. Kaleb, se aleja, atiende una llamada mientras se adentra a otra habitación de la oficina disculpándose con gestos torpes, Connor capta de quién es la comunicación y asiente con la cabeza mientras enfoca de nuevo su vista en Nina. La mira de arriba abajo, y evita qué sus manos tiemblen al tenerla tan cerca de él, pero no puede evitar sentirse ansioso, enfermo, vulnerable. —Se todo de vos Valentina— Su voz es firme y la paraliza al llegar a sus oídos. —Eso es ridículo— Ella hace una mueca con su boca al oír su nombre completo y cierra por un momento sus ojos. —Se mas de lo que vos misma sabes, cómo por ejemplo que seguís repitiendo por tu cabeza el porqué no le diste un trago de tu champagne, así después se iría contento en vez de con un pulmón roto...— Alza sus cejas y coloca sus manos en los bolsillos de su pantalón. La paz que emanaba de su cuerpo pone mas tenso el ambiente. Ella lo mira abriendo la boca para luego cerrarla... Tenia razón, la conocía... Valentina se sienta en la silla más cercana desplomándose un poco, por cómo se estaba sintiendo en ese momento y agradeciendo que fuera mullida. —Eso no significa nada— Él se coloca en cuclillas frente a ella. —¿Querés sabes porque lo hice?— Toma su barbilla con sus dedos tatuados. Valentina entre abre su boca mirándolo. —¿Porqué?— Su voz sale ida. —Porque él no se hubiera ido, él te hubiera llevado al primer pasaje para violarte y mandarle a tus hermano un pedazo de tu cabeza en una caja— Hace una mueca con su rostro desinteresada. —Yo no tengo vergüenza de lo que soy, al contrario— Alardea, aúnque, permanece con su rostro serio emanando fortaleza y autoridad. Se reincorpora colocando de nuevo sus manos en el bolsillo buscando sus cigarillos. —Sigo asegurando que nada sabes de mí— Suspira y no va a dejarlo ganar la guerra. Él se ríe y se voltea, siente sus manos sudar al tenerla tan cerca de él. —Yo te puedo asegurar que vos tampoco te conoces, decime qué significa un sólo dije de los que tenés colgando de esa estúpida pulsera— Lq mira con recelo y le regala una mirada de repulsión. Mira ambas pulseras y la garganta se le seca, sabe que significan, ella lo sabe, pero no le salen las palabras, no llegan a su mente que es ese pequeño anillo, que es esa Minnie, o ese árbol de navidad, aprieta sus labios y suspira negando con la cabeza. —Yo... uhm...— Balbucea. Él se ríe con ironía y se aleja de ella. Quiere golpear cualquier cosa que tenga a su alrededor, pero no quiere asustarla. Valentina aún se segue replanteando y preguntándo porque se había quedado allí y no se había retirado abajo con sus amigos, la respuesta era fácil y ella lo sabía, se sentía segura y cómoda estando frente a él. —¡¡Tengo una punta!!— Kaleb sale dando un portazo, con su cabello alborotado y su respiración agitada. —Genial— Comenta burlón y cansado Connor. Nina se queda callada sin saber que responder ante la nueva situación que tiene frente a ella. —Tengo que ir solo— Demanda tragando saliva. Connor se rie ante aquello. Kaleb... Chasquea su lengua y mira a su hermana. —Tomate tu tiempo— Abre sus manos y sonríe irónico hacia Kaleb. —¿Estas bien?— Cuestiona hacia ella, queriendo acariciar su cabello. Su hermana no se lo permite, se levanta y acomoda su vestido alzando su barbilla mirando fijamente a Connor. —Tengo una fiesta que tiene aún, tres horas de durabilidad por disfrutar, por supuesto que estoy bien— Sonríe con falsedad a su hermano. —Surgio algo importante— Aprieta sus labios, intentando explicarle para que la situación fuera creíble delante de Connor. —Puedo volver sola, anda a dónde tengas que ir, de cualquier manera, siquiera estuviste conmigo festejando mí cumpleaños— Alza su mano frente a él. Kaleb asiente tocando su nuca nervioso. —Lo lamento— Miente. —Tengo asma por lo cuál que estés fumando en esta habitación me perjudica— Nina se gira bruscamente y señala al morocho para luego guiñarle un ojo. —Seguro que eso también lo sabías...— Lo mira irónica creyendo que ella ganó la pelea. —Tu asma es nervioso, alérgico y debido a otras cosas mucho más distintas a qué por que alguien esté fumando a metros tuyos... Y sí... También lo sabía— Sonríe irónico. Valentina niega con la cabeza perturbada y se aleja de ambos, saliendo de la habitación, sus tacones se entremezclan con la música del club. Connor se apoya contra la pared mas cercana bufando apenas ella desapareció de su radio. —Ya recuerdo porque me mantenía lejos— Sisea. Pero no se muestra vulnerable y nervioso cómo de verdad se encuentra, los guardias que se habían retirado vuelven a ingresar y toman sus respectivos lugares. Suspira pasando la lengua por sus labios, para darle la ultima calada a su cigarrillo. —Vas a necesitar refuerzos— Señala con su dedo y su voz ahora vuelve a encontrarse firme y dominante. El rubio niega con la cabeza, Elijah fuma una pitada más frunciendo su ceño. Por supuesto que comienza a sospechar del porque quiere ir solo... Pero mantiene su fachada sería y normal ante la situación. —No, no quiero que nadie se entrometa— Pasa una mano por su cabello nervioso. Se pone un chaleco antibalas y sobre el su campera de algodón gris con capucha. —Como vos digas— Sube sus manos rendido falsamente. —Tengo el radio prendido, nada me va a pasar— Chasquea su lengua y mira a su amigo y jefe, más que nada. —¿Era él o un intermediario?