Llegué al apartamento de Caleb y encendí todas las luces, no quería estar en casa de mis padres porque al día siguiente teníamos una reunión importante en la mañana, y cuando terminamos la inspección de aquel patio trasero, al mirar el mapa me di cuenta que quedaba más cerca el apartamento de Caleb. Me sorprendió no encontrarlo allí e intenté llamarlo, pero su teléfono estaba apagado, entonces me contacté con Joe y descubrí que estaban en la oficina, se iban a quedar a dormir allá porque había problemas en un proyecto. Me preocupé entonces de estar fallando a mis deberes y llamé a la asistente personal, ella también estaba allí con ellos actuando como secretaria, al pensar en ello me di cuenta que los papeles estaban cambiando y yo parecía más una asistente en ese momento. Me quedé durante un largo tiempo pensando en mi vida y mis prioridades, y tuve la necesidad de cocinar un poco, quería llevarle algo de comer a Caleb.
—¿Estás intentando sentirte útil? —preguntó una mujer y me volví lentamente encontrando el fantasma de la silla mecedora, de inmediato me llevé la mano al colgante en modo de protección, no quería ser poseída de nuevo y hacer algo terrible como la última vez.
—¿Por qué estás aquí? —le pregunté.
—Te he estado siguiendo por mucho tiempo...
—Lo sé nos vimos hace unas horas en la bodega, así que sería bueno que me explicaras porqué me está siguiendo —le dije un poco molesta por su presencia.
—Eres muy entretenida y me hace reír cómo te tocas esa piedra, no te has dado cuenta que ya no funciona —me dijo con una gran sonrisa y retrocedí asustada.
No estaba segura de si debía creerle sobre los poderes del colgante, pero para demostrarlo ella dio un paso adelante y me tocó la mano. Su toque me hizo sentir mareada y débil, supe entonces que realmente el colgante había dejado de funcionar y era vulnerable ante los fantasmas. Retrocedí un poco tambaleante y la miré sorprendida, entonces le di sentido a las cosas extrañas que me habían pasado últimamente.
—¿Cuántas veces me has poseído? —le pregunté asustada y ella se rió entre dientes.
—Te sorprenderías, tal vez deberías pensar en todos esos momentos en qué creíste quedar dormida —dijo burlándose de mí.
—Anoche me hiciste caminar al cementerio —dije y ella me dio la razón.
Empecé a enojarme y quise discutir con ella, pero fuu interrumpida por el timbre de la puerta. Así que la dejé allí y me fui a abrir la puerta con curiosidad, estaba segura que era muy tarde para recibir visitas y no podía pensar en nadie que fuera en ese momento. Para mi gran sorpresa cuando abrí la puerta vi a Charlotte, ella no estaba sorprendida de verme sino más bien molesta, probablemente deseaba encontrar a Caleb solo allí.
—¿Se encuentra Caleb? —me preguntó y le dije que estaba trabajando.
Ella se quedó parada en la puerta sin saber qué hacer, podía ver que tenía la intención de entrar pero solamente si yo la invitaba, algo que nunca haría a menos que fuera un emergencia. Decidí entonces hacer una excusa y decir que estaba a punto de salir, me ofrecí a dar mensaje a Caleb si ella lo consideraba necesario, no es que realmente quisiera hacer algo así.
—¿Debes creerte mucho por estar con él? Pero cuando llegue el momento el se deshará de ti cómo se deshizo de mí...
Se notaba a leguas que ella quería buscar la forma de hacerme discutir con Caleb, sentía la necesidad de hacer que nuestra relación terminara.
—Adios, Charlotte —le dije, en cambio intenté cerrar la puerta, pero ella puso su pie para que no pudiera dejarla fuera y se invito a sí mismo a pasar —. ¿A dónde vas? —pregunté, sintiendo que el enojo crecía dentro de mí.
—Quiero hablar contigo —insistió.
—Yo no... —mantuve la puerta abierta para que ella se fuera, sin embargo se cruzó de brazos y tomó asiento en la isla de la cocina.
—No creo que seas la persona adecuada para alguien tan importante como Caleb.
—¿Lo eres tú? —le pregunté molesta y ella se sintió ofendida.
Entonces para ignorarla fui por la comida a medio empacar y la puse en las bolsas qué había preparado para ellas, tuve todo preparado en poco tiempo mientras ella repetía lo mismo una y otra vez. Empezaba a darme cuenta que Charlotte estaba obsesionada con Caleb y la relación que habían tenido, y eso podría traer muchos problemas dado que la gente la trataba como si fuera alguien frágil que necesitaba cuidado. Creía que ella necesitaba alguien que le dijera la verdad en la cara para que se diera cuenta que el problema no era el pasado sino ella, del mismo modo sentía que no serviría de nada decirle algo cuando mis propios sentimientos estaban interfiriendo con mi razón.
—Charlotte tienes que entender que ya no tienes una relación romántica con Caleb, él y yo estamos saliendo ahora y estamos muy bien —intenté ser lo más educada posible con mis palabras, pero pude ver en su expresión que eso a ella no le importaba.
—Empecé a investigar un poco sobre ti y tu familia, parece que todos ustedes son un grupo de raritos, personas como ustedes pueden llegar a manchar el nombre de una familia como los Dumas —dijo ella con prepotencia y tomé una profunda respiración para no acudir a la violencia —. Entonces porque no tengo tan buen estatus como tú en la sociedad no soy adecuada para Caleb, ¿es eso lo que estás diciendo? Porque entonces significa que no conoces nada bien a Caleb, a él no le importan esas cosas....
—Tal vez eres tú quien no lo conoce tan bien. Yo lo conozco desde mucho antes que tú: al chico que solamente le gustaba ir en esmoquin a los más grandes eventos de la ciudad, comprar los mejores automóviles y mostrárselos a los demás, ser fotografiado con personas de alcurnia, vivir en lugares costosos, y llamar a los periodistas solamente para mostrarle buenos actos actuales de él dando dinero a los pobres —, no me gustó lo que ella estaba insinuando sobre Caleb, pero alguna de esas palabras me hicieron dudar mientras que otras me hicieron recordar algo que él me dijo alguna vez.
—Creo que voy a mantenerme en lo que dije: no conoces tan bien a Caleb —empecé a caminar hacia la puerta sin ganas de decir más, y luego la miré para que entendiera que debía marcharse porque yo iba a salir.
—Él va a dejarte —dijo, y abrí la puerta para ella.
—No va a dejarme para irse contigo si eso es lo que crees —le dije, y ella me miró bastante mal, por poco creí que me atacaría en ese momento, no me hubiera sorprendido si iniciabamos una pelea de cabello allí mismo. Pero, al final se marchó de forma silenciosa y preferí esperar un poco de tiempo para no compartir el elevador con ella.
Mientras esperaba revisé los horarios de bus, y le di una mirada al fantasma que me seguía, ella había disfrutado ver toda la discusión que tuve con la ex de mi novio.
Después de unos minutos en silencio me subí al elevador en la compañía del fantasma, ella se rió de mí todo el tiempo.
—También lo observé a él —me dijo y atrajó mi atención —, debiste haberlo visto como te miraba cuando dormías... Creo que está realmente enamorado de ti. ¿Pero tú lo estás?
—No sabía que tu trabajo en el más allá era ser consejera de parejas... —me quejé.
—Estas huyendo de él por alguna razón...