Capítulo 25

1761 Words
Caminé por el pasillo un poco incomoda pero el pisado vestido y los tacones que alguien había elegido por mí, ahora entendía muy bien los sacrificios que realizaban algunas mujeres como las modelos, era cómo hacer malabares en cada paso mientras intentaba lucir bien. Sin embargo no podía detenerme porque tenía que asegurarme de que todo estuviera bien, así que fui hacia la puerta que daba con la cocina, el único problema es que cuando la abrí deje de estar en la cocina e ingrese las escaleras de emergencia del edificio dónde estaban las oficinas de la empresa Dumas. Me sentí extraña cuando ingrese porque la luz se fue, todo el ambiente cambio de repente y empecé a sentir frío, por lo que empecé a buscar por cada para que me ayudara a sentirme mejor y menos sola, pero él no se encontraba allí aunque se supone debía estarlo. Así que intente volver por la misma puerta para buscarlo en la fiesta, sin mucho éxito porque la puerta ya no habría más y me encontraba atrapada en ese lugar. —¡Caleb! —lo llamé y varios golpes a la puerta esperando que alguien me escuchara del otro lado, pero cuando golpea con todas mis fuerzas me desperté y me di cuenta que el sonido no venía de mí sino de alguien fuera de mi habitación. —Mara —llamó mi padre, y me levanté lentamente intentando arreglar un poco mi cabello mientras me dirigí a la puerta. cuando abrí la puerta él me miró de pies a cabeza y se dio cuenta que ciertamente acababa de despertarme, me pregunta entonces si el habría creído que intentaba ignorarlo porque no había respondido a su llamado. Es que no me había atrevido a contarle a nadie que últimamente tenía sueños bastante largos y realistas, siempre y solían ser sobre la noche del baile de año nuevo, sobre las escaleras de emergencia donde vimos a la señora Ruth, algunas pocas veces regresaba que ya carretera qué conduje en la noche en que cruce miradas con el recolector de almas. —Lo siento, estaba dormida —le dije a mi padre, y él simplemente asintió pensativo. —Dijiste que querías ir al hospital, así que vamos yo te llevo hoy —me dijo con calma, el día anterior me había llevado mi madre. —Está bien —estuve de acuerdo sin problema, estaba casi lista porque me había ido a dormir con ropa de calle, así que fue un momento al baño para retocarme, tren el espejo me di cuenta que lleva una pijama. A veces cuando iba a dormir olvidaba cosas, entonces mezclaba acciones que había realizado durante los últimos días, cómo que el día anterior realmente me había quedado dormida con ropa común —. solamente tengo que cambiarme, pero no tomara mucho tiempo. Me apresuré vuelta a la habitación y mi padre espero pacientemente, miré el reloj y mi habitación y realicé todo con mucha más prisa, sabía muy bien que debía regirme por los horarios de visita. Cuándo salimos de la casa sabía muy bien qué lucia un poco desarreglada, así que durante todo el camino me la pasé intentando arreglarme el cabello hasta hacerme una mona para mantenerlo todo en un mismo lugar. —Tenemos que hablar sobre Caleb —dijo mi padre y lo miré de reojo desde el asiento de copiloto —. el señor Reynolds insiste en hablar con nosotros, específicamente contigo. —Ya te dije que no quiero hablar con él —y recordé a mi padre. —Lo sé, pero detenido que ceder hoy ante sus demandas —dijo y me volví a verlo un poco exaltada por lo que quería decir —, vamos a verlo en el hospital hoy, su hija está ahí después de todo... Íbamos a tener que encontrarnos con él en algún momento ya fuera de forma coincidental o planeada, de modo que prefiero qué la reunión sea un poco más controlada. —¿A qué te refieres con controlada? Ni siquiera sabía que lo iba a ver hoy —le dije un poco molesta, y di un vistazo por la ventana para pensar en otra cosa. —No ibas a aceptar de otro modo —explicó su decisión, y no dije nada más porque sabía que la conversación no iría a ningún lado. Llegamos al hospital en veinte minutos porque aún no había empezado el tráfico, en pocos minutos la gente empezaría a salir del trabajo y las calles serían una locura llena de filas de carros, después de todo mucha gente vivía a las afueras de la ciudad. Al menos al ir un poco más temprano podríamos encontrar un lugar para estacionar sin problema, por lo tanto no nos llevo tanto tiempo llegar a nuestro destino, y aunque hubiera deseado ir directamente a la habitación de Caleb fuimos abordados por aquel hombre en el pasillo frente a la puerta. —Me alegra ver que se encuentra bien —me dijo con mucho cuidado por cómo podría reaccionar al verlo. —No, ahora no —le dije después de varios segundos en los que intente formular una respuesta para él, podría haberle dicho muchas cosas pero no estaba lista para hablar. En su lugar procedí a abrir la puerta y entrar