— Indaga a tal punto de saber que tan lejos llega su mentira. —Era él, pero no me quiso decir en qué estaba metido ni porque había desaparecido tantos días, así que espero que me pueda contar todo o ya nos vamos a enterar que hay detrás— Explica tragando saliva y bebiendo de la botella de vodka. Elijah asiente y palmea su hombro... —Espero que sepas lo que estás haciendo— Alza sus cejas pensativo, y apoya el cigarrillo sobre el cenicero mas cercano. El ruido de las cenizas es lo único que se escucha en la habitación. Toca el puente de su nariz con sus dedos y se aleja dejando solo a un Kaleb muy nervioso e intimidado ante sus palabras, yendo a buscar a dos guardias más que estan en el piso de abajo... van a acompañar a su ex cuñado le guste a este o no a este. Kaleb se retira minutos después por la puerta de emergencia mientras que logan se queda al cuidado de la menor de los tres hermanos, a un costado del vip con una botella de agua en sus manos y muy atento a cada movimiento de su alrededor. Nina baila sobre la mesa de los sillones, sus amigas la acompañan y el alcohol parece no faltar, incluso muchas drogas que estaban en la mesa de los dueños están en los pies de la rubia... Él se tira sobre el sillón que solía ocupar siempre que estaba allí y se dispone a mirar el panorama. Una morocha se sienta a su lado y la noche acaba de empezar para él, lastima que no puede retirarse como quisiera... Sonríe a un costado gracias a las drogas, mientras besa el cuello de la morena solamente por resignación. ~>`)~~~~>`)~~~~>`)~~~ —¡¡¡Es un bombón nina, no lo podes negar!!!— Karen se aplica mas labial sobre su ya reseco y corrido tono frambuesa. —¡¡Ay por favor!!— Se ríe negando completamente en desacuerdo. —¡Te defendió de ese cerdo, eso le quita todo lo malo que vayas a decir a continuación!— Suelta una carcajada que hace que Nina ruede los ojos mientras acomoda su cabello frente al espejo del baño. —Es un salvaje, como mis hermanos— Suspira pensativa. —¡No lo creo!— Le guiña un ojo divertida. —Agradezco que hayamos prácticamente nacido juntas, sino no se como estarían con alguien que es de la mafia— Hace una mueca triste y su amiga la abraza. Por supuesto que la culpa se instala en cada palabra en cada momento desde que la rubia tuvo su accidente, pero las órdenes son órdenes y ella tiene que seguirlas como el resto de la familia y de los amigos de la rubia. —Cariño, las apariencias engañan, para ellos es un trabajo, ¿Te tengo que recordar que mi padre esta en la cárcel por violar una niña?— Niega con la cabeza y enjuaga sus manos. —Ka...— Murmura arrepentida. —Eso debería de darte vergüenza, tu familia hace muchas cosas malas, pero a veces termina haciéndolas porque es un circulo cerrado del que no se puede salir, menos si es heredado— Sonríe y la vuelve a abrazar. —Igual Kenan y Lucas no heredaron nada, este gorila tatuado los metió en eso... Él es el cabecilla de todo y el jefe, te das cuenta sin siquiera saber de qué trabajan...— Sube sus hombros. —Nadie es perfecto, todos tenemos una historia que a veces nos avala, incluso hay personas que hacen el mal por el bien de otros— Suspira soñadora, eso le da mucha gracia a la rubia. —Me sorprende como sabes tanto sobre estos temas— Su amiga se ríe mientras se encaminan, de nuevo, al sector vip y suspira cambiando la cara al llegar donde sus amigos la esperaban. —¡Son las series que veo por netflix!! ¡¡¡me traen loquisima!— Se burla moviendo sus hombros con simpatía mientras comienza a menear al ritmo de la canción. Max saca a bailar a nina al ser su ex compañero de facultad y encima homosexual, llevan mas de cinco años saliendo juntos a bailar y cada vez que lo hacen dan un espectáculo de lo sensuales que son, lo divertido para ellos es que nadie sabe que Max tiene otras preferencias sexuales. Elijah se pierde en el baile de caderas de la rubia y en como juega a subir y bajar de manera sensual y lenta su vestido... La morena que tenia en sus piernas hace unas horas ya desapareció, le aburrió por completo y no podía concentrarse si Valentina estaba frente a él, por lo qué simplemente se mantiene alerta cuando Nina saluda a sus amigos y sale acompañada de Logan quién le hace una seña al morocho anunciandoles que ya se retiran. —¿Y Ted?— Cuestiona. Logan prende el motor y ella se percata que otro auto prende las luces en el estacionamiento privado a la par de ellos. —Esta con Kaleb resolviendo unos asuntos... No demoran en llegar igualmente— Aprieta el acelerador y el motor de la Jeep comienza a ronronear. Asiente con la cabeza y tiene su mirada fija en las hermosas vistas que da la hermosa ciudad de londres. —¿Porque esa Ferrari negra nos esta siguiendo logan?— Tuerce su boca cuándo están esperando que el portón se abra. —No es nada de que preocuparse.— Logan sonríe de costado y hace luces al auto estacionado a un metro de ellos. —¿Lo conoces?— Indaga curiosa no habiéndose quedado conforme con la primer respuesta.
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