Es dulce y amargo, como el sabor de tus labios luego de que las lágrimas los bañen. El corazón me arde por el abrazador calor de lo que tú produces en mi interior y ni todo el helado del mundo puede apagar este incendio que se propaga en todo mi ser. Primero soy madre Lucas mantenía la mandíbula apretada y sus manos se habían convertido en puños luego de que Camila le contara lo que había sucedido esa tarde en su trabajo, el deseo de salir en busca de Santiago y partirle la cara le subía por la garganta, sin embargo, se mantenía en el mismo sitio por orden de ella. —Tienes que dejar ese trabajo, no puedo estar siempre a tu lado y si ese tipo te hace algo soy capaz de… —Tú no harás nada y tampoco voy a dejar mi trabajo, no puedo hacerlo —exclamó Camila con las mejillas enrojecidas, por