a la habitación sola, sabía muy bien que mi padre se quedaría para intercambiar palabras con aquel hombre mientras me daban un momento. Era obvio que no iba a poder huir de la situación porque mi padre ya había tomado una decisión, probablemente todo estaba relacionado aquel día anterior había pedido qué sacaran a Caleb del hospital. Algo que era de esperarse porque no me gustaba mucho ese lugar, a ninguno de nosotros nos gustaba ir a lugares donde la muerte rondaba porque podría ser demasiado para nosotros. Además no sentía que él estuviera seguro allí, y por sobre todo me sentía incapaz de protegerlo si seguía ahí. Por supuesto sabía muy bien que cambiarlo de lugar no iba ayudar en nada de su salud, seguiría conectado a las máquinas para poder respirar, y su cuerpo estaría tendido sobre la cama de todos modos sin poder moverse. —Caleb —dije su nombre con la esperanza de escuchar una respuesta, pero su alma había estado perdida este hace un largo tiempo y solo su cuerpo estaba en ese lugar. —Me da bastante pena por el chico, las cosas no lucen muy bien para él —dijo el recolector de almas que apareció a mi lado. —Te divierte venir a visitarme cada vez que vengo, ¿no? —le pregunté molesta sin siquiera mirarlo, prefería acercarme al cuerpo de Caleb para tocar su mano. una parte de mí esperaba que por medio del tacto él pudiera regresar, cómo si eso y si era posible demostrar la conexión entre nosotros. —Yo solamente cumplo con mi trabajo, algo que otros no hacen muy bien —dijo obviamente refiriéndose a mí, y no pude evitar ignorar la crítica, así que me volvía el molesta y lo miré de vuelta con desafío. —Vengo aquí para tener un poco de privacidad, no para conversar contigo —le dije para escarmentarlo. —¿Por cuánto tiempo vas a continuar con esto? ¿debo recordarte lo que le pasa a las almas qué es tan lejos de sus cuerpos por demasiado tiempo? Ese era un tema de conversación para el cual tampoco me sentía preparada, sabía muy bien que él siempre lo traía porque deseaba molestarme y presionarme. Él recolector había estado visitando mi todos los días de forma insistente, aunque no parecía tener mucho afán en encontrar el alma de Caleb. Presentía que era algo más lo que lo motiva va a continuar visitándome, actuaba como si fuera mi propio recordatorio sobre la vida y mis deberes cómo las consecuencias de mis actos también. —Todo va a estar bien, él no está perdido simplemente... Él se rió de mí interrumpiendo lo que decía, señalando que me estaba mintiendo a mí misma y me negaba a ver la gravedad de la situación. Es que cuando un alma no regresaba a tiempo a su cuerpo y se perdía, como lo que algunos llamaban un alma en el limbo, esto podría generar que esta almas se volviera oscura y pudiera transformarse en un demonio. —Tal vez deberías hablar con ese hombre qué ha intentado contactarse contigo, podrías descubrir muchas cosas de gran importancia... Lugar de estar aquí guardando luto cuando se supone que tomado ni siquiera ha muerto aún, Este es un momento pasajero y lo que descubras ahora será de Gran importancia para ti... —De nuevo dirás que no me enfoque en el dolor —pensé en voz alta. —Harías bien en escuchar mi consejo, pero te es más fácil pensar en mí como un enemigo, ¿te hace sentir mejor? —preguntó sin expresión alguna en su rostro. —Es porque eres el enemigo, tú te llevas las almas... —¿Y si en realidad fuera tu aliado? ¿No has pensado en eso? ¿Acaso tu trabajo es salvar almas? —preguntó y me quedé pensativa —. solamente me vuelto tu enemigo porque quiero llevarme a la única persona qué es de gran importancia para ti, si fuera alguien más no me tratarías cómo ahora... Era cierto, me lo había tomado demasiado personal porque me afectaba directamente. —Entonces quieres que hable con ese hombre, pero ya sé muy bien lo que va a decirme, desea que perdone a su hija por lo que pasó. —¿No crees que puedas perdonarla? —me preguntó. —No quiero tener que averiguarlo hoy —te dije mirando el cuerpo de Caleb de nuevo —, Pero tienes razón... —dije pensando en lo que había dicho sobre mí viéndolo como un enemigo. —¿En qué tengo razón? La puerta de la habitación se abrió y mi padre me llamo para que saliera, el recolector de almas desaparecido inmediato para no ser visto por nadie más. Mientras tanto afuera aún seguía el señor Reynolds esperando por mí, allí también estaba Joe que probablemente quería hablar sobre asuntos legales y mi petición para cambiar a Caleb de lugar. —¿Estás lista ahora? —me preguntó mi padre, aunque no había opción para negarme y decir que no, los tres hombres me miraban con expectativa y tuve que ceder. —Quiero ver a Charlotte —dije mirando al señor Reynolds —, entonces podré tomar una decisión.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD